CUANDO EL SENTIMIENTO COFRADE SE HACE VERSO Y PROSA
David Domínguez Muñoz: Hija de las Angustias Este es mi cuarto año, portando a mi señora, siempre a paso muy pausado, pero nunca, con los pies del suelo despegados. ¡Qué alegría, madre mía! Al llevar a la Señora. Se inundan mis ojos con lágrimas de amor y durante todo el año, tengo en vilo el corazón. Que penita Virgen Santa, que tan solo en esta noche, te sirva yo de compaña. Que me mezan a mi madre, está pidiendo el nazareno, pues lleva bajo el manto una angustia por consuelo Es la hora mi Señora, vayamos juntos al entierro, y aunque no importan los años ya comprendo el sufrimiento. Son tu compaña las dulces costaleras, que aunque algunas veces fallan, bien sabes madre, que te llevan con el alma.
David Domínguez Muñoz:
Hija de las Angustias
Este es mi cuarto año, portando a mi señora, siempre a paso muy pausado, pero nunca, con los pies del suelo despegados.
¡Qué alegría, madre mía! Al llevar a la Señora.
Se inundan mis ojos con lágrimas de amor y durante todo el año, tengo en vilo el corazón.
Que penita Virgen Santa, que tan solo en esta noche, te sirva yo de compaña.
Que me mezan a mi madre, está pidiendo el nazareno, pues lleva bajo el manto una angustia por consuelo
Es la hora mi Señora, vayamos juntos al entierro, y aunque no importan los años ya comprendo el sufrimiento.
Son tu compaña las dulces costaleras, que aunque algunas veces fallan, bien sabes madre, que te llevan con el alma.