CUANDO EL SENTIMIENTO COFRADE SE HACE VERSO Y PROSA
Silvia Solano Ferrer: “Tus Ojos”, poema dedicado al Señor de las Tres Caídas Tus ojos sabios me miran… saben de sobra, qué pienso… una espiral de sueños que giran en este deseo inmenso. Sabes que tengo miedo … a ti no puedo mentirte conoces cual es mi credo… nada nuevo he de decirte. Y tengo miedo… … miedo a fallarte, que mis viejos hombros no puedan custodiarte. Que mis primeros pasos equivoquen el camino… que sean torpes o escasos y no alcancen tu destino. Déjame sentir tu aliento… y en mi espalda cargar tu peso gozar de ese efímero momento, que en mi piel… yo quiero impreso. Quiero sentir un agridulce cosquilleo una lágrima vidriosa en mi mirada una voz, un susurro y un racheo… soñarte, cual costalera enamorada. Y cuando escuche el tintineo de ese martillo llamando…. sustentando tu peso en un balanceo, mi querer te irá conquistando. Aliviaré tu cruz y desconsuelo poniendo el corazón en la trabajadera, y entre faldones de terciopelo tú me enseñaras de qué manera... Señor de las tres caídas… si ves mis fuerzas fallar pon tibieza en mis “heridas”, y deja mi alma soñar…. Silvia Solano, 17 de febrero de 2012
Silvia Solano Ferrer:
“Tus Ojos”, poema dedicado al Señor de las Tres Caídas
Tus ojos sabios me miran… saben de sobra, qué pienso… una espiral de sueños que giran en este deseo inmenso.
Sabes que tengo miedo … a ti no puedo mentirte conoces cual es mi credo… nada nuevo he de decirte.
Y tengo miedo… … miedo a fallarte, que mis viejos hombros no puedan custodiarte.
Que mis primeros pasos equivoquen el camino… que sean torpes o escasos y no alcancen tu destino.
Déjame sentir tu aliento… y en mi espalda cargar tu peso gozar de ese efímero momento, que en mi piel… yo quiero impreso.
Quiero sentir un agridulce cosquilleo una lágrima vidriosa en mi mirada una voz, un susurro y un racheo… soñarte, cual costalera enamorada.
Y cuando escuche el tintineo de ese martillo llamando…. sustentando tu peso en un balanceo, mi querer te irá conquistando.
Aliviaré tu cruz y desconsuelo poniendo el corazón en la trabajadera, y entre faldones de terciopelo tú me enseñaras de qué manera...
Señor de las tres caídas… si ves mis fuerzas fallar pon tibieza en mis “heridas”, y deja mi alma soñar….
Silvia Solano, 17 de febrero de 2012