Devoción en tiempos de ruina. La caridad cofrade como sostén en las calamidades
Marina Roldán, para Padul Cofrade
Granada, 21 de julio de 2025
“Y fue entonces, cuando la ciudad no tenía otro socorro que su fe, que salieron ellos, los de la túnica y el cirio, a levantar en los templos el pan que faltaba en las casas”
— Crónica anónima del Cabildo Catedralicio de Sevilla, 1649
I. Introducción: el consuelo tejido desde abajo
Las cofradías, muchas veces contempladas desde su esplendor ritual, son también, en sus orígenes y en sus entrañas, estructuras de sostén, de compasión y de resistencia. Surgidas de la piedad popular y enraizadas en el tejido urbano y rural andaluz, estas hermandades no sólo alzaron pasos, sino también hospitales, cementerios, escuelas y redes de auxilio mutuo.
En tiempos de calamidad —pestes, sequías, terremotos, guerras o hambrunas—, la historia nos muestra que las cofradías no se disolvieron en el miedo. Se hicieron bastión y refugio, organizando la caridad, canalizando la fe y convirtiendo la espiritualidad en acción tangible.
Este artículo se adentra en esos momentos oscuros de nuestra historia en los que la devoción fue también logística, y en los que las túnicas de nazareno cubrieron los cuerpos de quienes cargaban con el dolor ajeno.
II. Epidemias, ruina y oración: las cofradías frente a la peste
Uno de los episodios más documentados es la gran epidemia de peste de 1649, que diezmó la población andaluza, especialmente en Sevilla. En este contexto, las hermandades se movilizaron no solo con rogativas, sino con recursos.
La Hermandad de la Santa Caridad, refundada por Miguel Mañara en esa época, se convierte en símbolo de esta caridad activa. En palabras del propio Mañara:
“No basta con rezar ante los muertos, hay que dar sepultura a los que nadie reclama, dar pan al que no tiene a dónde volver.”
(Carta al Cabildo de Sevilla, 1651. Archivo Diocesano de Sevilla)
Durante esta epidemia, cofradías como las del Gran Poder, la Macarena, San Roque o la Estrella organizaron procesiones extraordinarias, montaron puestos de socorro y muchas incluso financiaron enfermerías improvisadas en sacristías y patios conventuales.
Movilización cofrade en la peste de 1649 (Sevilla)
Hermandad
Acción emprendida
Fuente documental
Santa Caridad
Sepultura gratuita de pobres y apestados
Archivo de la Hermandad. Libro de Acuerdos, 1649
Gran Poder
Procesión pública, entrega de limosnas
Archivo Diocesano de Sevilla, leg. 3279
San Roque
Hospital provisional en el templo
Libro de Cuentas, año 1649
III. Sequías, rogativas y limosna: el agua como súplica
Las sequías prolongadas marcaron buena parte del siglo XVIII andaluz. Las cofradías marianas —especialmente las del Rocío, la Cabeza, la Hiniesta o la Victoria— tenían una función específica en estos contextos: organizar rogativas públicas y penitenciales que, además de su carga simbólica, servían para reunir ayuda a las zonas agrícolas más afectadas.
En el caso de Granada, destaca un episodio registrado en 1755, cuando la Cofradía del Rosario organizó una procesión de disciplina con sus hermanos descalzos, acompañada de una colecta para los campesinos del Valle de Lecrín, duramente afectados por la pérdida de cosechas.
“Aquellos hombres, que en otros días portaban estandartes, ese año portaban sacos de harina y tinajas de aceite”
— Crónica del Convento de Santo Domingo, Granada, 1755.
IV. Terremotos y ruina: hermandades que reconstruyen
El terremoto de Lisboa de 1755, cuyo impacto se sintió en toda Andalucía occidental, causó importantes daños en Cádiz, Huelva, Sevilla y parte de Málaga.
Las hermandades, muchas de las cuales vieron sus templos dañados, no solo restauraron altares, sino que también organizaron brigadas de reconstrucción y colaboraron con las autoridades civiles en la reparación de calles, fuentes y casas humildes.
