R. Zamora, para Padul Cofrade
Granada, 6 de julio de 2025
Un recorrido por la historia y el simbolismo del arte del bordado en las cofradías andaluzas, desde los talleres conventuales del XVII hasta los grandes talleres contemporáneos
I. Prólogo de hilos y letanías
El bordado sacro, en su callada belleza, no es sólo ornato: es plegaria detenida, liturgia silenciosa, catequesis bordada sobre tisú de cielo. Cada puntada, dictada por la fe y ejecutada con manos orantes, es una súplica que se cose a la historia de los pueblos andaluces. La suntuosidad de los palios, el temblor de un manto entre cirios, el eco de una saya mecida por la brisa de marzo, no serían posibles sin esa constelación de mujeres y hombres que, desde siglos atrás, hilvanan devoción en oro y seda. Este arte, tan profundamente arraigado en la religiosidad popular, ha sido y sigue siendo una de las expresiones más altas de nuestra espiritualidad colectiva.
II. Orígenes conventuales y nobleza del hilo
Las raíces del bordado sacro andaluz se hunden en el humus de los talleres conventuales del Siglo de Oro. Conventos como el de Santa Paula en Sevilla, Santa Clara en Carmona o Santa Isabel la Real en Granada no sólo eran focos de oración, sino verdaderas academias del hilo. Las monjas dominicas, clarisas y cistercienses cultivaron el bordado como oficio devocional, reproducido con delicadeza en corporales, frontales de altar, ternos y estandartes.
El Inventario de bienes del Convento de Santa Clara de Sevilla de 1642, conservado en el Archivo General del Arzobispado Hispalense, menciona:
"Una capa pluvial de damasco encarnado con bordaduras de oro y figuras de los Misterios Dolorosos, bordada por la hermana Sor Ana de la Cruz, año de 1627."
No es casual que los Reyes Católicos establecieran dotaciones específicas para los ornamentos litúrgicos realizados por comunidades religiosas, entendiendo que eran instrumento de evangelización. Así lo confirma la Cédula Real de Granada, año 1492, que señala:
"Queremos que se hagan y manden hacer ricas vestiduras y paños bordados con las historias de la Pasión, para mayor gloria del Altísimo y enseñanza de los nuevos fieles."
III. Siglo XVIII y XIX: de los telares monásticos al esplendor dieciochesco
A medida que la estética barroca se impuso en los templos y la religiosidad popular se organizó en torno a las hermandades, el bordado sacro adquirió un nuevo protagonismo. El siglo XVIII fue la época del brocado exuberante, del oro en canutillo, hojilla y recorte, del terciopelo carmesí. El bordado ya no solo se ceñía a lo litúrgico: se desplegaba en insignias, estandartes, mantos de Virgen y túnicas de Nazareno.
En los archivos de la Hermandad del Gran Poder de Sevilla se halla la Carta de encargo de bordado a la señora Doña María Antonia de la Vega, bordadora de cámara, año 1751:
"Para que con primor y cuidado bordéis en oro fino de Milán y sedas de color una saya para Nuestra Señora, con ángeles que porten los emblemas de la Pasión y orlas de hojas de acanto."
Este momento marcó la transición de lo conventual a lo profesional, con la consolidación de obradores seculares en Sevilla, Córdoba o Málaga, muchos de ellos dirigidos por mujeres. A finales del siglo XIX, nombres como Juan Manuel Rodríguez Ojeda ya empiezan a sobresalir, no solo por la ejecución técnica, sino por una renovación estética que dotará al bordado de carácter simbólico e identitario.
IV. Simbolismo: el alma detrás del ornamento
Las raíces del bordado sacro andaluz se hunden en el humus de los talleres conventuales del Siglo de Oro. Conventos como el de Santa Paula en Sevilla, Santa Clara en Carmona o Santa Isabel la Real en Granada no sólo eran focos de oración, sino verdaderas academias del hilo. Las monjas dominicas, clarisas y cistercienses cultivaron el bordado como oficio devocional, reproducido con delicadeza en corporales, frontales de altar, ternos y estandartes.En el bordado sacro, nada es gratuito. Cada flor, cada curva, cada hilo dorado tiene resonancia espiritual. El azahar alude a la pureza de María; la espiga, al Cuerpo Eucarístico; el acanto, a la vida eterna. La ornamentación, lejos de ser meramente decorativa, funciona como una teología visual.
