CUANDO EL SENTIMIENTO COFRADE
SE HACE VERSO Y PROSA
Oscar Guillermo Ortiz Sánchez (Antigua
Guatemala):
Mi Jesús del Consuelo
Mi
Jesús del Consuelo, ha
pasado mucho tiempo sin verte mi señor,
la distancia cruel no me permitía... Ha
sido larga la jornada...
Hoy
al verme frente a
las blancas y centenarias
paredes que te guardan
celosas, mi alegría
es tanta que mi alma
no puede contener el
llanto.
Este
día mis
pasos nerviosos de
emoción De nuevo
vuelven a cruzar el
umbral de tu capilla,
este día se
cumple una profecía:
-
El hijo que se fue
hoy busca los brazos
amorosos de su padre.-
Mis ojos llorosos se
cruzan con los tuyos
y desde el fondo de
mi alma un grito desgarrador
pide perdón.
El olor a santidad
pega en mis sentidos
y mis piernas se arrodillan.
Tu
casa a cambiado un
poco pero tu dulce
mirada sigue igual
me ofreces tu tierna
presencia y a pesar
del dolor en tu rostro
tus ojos vislumbras
un brillito de alegría
por verme a tus pies.
¡Sí mi
Jesús del Consuelo,
soy yo! Tú me
conoces y recuerdas
cuando solo era un
niño
y en brazos de mi padre
te vine a conocer.
- Entonces no sabia
rezar pero no necesitaba.-
Hoy la vida me a tendido
mucho caminos y en
ellos te he ofendido.
Hoy
la inocencia ha desaparecido
y por
eso perdón te
pido.
Mi
Jesús del
Consuelo, mi señor,
mi padre, mi amigo,
quisiera que el tiempo
no pasara y a tus pies
quedar dormido.
Después de
estar aquí contigo,
mi alma se siente renovada.
El tiempo pasa y en
unos cuantos días
volveré a dejar
mi tierra y tu imagen
consagrada.
Pero
esta vez será distinto,
ya no trataré de
seguir solo el camino.
Esta
vez he comprendido
que tu vendrás
con migo, que nunca
he estado solo, que
tu siempre me as acompañado.
Gracias
mi Jesús
Nazareno del Consuelo
y antes de dejar tu
recinto sagrado te
pido que veles por
los míos.
Y
no te ofendas mi
señor si no
te visitan tan seguido...