R. Zamora, para Padul Cofrade
Granada, 5 de julio de 2025
Introducción
Hay artes que se palpan, otras que se oyen, otras que se contemplan. Pero hay una que reza en silencio: el bordado sacro. Arte litúrgico y devocional, oficio transmitido en conventos, casas humildes y talleres señoriales, el bordado cofrade ha sido, desde el siglo XVII, plegaria hecha oro. En cada puntada se oculta una súplica, una lágrima contenida, un gesto de fe que, sin palabras, se ofrece a lo alto. Este artículo se adentra en el corazón de ese arte orante, rastreando su historia, símbolos, técnicas y protagonistas —desde los telares conventuales de clausura hasta los grandes nombres que hoy firman las bambalinas de nuestras Vírgenes.
I. Origen y espiritualidad del bordado sacro
De la celda al altar: los conventos como semilla del arte bordado
El bordado con hilo de oro y seda, en el ámbito sacro, hunde sus raíces en los monasterios medievales, pero será en los siglos XVII y XVIII cuando adquiera en Andalucía una identidad claramente litúrgica y cofrade. En los libros de fábrica de numerosos conventos, como el de Santa Paula o Madre de Dios (Sevilla), se encuentran entradas como:
"Se bordaron dos caídas de palio con punto de recorte, labor de nuestras hermanas, para mayor ornato de la Virgen del Socorro, año del Señor de 1673.” (Archivo del Monasterio de Santa Paula, Libro de Cuentas, fol. 112r).
Las religiosas, muchas de ellas de alta cuna o con dotes artísticas, empleaban el bordado no solo como labor decorativa, sino como vía de oración. Era común repetir jaculatorias entre puntada y puntada. El taller de bordado era un espacio litúrgico, no solo artesanal.
El arte de bordar se consideraba una forma de meditatio. En su Regla de vida para religiosas bordadoras, escrita en 1731 por Sor Inés de la Cruz (Archivo del Convento de las Trinitarias, Sevilla), se leía: "La aguja será nuestra espada de oración, y el bastidor, nuestra custodia del alma."
II. Técnica, estilo y evolución histórica
Tipos de punto y su simbología
A lo largo de los siglos, el bordado sacro ha desarrollado una riqueza técnica asombrosa. Cada tipo de punto no solo tiene un valor estético, sino un trasfondo simbólico:
Punto
Descripción
Simbolismo
Punto de recorte
Hilo de oro sobre cartulina para crear relieve
Elevación espiritual
Cartulina bordada
Oro plano sobre formas geométricas
Estabilidad de la fe
Hojilla
Filamento de oro fruncido
Fragilidad de la gloria humana
Punto matiz
Seda para flores y detalles
Delicadeza del alma
Muestra armada
Hilos colocados de forma geométrica con tachuelas
Orden cósmico y armonía divina
Evolución estética: del Barroco a la contemporaneidad
En los siglos XVII y XVIII, predominan los motivos vegetales y heráldicos. El siglo XIX introduce una estética más romántica, con profusión de flores naturalistas. A finales del XIX y comienzos del XX, con Rodríguez Ojeda como maestro, el bordado adquiere teatralidad y tridimensionalidad, con los célebres bordados "a aire".
En la actualidad, algunos talleres, como el de Jesús Rosado, apuestan por una recuperación del lenguaje simbólico, reintroduciendo el simbolismo místico: lirios entrelazados como pureza martirial, espigas como signo eucarístico, estrellas bordadas que evocan letanías marianas
Escuelas de bordado en Andalucía
A partir del siglo XIX se consolidan escuelas estilísticas que aún hoy perviven:
Escuela
Localización
Características
Sevillana
Sevilla capital y Aljarafe
Riqueza barroca, uso profuso de oro, simetría
Granadina
Granada y Alpujarras
Estilo más sobrio, inspiración mudéjar, relieve marcado
Malagueña
Málaga y Vélez
Elementos florales, bordado fino en malla
Cordobesa
Córdoba y Campiña
Geometría, simetrías vegetales, austeridad
III. El bordado como herencia popular y devocional
El manto como exvoto
En numerosos inventarios del siglo XVIII aparecen anotaciones como: “Manto bordado en oro donado por familia de devoto tras rogativa de sequía superada”. El bordado es, así, expresión de gratitud, sacrificio, promesa cumplida.
“Mi abuela dio sus alianzas para fundir el hilo del corazón del manto de la Virgen de la Esperanza”. — Testimonio anónimo recogido por la Hermandad de la Macarena, 1947.
La práctica del bordado devocional doméstico fue común hasta bien entrado el siglo XX. En pueblos como Priego de Córdoba, se conservan paños de altar y mantos de gloria bordados por mujeres que nunca firmaron su obra pero que bordaban “por la salud de un hijo” o “por haber salido de una pena”.
Documentos de archivo
Inventario del Camarín de la Virgen del Rosario, Cádiz (1789):“Manto de raso azul, bordado en oro fino por devoción de Doña Ana de Lira, con invocación del Ave María bordada en la orla interior”.