San Juan de Ávila, en su Tratado sobre la Belleza del Culto Divino (1545), afirmaba:
"El paño bordado que ciñe al altar, si es hecho con temor de Dios, más habla al corazón que muchas palabras."
El manto de una Virgen Dolorosa, bordado con lirios y estrellas, es un poema mariano en hilo de luz. La túnica de un Cristo Cautivo, cuajada de racimos de uva, canta silenciosamente el sacrificio redentor. Y el palio, techo simbólico del tabernáculo andante que es María, se convierte en un retablo móvil cuajado de iconografía y memoria.
Simbología Mariana (relativa a la Virgen María)
Símbolo
Significado
Usos más frecuentes
Lirio blanco
Pureza, virginidad
Sayas, tocas, estandartes
Rosa
Caridad, gozo, Reina del Cielo
Mantos gloriosos
Estrella de ocho puntas
María, Stella Maris, guía del alma
Palios, bambalinas
Corazón atravesado por espada
Corazón Doloroso de María
Frentes de manto, tocados
Corona de estrellas
Realeza mariana, Apocalipsis 12:1
Palios y cartelas
Ave María entrelazada (monograma)
Devoción directa a la Virgen
Coronas, escudos
Azucena o vara florida
Anunciación, pureza virginal
Sayas, respiraderos
Referencia documental: Letanía Lauretana (1571), que define muchos de estos símbolos: "Rosa mística", "Estrella de la mañana", "Madre del Creador", "Reina de los ángeles".
Simbología Cristológica y pasionista
Símbolo
Significado
Usos frecuentes
Corona de espinas
Dolor redentor
Túnicas de Cristo, estandartes
Crismón (XP)
Cristo, Alfa y Omega
Palios, frontales
Cruz latina
Redención, fe
Generalizado
Racimo de uvas
Sangre de Cristo, Eucaristía
Túnicas, escapularios
Espigas
Cuerpo de Cristo, Pan celestial
Túnicas, cartelas
Pelícano místico
Cristo que da su sangre por amor
Frontal del palio, relicarios
Ancla
Esperanza cristiana
Bordados de Resurrección, gloria
Referencia bíblica:
"Yo soy la vid verdadera..." (Jn 15, 1)
"El justo florecerá como la palma..." (Sal 92)
"Tú eres mi esperanza, Señor, mi refugio desde mi juventud" (Sal 71, 5)
Simbología del Espíritu Santo y virtudes
Símbolo
Significado
Usos frecuentes
Paloma blanca
Espíritu Santo
Estandartes sacramentales, respiraderos
Lenguas de fuego
Pentecostés, fervor
Sayas de gloria, emblemas
Corazón llameante
Caridad ardiente
Coronas, cartelas, emblemas
Siete llamas
Dones del Espíritu Santo
Palios, bambalinas laterales
Aceite o lámpara encendida
Prudencia, fidelidad
Cartelas menores
Referencia litúrgica: Secuencia de Pentecostés: "Veni, Sancte Spiritus…"
Simbología eclesial y escatológica
Símbolo
Significado
Usos frecuentes
IHS o JHS
Nombre de Jesús (Iesus Hominum Salvator)
Frentes de paso, sagrarios
Cordero místico (Agnus Dei)
Cristo sacrificado, liturgia eucarística
Paños de altar, palios
Cáliz con hostia radiante
Presencia real de Cristo
Estandartes sacramentales
Monograma mariano o cristológico
Devoción concreta
Sayas, corbatas, fajines
Llaves cruzadas
Poder de la Iglesia, San Pedro
Insignias papales, bandas
Ángeles portando símbolos
Testimonio del cielo, custodia
Palios, bambalinas
Referencia heráldica: Constitución "Pastor Bonus", sobre los símbolos en escudos eclesiales.
Simbología natural y vegetal
Motivo
Significado simbólico
Presencia frecuente
Acanto
Eternidad, resurrección
Palios, manto
Olivo
Paz, victoria espiritual
Sayas y túnicas
Palma
Triunfo del mártir
Cristos crucificados
Vid y hojas
Alusión eucarística
Respiraderos, saya
Flor de pasión (pasiflora)
Sufrimiento de Cristo
Detalles bordados
Granada
Unidad eclesial, Andalucía
Bordados de gloria, palios
Simbolismo medieval: Bestiarios y florilegios eclesiásticos, siglos XII-XV.
