La Catedral de Córdoba, donde el islam y el cristianismo dialogan en silencio
por Aarón Luna
Colaborador cultural en Padul Cofrade
Córdoba,7 de septiembre de 2025
Pocos lugares en el mundo condensan en sus muros la tensión y el abrazo de dos civilizaciones como la Mezquita-Catedral de Córdoba. Aquí, la fe islámica dejó un bosque de columnas infinitas, y la fe cristiana levantó en su corazón un crucero renacentista que se eleva hacia lo eterno. No hay templo en Andalucía que encierre con mayor claridad el diálogo de la historia, la herida de la conquista y la reconciliación a través del arte.
El nacimiento de un bosque sagrado
Corría el año 785 cuando Abd al-Rahman I, emir de al-Andalus, mandó levantar la gran mezquita en la antigua basílica visigoda de San Vicente. Era la proclamación de un poder nuevo, pero también la siembra de un espacio donde la oración se confundía con el infinito. Los arcos bicolores, multiplicados como ecos, crearon la sensación de un bosque eterno, un mar de columnas que aún hoy asombra y sobrecoge.
La mezquita no dejó de crecer: Abd al-Rahman II amplió su oratorio; Alhakén II añadió el fastuoso mihrab, joya del arte omeya con mosaicos bizantinos; y Almanzor extendió el templo hasta alcanzar dimensiones prodigiosas. Córdoba se convertía en la gran metrópoli del Occidente islámico, y su mezquita era la voz visible de ese esplendor.
La consagración de la memoria
Cuando en 1236 Fernando III el Santo entró en Córdoba, la mezquita se convirtió en catedral cristiana. El gesto fue más que un cambio de liturgia: era la inscripción del triunfo cristiano sobre el islam. Pero no hubo destrucción total. La arquitectura musulmana, tan poderosa y solemne, fue respetada en gran parte, y sobre ella se tejió el nuevo lenguaje de la fe.
Se levantaron capillas, se abrieron retablos y en el siglo XVI se alzó, en pleno corazón del bosque islámico, el monumental crucero renacentista. Aquella decisión provocó incluso la queja del emperador Carlos V, que, al contemplar la obra, pronunció la célebre sentencia:
“Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en cualquier parte.”
Su lamento no borró lo construido, pero dejó para la posteridad la conciencia de que la unión de estilos había creado un espacio irrepetible.
Dos lenguajes, un mismo templo
El visitante percibe en Córdoba dos lenguas arquitectónicas que hablan en paralelo:
La lengua islámica, con su hipóstilo infinito, los arcos bicolores, la penumbra que induce al recogimiento y la grandeza del mihrab.
La lengua cristiana, con su crucero renacentista, el coro barroco y la torre campanario que se eleva sobre el antiguo alminar.
Ambos lenguajes no se anulan, sino que dialogan. El espacio musulmán enseña la grandeza cósmica del Dios único; el espacio cristiano, la encarnación y el misterio de la cruz. Entre ambos se teje un discurso de historia y fe que es tan conmovedor como contradictorio.
El templo vivo
La Catedral de Córdoba no es ruina ni museo: sigue siendo casa de Dios y corazón litúrgico de la diócesis. Aquí se celebran las grandes solemnidades: el Corpus Christi, la Asunción de la Virgen —a cuya advocación se consagró la catedral—, y las procesiones que recorren las calles en Semana Santa.
Durante siglos, en tiempos de peste, sequía o guerra, este templo fue lugar de rogativas, donde las plegarias se elevaron entre columnas musulmanas y retablos cristianos, recordando que la fe nunca dejó de habitar este espacio.
Voces que testifican
El viajero inglés Richard Ford, en 1845, describía así su experiencia:
“The forest of pillars, dim and infinite, is one of the most solemn and mysterious spectacles of architecture in the world.”
El historiador Manuel Gómez-Moreno, en 1927, escribió:
“En Córdoba se funden dos mundos y dos religiones: la grandiosa serenidad del islam y el fervor plástico del cristianismo.”
Ambos testimonios confirman lo que cualquier visitante percibe: que la Mezquita-Catedral es un templo donde la piedra habla dos idiomas y el silencio responde en lengua universal.
Bibliografía
Marfil, Pedro. La Mezquita-Catedral de Córdoba. Córdoba: Cabildo Catedral, 2012.
Gómez-Moreno, Manuel. El arte árabe español hasta los almohades. Madrid, 1927.
Nieto Cumplido, Manuel. La Catedral de Córdoba. Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1998.