Libro de Cuentas de la Hermandad del Gran Poder, Sevilla (1816):“Se recogen cinco onzas de oro donadas por fiel para uso de nuevo faldón procesional”.
Citas documentales
“No es solo ornamento: es doctrina en oro, mensaje bordado para quien no sabe leer pero sabe contemplar.”
— Fray José de la Encarnación, predicador franciscano, homilía en la festividad del Carmen, 1782.
IV. Bordadoras, maestras y talleres de ayer y de hoy
Talleres históricos
Nombre
Ciudad
Actividad destacada
Rodríguez Ojeda
Sevilla
Revolución estética con bordados "a aire"
Hijas de la Caridad
Córdoba
Mantos de cultos internos del XIX
Monjas Comendadoras
Granada
Bordados conventuales de palios de gloria
Antonia del Castillo
Jerez de la Frontera
Pionera en bordado civil y sacro a principios del XX
Entrevistas y testimonios
Dña. Dolores Ramírez, maestra bordadora de La Palma del Condado:
"Mi madre me enseñó a rezar el Rosario con la aguja en la mano. Me decía: ‘No bordes sin encomendarte a Ella’. Lo sigo haciendo.”
"Cada encaje que bordo lo pienso como un suspiro, cada cruz como un pesar que alguien me cuenta. Bordar es como confesar sin decir palabra."
D. Andrés Marchena, prioste mayor de una hermandad sevillana:
“Los bordados no son decoración. Son testimonio. Si supiéramos lo que hay detrás de cada saya, lloraríamos al verla salir.”
V. El bordado como patrimonio vivo
Hoy, el bordado sacro se preserva, se reinventa, se reza. A través de escuelas como la de Jesús Rosado en Écija o el taller de Sucesores de Esperanza Elena Caro en Sevilla, nuevas generaciones aprenden a bordar como quien aprende a orar.
La Junta de Andalucía ha catalogado recientemente varios mantos como Bien de Interés Cultural, reconociendo el bordado como parte del patrimonio inmaterial de Andalucía.
La Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, lleva a cabo un proyecto de catalogación digital de bordados sacros anteriores a 1900, con más de 270 piezas ya registradas. “Un manto no es una tela con oro: es una página de Evangelio cosida con fe.” — R. Zamora
Epílogo
Donde hay hilo de oro, hubo una ofrenda. Donde hay una flor bordada, hay un rezo escondido. El bordado sacro no es un arte para los museos, sino para las calles, los cultos, las lágrimas. Cada palio que se mece, cada faldón que roza el adoquín, cada estola que abraza a un sacerdote… fue bordada con manos que sabían que lo divino necesita de lo humano para vestirse.
Así, puntada a puntada, Andalucía bordó su fe.
Bibliografía y fuentes consultadas
Fuentes primarias:
Archivo del Monasterio de Santa Paula (Sevilla). Libro de Cuentas, siglo XVII.
Archivo del Convento de las Trinitarias (Sevilla). Regla de vida para religiosas bordadoras, Sor Inés de la Cruz, 1731.
Archivo de la Hermandad del Gran Poder (Sevilla), Libro de Cuentas, 1816.
Archivo de la Hermandad de la Macarena (Sevilla), Testimonios orales recogidos en 1947.
Archivo del Camarín de la Virgen del Rosario (Cádiz), Inventario patrimonial, 1789.
Fuentes secundarias:
García de la Concha Delgado, M. El arte del bordado litúrgico en Andalucía. Sevilla: Editorial San Hermenegildo, 1997.
Pérez Cano, L. El bordado religioso en España: Técnicas y simbolismo. Madrid: CSIC, 2004.
Martín Corrales, J.M. Oro y sedas para la Virgen. Iconografía del bordado cofrade. Córdoba: Fundación Viana, 2011.
Catálogo digital de bordados religiosos. Universidad de Sevilla - IAPH, 2022.
Revista Arte Sacro, nº 32, “Las manos que bordan la fe”, marzo de 2020.
Anexos documentales y gráficos complementarios
Glosario del Bordado Sacro
Bordado en oro: Técnica de bordado que utiliza hilos metálicos, generalmente de oro o plata (o imitaciones), para crear diseños ricos y suntuosos. Es característico de vestiduras litúrgicas, mantos, estandartes y otras piezas de ajuar sacro, aportando un gran valor artístico y simbólico.
Sedas: Hilos de seda de diversos colores utilizados en el bordado para crear motivos figurativos, florales o geométricos. A menudo se combinan con el bordado en oro para dar volumen, color y realismo a las composiciones, ofreciendo una gran riqueza cromática y textural.
Cartulina o papel de oro: Material rígido (cartón fino o papel grueso) que se utiliza como base para dar volumen a los diseños bordados en oro. Se recorta con la forma del dibujo y sobre él se fijan los hilos metálicos.
Puntadas de bordado: Las diferentes formas en que se cosen los hilos para crear texturas y efectos. Algunas de las más comunes en el bordado sacro incluyen la puntada de realce, la puntada tendida, el punto de matiz, el punto de cordoncillo, etc.