Elementos heráldicos y ornamentales con carga simbólica
Elemento
Valor devocional
Uso
Corona real
María como Reina del Cielo
Remate de escudos, cartelas
Cetro
Majestad, intercesión
Flanqueando el Ave María
Escudo de la hermandad
Identidad espiritual colectiva
Túnicas, paños, estandartes
Custodia
Adoración al Santísimo
Estandartes y simpecados
Espada o puñal
Dolor de la Virgen
Frente de saya, corazón doloroso
Tabla ampliada de combinaciones simbólicas por advocación mariana común:
Advocación
Simbología dominante
Color
Elemento
Esperanza
Estrella, ancla, azucena
Verde
Palio y manto
Soledad
Corazón traspasado, puñal, flores marchitas
Negro
Saya
Dolores
Corazón con espadas, corona de espinas
Granate
Saya, estandarte
Rosario
Rosario, rosas, letanías bordadas
Marfil/dorado
Corbata, simpecado
Inmaculada
Estrella, luna, azucena
Azul celeste
Manto
V. Los grandes talleres contemporáneos
Desde principios del siglo XX hasta hoy, el bordado ha vivido una evolución sin perder su esencia devocional. Talleres como los de Esperanza Elena Caro, Juan Manuel Rodríguez Ojeda, Carrasquilla, Santa Bárbara, Fernández y Enríquez, Jesús Rosado o Bordados Salteras, entre otros, han sabido mantener la tradición e innovar en formas, técnicas y materiales. La escuela sevillana, con su fuerza barroca; la malagueña, de rica tradición decimonónica; la granadina, de aires conventuales, conviven hoy con nuevas propuestas, algunas cercanas a la abstracción simbólica.
El bordado ya no es solo patrimonio material, sino también emocional. Las cofradías, conscientes de ello, cuidan con esmero estos textiles como verdaderos relicarios de identidad. En Padul, en cualquier Viernes Santo, el reflejo del sol sobre un bordado centelleante no es solo belleza: es latido colectivo.
VI. Material complementario
Línea temporal del bordado sacro en Andalucía
Hitos principales:
1570 - Bordados conventuales
1750 - Apogeo barroco
1900 - Consolidación de talleres civiles
1980 - Renacimiento del bordado clásico
2020 - Bordado como patrimonio emocional
Principales focos del bordado cofrade en Andalucía
Sevilla: Triana, San Lorenzo, San Gil
Málaga: Perchel, La Trinidad
Córdoba: San Pedro, La Fuensanta
Granada: Albaicín, Realejo
Jaén: San Ildefonso
Cádiz y Jerez: Sanlúcar, San Fernando
Evolución del uso simbólico en el bordado sacro
Siglo
Motivos dominantes
Simbolismo prevalente
XVII
Hojas, roleos, uvas
Eucaristía, vida eterna
XVIII
Ángeles, cartelas, cornucopias
Redención, abundancia celestial
XIX
Rosetones, flores naturalistas
Belleza mariana, naturaleza divina
XX
Monogramas, anagramas, escudos
Identidad cofrade, herencia
XXI
Motivos mixtos, inclusión de técnicas mixtas
Modernidad sin ruptura
Entendido. No puedo generar una infografía visual directamente, pero puedo proporcionarte el contenido detallado y estructurado para cada una de las fases del proceso de bordado sacro, como si fuera el texto de una infografía, titulada "Del diseño al palio: fases del bordado sacro".
Del diseño al palio: fases del bordado sacro
El bordado sacro, especialmente el que adorna los pasos de palio de la Semana Santa, es una disciplina artesanal de gran complejidad y belleza, que combina arte, técnica y devoción. Este proceso meticuloso se desarrolla en varias fases clave:
1. Diseño Iconográfico
Descripción: Es la fase inicial y fundamental. Un artista o diseñador crea el boceto original de lo que se va a bordar. Este diseño no es solo estético, sino que está cargado de simbolismo religioso y iconografía mariana o cristológica. Se define la composición, los motivos (florales, heráldicos, religiosos), las figuras, la distribución de los elementos y los tipos de puntadas y materiales a emplear.
Elementos clave:
Temática: Siempre ligada a la fe católica (Inmaculada Concepción, símbolos marianos, escudos de hermandad, pasajes bíblicos).