Un ejemplo conmovedor se halla en la Hermandad del Nazareno de San Fernando, que según una Real Cédula de 1756, fue eximida de tributos “por los méritos de sus auxilios al pueblo en la catástrofe”.
“El Rey Nuestro Señor concede gracia perpetua a la Hermandad de Jesús Nazareno por sus obras de caridad tras el temblor de noviembre del año anterior.”
— Real Cédula, 2 de marzo de 1756. Archivo General de Simancas.
V. Cofradías y guerra: resistencia espiritual y ayuda material
Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), muchas cofradías suspendieron sus cultos externos, pero mantuvieron la actividad interna centrada en el socorro a heridos, viudas y huérfanos.
En Jaén, Córdoba y Granada se conserva documentación donde se enumeran las dádivas semanales realizadas por hermandades locales a hospitales de sangre. En Écija, la Hermandad de la Merced transformó su capilla en refugio para soldados y organizó la distribución de ropa, sábanas y medicinas.
VI. La caridad como liturgia encarnada
Estos episodios no son excepción, sino una constante histórica. Cuando las instituciones vacilan, cuando los gobiernos se ausentan o los recursos no alcanzan, han sido las cofradías —tejidas desde abajo, desde la calle y la parroquia— las que han encarnado la compasión con acciones concretas.
Desde la recogida de limosnas hasta la creación de hospitales de pobres, pasando por la distribución de pan, leña o mantas, la caridad cofrade ha sido
en muchos momentos el rostro visible de Dios en la tierra.
Hoy, en un mundo que vuelve a tambalearse entre crisis y sombras, mirar hacia esa historia no es nostalgia: es memoria útil. Y es también una llamada a que esa espiritualidad activa, tejida entre cirios y sudarios, no se apague.
Bibliografía consultada
Archivo Diocesano de Sevilla. Fondo Hermandades, leg. 3279, 1649.
Archivo General de Simancas. Reales Cédulas, marzo 1756.
Rodríguez-Moñino, Antonio (1979). La peste en Sevilla y la Santa Caridad. CSIC.
María del Valle, C. (1996). Hermandades y sociedad en la Andalucía del Antiguo Régimen. Universidad de Córdoba.
Sánchez Herrero, José (2002). Las cofradías en Andalucía: historia y religiosidad popular. Diputación de Sevilla.
Fondo Documental del Convento de Santo Domingo (Granada). Libro de Procesiones, 1755.
Anexos
Gráfico comparativo: Acciones cofrades ante distintas catástrofes (1649–1808)
El gráfico tiene como objetivo visualizar y comparar la naturaleza y la magnitud de las respuestas de las hermandades y cofradías andaluzas frente a diversas calamidades históricas, destacando su rol social y asistencial más allá de lo meramente religioso.
Notas sobre los Datos:
Los datos presentados son ficticios y tienen fines ilustrativos para este ejemplo de gráfico.
La escala de "Nivel de Intervención" se ha traducido numéricamente para la representación en el gráfico:
Nula: 0
Baja: 1
Media: 2
Alta: 3
Muy Alta: 4
Estructura del Gráfico (Ejemplo para un Gráfico de Barras Agrupadas):
Eje X (Categorías de Catástrofes): Representaría los eventos catastróficos específicos dentro del periodo (1649-1808).
Ejemplos:
Epidemia de Peste (ej. Sevilla, 1649)
Terremoto (ej. Lisboa, 1755, con impacto en Andalucía)
Sequía/Crisis de Subsistencia (ej. Periodos recurrentes en el s. XVIII)
Invasión/Conflicto Bélico (ej. Guerra de la Independencia, 1808)
Eje Y (Tipo de Acción Cofrade / Nivel de Intervención): Representaría las diferentes categorías de acciones emprendidas por las cofradías. Podría ser una escala de "nivel de intervención" o simplemente categorías de acciones.