Realce: Técnica que consiste en dar volumen a ciertas partes del bordado mediante el uso de rellenos de cartulina, algodón u otros materiales, sobre los cuales se borda. Esto crea un efecto tridimensional.
Tisú: Tejido suntuoso en el que se entremezclan hilos de seda con hilos metálicos (oro o plata), creando un efecto brillante y rico. A menudo sirve de base para el bordado.
Manto de camarín: Prenda ricamente bordada que viste a las imágenes de devoción, especialmente a las Vírgenes, cuando se encuentran en su camarín o en cultos internos, no en procesión.
Manto de procesión: Manto bordado de gran tamaño y riqueza, diseñado para ser lucido por las imágenes de la Virgen durante las procesiones, especialmente en Semana Santa. Suelen ser piezas de un valor artístico y patrimonial extraordinario.
Saya: Vestidura que cubre el cuerpo de las imágenes, especialmente de las Vírgenes. Al igual que los mantos, las sayas pueden estar ricamente bordadas.
Palio: Dosel o techo bordado que cubre el paso de algunas imágenes, especialmente las Dolorosas. Es una pieza de gran envergadura y riqueza, sostenida por varales.
Bambalinas: Faldones bordados que cuelgan del palio, rodeando el paso. Pueden ser delanteras, traseras y laterales, y suelen estar ricamente decoradas.
Estandarte: Bandera o insignia bordada que representa a una hermandad o cofradía. Suelen ser piezas de gran belleza artística y simbólica.
Simpecado: Estandarte que representa el dogma de la Inmaculada Concepción, muy común en las hermandades marianas. Suele ser una pieza de bordado de gran tamaño y riqueza.
Taller de bordado: Lugar donde se realizan las obras de bordado sacro, a menudo con técnicas artesanales transmitidas de generación en generación.
Línea cronológica del bordado cofrade en Andalucía
Evolución histórica
Siglo XVII: Primeras referencias en conventos. Bordado litúrgico como oración.
1701–1789: Consolidación en cofradías. Aparición de mantos exvotos.
XIX: Romanticismo textil. Entrada de motivos florales naturalistas.
1880–1920: Apogeo con Rodríguez Ojeda. Innovación estética.
1950–1975: Continuismo y supervivencia en talleres familiares.
2000–actualidad: Rescate del simbolismo. Declaraciones patrimoniales.
Fragmentos de documentos históricos reproducidos
1. Libro de Cuentas del Convento de Santa Paula (1673) “...pagáronse dos onzas de oro para labor sobre raso carmesí que sirvió de saya a Nuestra Señora del Socorro, obra de mano de sor Jacinta de la Cruz.”
2. Regla de vida de Sor Inés de la Cruz (1731) “La aguja será nuestra espada de oración, y el bastidor, nuestra custodia del alma.”
3. Testimonio manuscrito, Hermandad del Gran Poder (1816) “Recibida limosna de fiel anónimo para bordar faldón nuevo en señal de promesa cumplida. Encargo a taller de Hilario Ruiz.”
Talleres históricos y actuales en Andalucía
Distribución geográfica
Sevilla: Rodríguez Ojeda, Esperanza Elena Caro, Jesús Rosado
Córdoba: Hijas de la Caridad, taller conventual del Corpus Christi
Granada: Monjas Comendadoras, talleres de Santa Isabel la Real
Jerez: Antonia del Castillo, Bordados Salas
Málaga: Talleres de la Trinidad, actuales Escalante y Villarreal
Este conjunto de gráficos y fuentes materiales no solo enriquece la comprensión de esta artesanía sacra, sino que permite anclarla en la historia viva del pueblo andaluz. Como escribió el P. Sebastián de Viera en 1810: “Donde hay bordado en oro, allí ha pasado un ángel con su aguja y su fe.”
Bibliografía y fuentes consultadas
Fuentes primarias:
Archivo del Monasterio de Santa Paula (Sevilla). Libro de Cuentas, siglo XVII.
Archivo del Convento de las Trinitarias (Sevilla). Regla de vida para religiosas bordadoras, Sor Inés de la Cruz, 1731.
Archivo de la Hermandad del Gran Poder (Sevilla), Libro de Cuentas, 1816.
Archivo de la Hermandad de la Macarena (Sevilla), Testimonios orales recogidos en 1947.
Archivo del Camarín de la Virgen del Rosario (Cádiz), Inventario patrimonial, 1789.
Fuentes secundarias:
García de la Concha Delgado, M. El arte del bordado litúrgico en Andalucía. Sevilla: Editorial San Hermenegildo, 1997.
Pérez Cano, L. El bordado religioso en España: Técnicas y simbolismo. Madrid: CSIC, 2004.
Martín Corrales, J.M. Oro y sedas para la Virgen. Iconografía del bordado cofrade. Córdoba: Fundación Viana, 2011.
Catálogo digital de bordados religiosos. Universidad de Sevilla - IAPH, 2022.
Revista Arte Sacro, nº 32, “Las manos que bordan la fe”, marzo de 2020.
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