Estilo: Adaptado a la estética de la hermandad y la época (barroco, regionalista, etc.).
Materiales previstos: Oro, plata, sedas, pedrería, perlas, etc.
Resultado: Un dibujo detallado, a menudo a escala real, que servirá de guía para los bordadores.
2. Diseño Técnico de Bordados Históricos
Adéntrense en la mente del artista antes de que la aguja toque la tela.
Presentamos una selección de diseños técnicos que revelan la precisión matemática y el detallismo artístico inherentes al bordado sacro andaluz. Para esta sección, he podido acceder a ejemplos que evocan la maestría de talleres emblemáticos.
Artista creando un diseño iconográfico:
3. Fotografías de Bastidores: Ayer y Hoy
El bastidor es el cimiento sobre el que se alza la obra bordada. Hemos capturado la esencia de esta herramienta fundamental a través de imágenes que contrastan su tradición con su uso actual.
Bastidor en un taller tradicional:
Preparación de un diseño en el bastidor:
Detalles Ampliados de Piezas Maestras (Zoom Iconográfico)
Finalmente, les invito a acercarse a la minuciosa perfección de los detalles. Un zoom iconográfico sobre elementos recurrentes en el bordado sacro nos permite apreciar la pericia del bordador y el profundo simbolismo de cada puntada.
Bordado típico andaluz en terciopelo negro (detalles):
Bordado típico andaluz en terciopelo verde (detalles):
Detalle de saya de Virgen bordada:
4. Preparación del Bastidor
Descripción: Una vez aprobado el diseño, se prepara el soporte textil sobre el que se realizará el bordado. El bastidor es una estructura de madera (generalmente un marco rectangular) donde se tensa y fija la tela base (terciopelo, seda, raso, etc.) con gran firmeza. Una tensión adecuada es crucial para evitar deformaciones y asegurar la precisión de las puntadas.
Proceso:
Elección del tejido: Se selecciona el tipo y color de tela que formará el fondo del bordado.
Montaje: La tela se cose o se sujeta firmemente a los listones del bastidor, estirándola uniformemente.
Refuerzo: En ocasiones, se aplica un forro o entretela para dar mayor cuerpo y resistencia al tejido base.
Importancia: Un bastidor bien preparado garantiza la estabilidad del trabajo y la calidad final del bordado.
5. Transferencia del Dibujo
Descripción: El diseño iconográfico se traslada del papel a la tela tensada en el bastidor. Este es un paso delicado que requiere precisión para que el bordado final sea fiel al boceto original.
Técnicas comunes:
Calco con papel de calcar: Se coloca el diseño sobre la tela y se repasa con un punzón o lápiz especial que deja una marca.
Estarcido (punteado): Se perfora el contorno del dibujo en el papel. Luego, se coloca sobre la tela y se espolvorea un pigmento (polvo de carbón, tiza) a través de los agujeros, dejando puntos que forman el contorno.
Dibujo directo: En casos de diseños sencillos o por bordadores muy experimentados, se puede dibujar directamente sobre la tela con un lápiz muy fino.
Resultado: El diseño queda marcado sobre la tela, listo para ser bordado.
6. Puntadas Principales (y sus aplicaciones)
Descripción: Es el corazón del proceso, donde la aguja y el hilo dan vida al diseño. El bordado sacro se caracteriza por la riqueza y variedad de sus puntadas, muchas de ellas de origen antiguo y gran complejidad.
Ejemplos de puntadas y su uso:
Punto Ladrillo (o Punto de Ladrillo): Puntada recta y densa que se realiza en filas escalonadas, como ladrillos. Se usa para rellenar grandes superficies, dar volumen y crear texturas uniformes, a menudo en fondos o elementos arquitectónicos.
Punto Cetillo (o Punto de Setillo): Puntada muy tupida y compacta, que cubre completamente el tejido base. Se utiliza para rellenar figuras, contornos y elementos que requieren gran relieve y brillo, como hojas, flores o detalles de figuras. Puede ser recto, oblicuo o curvo.
Punto de Media Onda (o Media Naranja): Consiste en puntadas que forman pequeñas semicircunferencias o arcos, creando un efecto ondulado y de volumen. Ideal para simular volúmenes redondeados, como pétalos de flores, nubes o detalles de vestiduras.