VV.AA. Catedrales de Andalucía. Sevilla: Junta de Andalucía, 2000.
Anexo I
Ficha técnica
Localidad: Córdoba (Andalucía, España) Advocación: Catedral de la Asunción de Nuestra Señora Estilo arquitectónico: Islámico (mezquita omeya, siglos VIII–X) + Gótico – Renacimiento – Barroco (tras la conquista cristiana)
Cronología:
Construcción inicial de la mezquita: 785–786 (Abd al-Rahman I).
Ampliaciones: Abd al-Rahman II (836), Alhakén II (962), Almanzor (987).
Consagración como catedral cristiana: 1236, tras la conquista de Fernando III el Santo.
Intervenciones cristianas destacadas:
Nave gótica (siglo XIII).
Capilla Real (siglo XIV).
Coro y crucero renacentista (1523–1607, Hernán Ruiz el Viejo, Hernán Ruiz II, Juan de Ochoa, Juan de Herrera).
Decoración barroca (siglo XVII–XVIII).
Arquitectos principales (fase cristiana):
Hernán Ruiz I (el Viejo)
Hernán Ruiz II (el Joven)
Hernán Ruiz III
Juan de Ochoa
Juan de Herrera
Historia constructiva
La Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de los monumentos más singulares del mundo: nació como gran mezquita omeya en el siglo VIII y fue consagrada como catedral cristiana en 1236.
Durante casi cinco siglos de dominación musulmana, la mezquita fue ampliada sucesivamente hasta convertirse en una de las más grandes del islam occidental, con su célebre bosque de columnas y arcos bicolores.
Tras la conquista cristiana, se mantuvo en pie gran parte del edificio musulmán, pero se insertaron capillas, retablos y un monumental crucero renacentista, decisión polémica en su tiempo: el emperador Carlos V autorizó la obra en 1523, aunque después diría:
“Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en cualquier parte.”
Arquitectura
Planta: rectangular, con un amplio patio de los Naranjos (antiguo sahn).
Mezquita: sistema hipóstilo de más de 800 columnas, arcos de herradura bicolores, maqsura y mihrab ricamente decorados con mosaicos bizantinos.
Intervención cristiana: crucero y coro en el centro, con bóvedas renacentistas y retablos barrocos.
Torre campanario: levantada sobre el antiguo alminar, reformada en los siglos XVI–XVIII.
Decoración e iconografía
Mihrab: con mosaicos dorados y azules de influencia bizantina, siglo X.
Capilla Mayor y coro: retablo mayor (siglo XVII) y sillería coral barroca (Pedro Duque Cornejo, 1748).
Capillas laterales: dedicadas a santos y advocaciones marianas.
Iconografía dual: conserva la herencia islámica como espacio arquitectónico, pero cristianizado en su programa litúrgico y devocional.
Función litúrgica y papel social
Sede episcopal de Córdoba desde 1236.
Escenario de celebraciones mayores: Corpus Christi, Semana Santa, rogativas históricas.
Símbolo de la identidad cordobesa y punto de tensión entre patrimonio universal y uso religioso.
Citas y testimonios históricos
Carlos V (1526), sobre el crucero renacentista:
“Lo que habéis hecho se puede ver en muchas partes; lo que habéis destruido, en ninguna.”
Richard Ford (1845):
“The forest of pillars, dim and infinite, is one of the most solemn and mysterious spectacles of architecture in the world.”
Gómez-Moreno (1927):
“En Córdoba se funden dos mundos y dos religiones: la grandiosa serenidad del islam y el fervor plástico del cristianismo.”
Bibliografía mínima
Marfil, Pedro. La Mezquita-Catedral de Córdoba. Córdoba: Cabildo Catedral, 2012.
Gómez-Moreno, Manuel. El arte árabe español hasta los almohades. Madrid, 1927.
Nieto Cumplido, Manuel. La Catedral de Córdoba. Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1998.
VV.AA. Catedrales de Andalucía. Sevilla: Junta de Andalucía, 2000.
Anexo II
Dossier visual con imágenes destacadas de la impresionante Mezquita-Catedral de Córdoba, también conocida como Catedral de Córdoba, que reflejan su riqueza arquitectónica e histórica:
Iluminación exterior nocturna: una vista dramática de la mezquita-catedral iluminada al caer la noche, resaltando su imponente silueta urbana.
Bosque de columnas y arcos de herradura: un clásico del interior, con los icónicos arcos bicolores y columnas múltiples, símbolo del arte omeya andalusí.