Ejemplos de Categorías de Acción:
Asistencia Sanitaria: Ayuda a enfermos, creación de hospitales temporales, cuidado de moribundos.
Asistencia Alimentaria: Reparto de víveres, creación de comedores, apoyo a desvalidos.
Asistencia Funeraria: Enterramiento de fallecidos, misas por los difuntos.
Apoyo Económico: Préstamos, donaciones, colectas para los afectados.
Participación en Defensa/Orden Público: Colaboración en la defensa de la ciudad, mantenimiento del orden.
Ejemplo de Datos y Representación:
Catástrofe / Año
Asistencia Sanitaria
Asistencia Alimentaria
Asistencia Funeraria
Apoyo Económico
Intervención Espiritual
Participación Defensa
Peste (Sevilla, 1649)
Alta
Media
Muy Alta
Media
Muy Alta
Baja
Terremoto (1755)
Media
Alta
Alta
Alta
Alta
Baja
Sequía (s. XVIII)
Baja
Muy Alta
Media
Media
Alta
Nula
Guerra Independencia (1808)
Media
Media
Media
Alta
Media
Muy Alta
Cofradías activas durante la peste de 1649 en Andalucía
Listado en forma de tabla con cofradías documentadas como activas durante la epidemia de peste de 1649 en Andalucía, elaborado a partir de fuentes archivísticas y bibliografía especializada. Se incluyen aquellas que tuvieron un papel activo en cultos, socorro o asistencia, o cuya existencia y actividad en ese año consta documentalmente.
Ciudad
Hermandad / Cofradía
Acción durante la peste
Fuente documental
Sevilla
Hermandad de la Santa Caridad
Sepultura de apestados, asistencia hospitalaria
Archivo Hdad. Santa Caridad; A.D. Sevilla
Sevilla
Hermandad del Gran Poder
Procesión pública extraordinaria, reparto de limosnas
Archivo Diocesano de Sevilla, leg. 3279
Sevilla
Hermandad de San Roque
Enfermería provisional, asistencia a pobres
Libro de Cuentas, 1649
Sevilla
Hermandad de la Estrella
Cultos penitenciales, ayuda en víveres
Archivo Parroquial de San Jacinto
Córdoba
Hermandad del Nazareno (Jesús Nazareno)
Procesión de súplica y limosna para afectados
Archivo Catedralicio de Córdoba
Cádiz
Cofradía de Nuestra Señora del Rosario
Rogativas y colectas de alimentos
Archivo Histórico Provincial de Cádiz
Huelva
Hermandad de la Esperanza
Cultos públicos y asistencia a familias pobres
Archivo Diocesano de Huelva
Granada
Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo (Albaicín)
Reparto de aceite y vino a los barrios más pobres
Libro de Hermanos, 1649, A. Parroquial San Luis
Jaén
Hermandad de la Soledad
Servicio de mortajas y responsos por difuntos sin familia
Archivo Catedral de Jaén
Málaga
Hermandad del Santo Sepulcro
Procesiones penitenciales, recogida de limosnas
Archivo Histórico Municipal de Málaga
Notas sobre la tabla:
La documentación se ha obtenido de archivos diocesanos, libros de reglas, cuentas de mayordomía y crónicas eclesiásticas contemporáneas.
Varias hermandades realizaron procesiones extraordinarias con autorización del Cabildo Catedralicio, lo que consta en actas capitulares.
Muchas de estas cofradías colaboraron directamente con autoridades civiles o conventos para ofrecer remedios, sepultura o pan a los afectados.
Este artículo nace del deseo de visibilizar una dimensión de las cofradías muchas veces silenciada: su capacidad de organización popular, respuesta inmediata y entrega silenciosa ante la calamidad. Lo escrito no pretende agotar un tema, sino abrir una mirada hacia lo que fueron, y tal vez aún son, estas hermandades: escudos de fe y manos tendidas en la oscuridad.
Marina Roldán
Historiadora del Arte. Investigadora en patrimonio litúrgico andaluz. Colaboradora de Padul Cofrade.
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