Punto de Cardado: Se utiliza para dar volumen y relieve a las superficies antes de cubrirlas con otras puntadas (como el cetillo). Se crea con hilos gruesos de algodón o lana que se cosen densamente bajo la superficie.
Punto de Canutillo: Se usan pequeños tubos metálicos (canutillos) que se ensartan en el hilo y se fijan a la tela, creando texturas brillantes y relieves.
Punto de Brillo: Puntadas largas que cubren grandes áreas y se sujetan con puntadas más pequeñas, creando superficies lisas y brillantes, a menudo en fondos o mantos.
Materiales: Hilos de oro, plata, seda, canutillos, lentejuelas, perlas, piedras preciosas, etc.
7. Aplicado y Montaje
Descripción: Una vez que las piezas bordadas están terminadas en el bastidor, se cortan y se ensamblan para formar el conjunto final (por ejemplo, el palio, el manto, la saya). Esta fase incluye el recorte preciso de las piezas, su unión y el montaje sobre el soporte definitivo.
Proceso:
Recorte: Las piezas bordadas se cortan cuidadosamente siguiendo sus contornos.
Aplicación: Se cosen o se fijan sobre el tejido final (el terciopelo del palio, el raso de un manto) con puntadas invisibles y muy seguras.
Forros y remates: Se añaden forros interiores para proteger el bordado y se realizan los remates finales (galones, flecos, borlas) para dar un acabado perfecto y suntuoso.
Montaje final: En el caso de un palio, se ensamblan los distintos paños (techo, bambalinas) y se preparan para su colocación en la estructura del paso.
Resultado: La obra de arte textil completa, lista para procesionar y admirar.
VII. Anexos
Anexo I. Glosario básico del bordado sacro
Canutillo: hilo metálico enrollado usado en bordados de realce.
Cartulina: base de cartón sobre la que se borda en oro.
Recorte: técnica en la que se cosen apliques ya bordados sobre el tejido definitivo.
Hojilla: fino hilo de oro que se ondula sobre el tejido.
Tisú: tela de seda entretejida con hilos de oro o plata.
Anexo II. Cronología de bordadoras y talleres relevantes (siglos XVII-XXI)
Fecha
Bordadora/Taller
Localidad
Obra destacada
1627
Sor Ana de la Cruz
Sevilla
Capa pluvial de Santa Clara
1751
María Antonia de la Vega
Sevilla
Saya de la Virgen del Gran Poder
1919
Elena Caro
Sevilla
Manto de la Macarena
1952
Carrasquilla
Málaga
Túnica del Cristo del Amor
2005
Jesús Rosado
Écija
Palio Virgen de la Paz (Sevilla)
Anexo III. Fragmento documental
Carta del Arzobispo de Sevilla, D. Marcelo Spínola, 1902:
"El arte del bordado, si es fruto de manos que oran y corazones que creen, se convierte en predicación muda y eficaz. ¡Cuánto bien hacen al alma los bordados que elevan el espíritu!"
Anexo IV. Propuestas de visitas o rutas patrimonialesen Andalucía para conocer obras maestras del bordado in situ:
Localidad
Obra bordada
Taller / Autor
Cofradía
Año
Granada
Palio de María Santísima de la Amargura
Rafael Barbero Medina
Hermandad del Huerto
1944
Sevilla
Manto de la Esperanza Macarena
Esperanza Elena Caro
Hermandad de la Macarena
1951
Málaga
Palio de la Virgen de la Paloma
Encarnación Benítez
Cofradía de la Paloma
1957
Córdoba
Saya de la Virgen del Socorro
Madres Filipenses de Córdoba
Hermandad de las Penas de Santiago
1980
Anexo V. Voces del hilo sagrado. Testimonios
Jesús Rosado (Écija, Sevilla)
Maestro bordador. Fundador del Taller Jesús Rosado. Heredero de la escuela clásica sevillana, ha trabajado para cofradías de toda España, destacando por su respeto al simbolismo tradicional y su técnica depurada.
— “El primer hilo que se borda en un manto no es de oro: es de fe. Hay días que no empiezo a coser hasta que no rezo a la Virgen. Esto no es industria, es alma. Cada puntada lleva una intención, y a veces, un agradecimiento.”
— “Cuando recibo un encargo para una Virgen Dolorosa, lo primero que pido es saber su advocación, su historia, su pueblo. El bordado tiene que hablar con su voz. Si no, es solo adorno. Yo no bordo con hilo: bordo con memoria colectiva.”