Fachada y cúpulas en vista diurna: perspectiva exterior que muestra la compleja superposición de estilos y volúmenes, incluyendo la torre-campanario renacentista.
Panorámica aérea del monumento: permite apreciar su extensión arquitectónica, con sucesivas ampliaciones islámicas y adiciones cristianas integradas.
Mezquita-Catedral de Córdoba. Siglo VIII
Mezquita Aljama (786-1000 d. C.) | Mezquita Catedral (siglos XV-XVIII d. C.) https://shre.ink/tse7
Nave central y altar mayor: Una vista imponente del crucero y el altar, reflejando la fusión entre estructura islámica y adiciones renacentistas y barrocas.
Mezquita-catedral de Córdoba interior
La nave del núcleo cruciforme de la catedral o Capilla Mayor, mirando hacia el altar. https://shre.ink/tse8
Patio de los Naranjos: Vista del emblemático patio, uno de los espacios más antiguos y emblemáticos del recinto.
Mihrab – El nicho sagrado con mosaicos bizantinos, cúpula de venera y decoración califal, auténtico centro ornamental y espiritual del monumento.
Mihrab
En el espacio de la maqsura, inserto en la zona central del muro de quibla, se localiza el mihrab. https://shre.ink/tseW
Capilla de Villaviciosa – Espacio primitivo iluminado bajo el lucernario de Al-Hakam II, adaptado primero en estilo gótico (nave con arcos apuntados) y restaurado para mostrar su fase original islámica.
Bóveda de la Capilla de Villaviciosa – Ejemplo sobresaliente de bóveda de arcos entrecruzados, innovadora en el califato de Córdoba mediados del siglo X.
Bóveda de la Capilla de Villaviciosa (Mezquita-Catedral de Córdoba) https://shre.ink/tse9
Coro de la Mezquita-Catedral de Córdoba – El coro de la Mezquita-Catedral de Córdoba goza de la fama justificada de ser uno de los más hermosos y mejor ejecutados de toda España.
Explica la evolución arquitectónica desde una basílica visigoda hasta su configuración actual, destacando el trabajo del sahn (patio) y la sala hipóstila con sus arcos bicolores. También proporciona opciones de visitas virtuales. https://www.turismodecordoba.org/mezquita-catedral/?utm_source=chatgpt.com
Enlaces oficiales y contexto histórico-artístico
Mihrab
El mihrab está ubicado en el muro de quibla, dentro del espacio llamado maqsura. No es una simple hornacina, sino una pequeña estancia octogonal coronada por una cúpula con rostros de venera, sobre un zócalo de mármol con sura coránica e inscripciones con los artífices de su obra. Su portada presenta un arco de herradura elevado, decorado con mosaicos inspirados en la tradición bizantina, obra de artesanos enviados por el emperador Nicephorus II.
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Capilla de Villaviciosa
Fue la capilla mayor original tras la conquista cristiana en 1236, instalada bajo el lucernario de Al-Hakam II. Su transformación gótica, impulsada por el obispo Íñigo Manrique (1486-1496), incluyó una nave con arcos apuntados y un rosetón, ocultada luego por bóvedas añadidas hasta su restauración en el siglo XIX, que devolvió la visibilidad a la arquitectura califal. Conserva restos de frescos italo-bizantinos, y destaca por su techumbre de madera con casetones decorados https://mezquita-catedraldecordoba.es/descubre-el-monumento/el-edificio/capilla-de-villaviciosa/?utm_source=chatgpt.com
Capilla Mayor, Crucero y Coro
Construida entre 1523 y 1607 bajo los obispados de Alonso Manrique y Diego de Mardones, con arquitectos Hernán Ruiz I, su hijo y Juan de Ochoa. Presenta planta de cruz latina, naves y sacristía cubierta con bóveda de arista. El coro se mandó ejecutar en 1742 por Pedro Duque Cornejo, con una sillería y facistol muy valorados, acabados en 1757 tras un imprevisto retraso por el terremoto de Lisboa. https://es.wikipedia.org/wiki/Capilla_mayor_%28Mezquita-catedral_de_C%C3%B3rdoba%29?utm_source=chatgpt.com
Este artículo pretende ser un viaje espiritual y simbólico por un templo que no pertenece solo a Córdoba, sino al mundo entero: un lugar donde dos credos dejaron su huella y donde aún hoy la fe se eleva en silencio entre columnas y bóvedas.