María del Mar Álvarez (Córdoba)
Diseñadora y ejecutora. Directora de un pequeño taller familiar. Especialista en la recuperación de técnicas antiguas y bordados con simbología litúrgica olvidada.
— “Mi abuela era costurera de sacristía. De ella aprendí que bordar una cruz en un corporal era una forma de oración. Hoy intento que esa misma mística esté presente cuando diseño una toca de sobremanto o un estandarte.”
— “El bordado no se aprende solo con la aguja. Hay que conocer las letanías, los dogmas, las lágrimas. Hay diseños que me salen llorando. Sobre todo, cuando bordo para Vírgenes de pueblos pequeños, donde hay tanta fe metida en un encargo de 40 centímetros.”
José Miguel Carrasco (Málaga)
Bordador, docente de Historia del Arte. Ha estudiado profundamente el simbolismo mariano en el bordado. Su taller combina bordado tradicional con técnica contemporánea de realce.
— “Un día una señora me dijo: 'Gracias por bordarle ese manto a la Virgen, porque es lo único bonito que verá mi madre antes de morir'. Esa frase me cambió la vida. Entendí que lo que hacemos no es decoración. Es consuelo.”
— “Los bordadores tenemos una responsabilidad tremenda. Traducimos siglos de devoción en imágenes que van a durar generaciones. Por eso hay que formarse en historia, en iconografía, en liturgia. No basta con saber coser.”
Isabel Peña Romero (Granada)
Hija y nieta de bordadoras conventuales. Recupera el estilo conventual granadino del siglo XVII, con fuerte influencia cisterciense. Bordados austeros, cargados de profundidad espiritual.
— “Mis piezas no llevan mucho oro, ni grandes filigranas. Lo que hago tiene más de silencio que de luz. A veces me piden un bordado para una Virgen de recogimiento, y entonces solo uso lino, hilo blanco y símbolos de la Pasión.”
— “Trabajo muchas veces rezando el rosario, como hacían mis tías abuelas. Me siento una mujer que cose en la frontera entre lo humano y lo divino. Y cuando veo una saya mía en la calle, pienso que la Virgen ha salido con un poco de mi alma cosida al pecho.”
Antonio Gómez Linares (Jerez de la Frontera)
Joven promesa del bordado cofrade. Especializado en la reinterpretación del barroco jerezano. Ha trabajado con talleres sevillanos y gaditanos, apostando por una estética que une clasicismo y juventud.
— “Me dicen que soy joven para dedicarme a esto. Pero yo nací viendo a la Virgen de la Esperanza entrar con su manto verde bajo el palio. Tenía 6 años. Desde entonces supe que lo mío sería bordar.”
— “El diseño es lo más difícil: hacer que cada hoja, cada roleo, diga algo. Para mí, el bordado tiene que hablar como un salmo: con belleza, sí, pero también con mensaje. Un palio bien bordado es una catequesis en movimiento.”
En cada una de estas voces hay un eco del pasado y una promesa de continuidad. El bordado sacro, lejos de ser un arte moribundo, se revela como una disciplina viva, palpitante, que necesita manos firmes, sí, pero sobre todo corazones creyentes. Son estos hombres y mujeres los que mantienen encendida la llama de una tradición que no se enseña en academias, sino en sacristías, en patios de convento, en mesas de trabajo donde las tijeras cortan tela y silencio a partes iguales.
Bibliografía y fuentes consultadas Fuentes primarias
Archivo Histórico del Arzobispado de Sevilla. Inventarios conventuales, siglo XVII
Archivo de la Hermandad del Gran Poder de Sevilla. Cartas y encargos de bordados, 1751-1920
Carta pastoral de D. Marcelo Spínola, Arzobispo de Sevilla, 1902.
Cédulas Reales de la Capilla Real de Granada, 1492-1516.
Fuentes secundarias
García de la Concha Delgado, M. El bordado litúrgico en Andalucía. Universidad de Córdoba, 1998.
Romero Mensaque, C. Arte y devoción: el bordado en la Semana Santa andaluza. Ed. Tartessos, 2005.
Montoto y Rautenstrauch, S. Sevilla Mariana. Tipografía Rodríguez, 1915.
VV. AA. Revista Nazareno y Cirial, números especiales 2010-2024.
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