Aurora de la Torre
Doctora en Historia por la Universidad de Sevilla
Colaboradora en Padul Cofrade
Sevilla, 24 de julio de 2025
Un análisis del retablo mayor en las iglesias cofrades: iconografía, composición, autores y su papel como escenario litúrgico y devocional
I. Donde habita la palabra sin voz
Los muros de nuestras iglesias no solo encierran piedra y memoria, sino tiempo sagrado. En su corazón, el retablo mayor alza su bosque dorado, donde la luz se posa con reverencia y la fe se hace forma. Escrito sin tinta, el retablo narra sin voz: un evangelio de madera, dorado con fuego alquímico y tallado a golpe de oración y gubia.
El retablo no es decoración: es una estructura de sentido. Desde el siglo XVI, y especialmente tras el Concilio de Trento (1545–1563), se convirtió en el medio visual predilecto de la Iglesia para instruir y conmover. Como escribió el padre Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana (1611), “retablo es como espejo sagrado, do se mira el alma cristiana”.
El retablo es del autor Pierre Dancart. Es su obra maestra, a la que dedicó toda su vida,
también trabajaron tallistas como el maestro Marcos y Alejo Fernández. https://short-link.me/18oLa
II. Arquitectura de la fe: funciones litúrgicas y simbólicas
Desde su configuración como fondo del altar, el retablo articula la jerarquía visual y teológica del espacio. Su disposición, generalmente en calles (verticales) y cuerpos (horizontales), crea una narrativa ascendente: de lo terrenal a lo celestial, del dolor a la gloria. Este orden no es caprichoso: responde a una teología visual elaborada y deliberada.
En el Decreto sobre el culto de las imágenes del Concilio de Trento se afirma: “A fin de que el pueblo instruido por medio de las imágenes aprenda a recordar y venerar los artículos de la fe”.
Así, el retablo mayor se erige como catequesis perpetua, especialmente en templos donde la liturgia convive con la piedad popular, como es el caso de las iglesias cofrades.
III. Iconografía devocional y estructura simbólica
En las iglesias de las hermandades, el retablo se convierte en altar permanente y escenario ritual. Contemplamos cómo los titulares de las cofradías —Cristos crucificados, nazarenos, vírgenes dolorosas— ocupan el eje central, y a su alrededor giran figuras secundarias que amplifican su mensaje redentor.
Por ejemplo, en el retablo de la Iglesia de San Julián (Sevilla), sede de la Hermandad de la Hiniesta, se observa una rica lectura visual: en el centro, la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, patrona de la ciudad; a su alrededor, santos vinculados al dogma mariano y escenas de la Resurrección, que dialogan con la imagen de la dolorosa procesional, la Hiniesta Dolorosa.
En la Iglesia de San Juan de Dios (Granada), el retablo barroco incluye un rompimiento de gloria que se ilumina durante la función principal de instituto de la Cofradía de la Santa Cena, creando una conexión escénica entre lo ritual y lo visual, lo efímero del altar de cultos y lo eterno del altar mayor.
IV. Autores, talleres y escuelas: la genealogía de los retablos
Detrás de estos altares dorados se encuentran generaciones de escultores, ensambladores, doradores y arquitectos del espíritu. Entre los más destacados en Andalucía se encuentran:
Pedro Duque Cornejo (1677–1757): Autor del retablo mayor del Salvador de Sevilla, con influencia en numerosas parroquias sevillanas.
Francisco Hurtado Izquierdo (1669–1725): Creador del fastuoso retablo del Sagrario de Priego de Córdoba.
Antonio Palomino, que definió en su Museo pictórico (1724) los principios iconográficos y escenográficos del retablo barroco.
En muchos casos, la autoría se pierde, pero persisten contratos, cartas y cuentas parroquiales que testimonian sus nombres. En el Archivo Histórico Diocesano de Córdoba (Leg. 1124, año 1742), hallamos la siguiente nota: “Entregados tres mil reales al maestro D. Alonso Ruiz por la hechura de los cuerpos bajos del nuevo retablo, con obligación de dorarlo en el plazo de seis meses, quedando el Santísimo resguardado”.
V. El retablo como escenario de la devoción cofrade
Durante los cultos de Cuaresma y Pascua, el retablo se transforma. Los priostes levantan altares efímeros que dialogan con el altar permanente. Se integran flores, paños, candeleros, cartelas y relicarios. Se produce una liturgia visual compleja y profundamente simbólica, en la que lo efímero no niega, sino que potencia, lo eterno.
Los cofrades no celebran de espaldas a su altar, sino bajo su mirada. La función principal, los besamanos y besapiés, la bendición de nuevas imágenes o la presentación de insignias se hacen siempre bajo su tutela. Es el retablo el que da unidad a la historia de la hermandad.
VI. Espejo de siglos, herencia compartida
Más allá de su función estética o litúrgica, el retablo es un archivo tridimensional de la fe. Guarda en su interior reliquias, votos, promesas, y a veces incluso cenizas. Su madera resiste incendios, guerras, reformas litúrgicas y modas artísticas. Es un testigo.
Como escribió Diego Angulo Íñiguez en 1945: “El retablo andaluz no es una obra de arte aislada, sino una suma de voces, una sinfonía que integra arquitectura, escultura, pintura, dogma y emoción”.
Por eso, mientras haya quien rece ante él, quien lo repinte o restaure, quien le alce la vista o lo abrillante con respeto, seguirá cumpliendo su misión: narrar el misterio desde el silencio.
ANEXOS
Diccionario esencial de terminología de retablos
Ático
Parte superior del retablo, situada sobre el cuerpo principal. Suele alojar escenas culminantes de la vida del titular o la representación del Padre Eterno, el Calvario o el Espíritu Santo. También llamado "remate". Véase: Juan de Mariana, “Tratado de la adoración de las imágenes”, 1605.
Banco o predela
Zona inferior del retablo, sobre el altar. Acoge relieves o pinturas de menor tamaño con escenas complementarias. Suele contener el sagrario o manifestador. Archivo General del Arzobispado de Sevilla, Carta pastoral de 1734 sobre el orden de los altares mayores.
Cajeado
Recuadro decorativo tallado o pintado en relieve dentro del retablo, muchas veces destinado a relieves, relicarios o elementos ornamentales secundarios.
Camarín
Espacio posterior, elevado o interior del retablo, destinado a albergar imágenes de especial devoción. Puede estar oculto o visible, y suele tener acceso reservado para el culto interno. “Libro de Fábrica de la Parroquial de San Juan de Úbeda”, 1729.
Columna salomónica
Elemento sustentante característico del barroco, de fuste helicoidal y gran carga simbólica. Asocia la idea del Templo de Jerusalén y del árbol de la vida. Frecuente en retablos cofrades. Andrés de Burgos, Tratado de arquitectura sagrada, 1681.
Cuerpo
Cada una de las divisiones horizontales del retablo. Puede haber varios (uno, dos o tres cuerpos), organizados jerárquicamente.
Encasetonado
Decoración modular del fondo del retablo o del intradós de los arcos, con motivos geométricos en relieve. En retablos cofrades suele incorporar símbolos pasionistas.
Hornacina
Espacio cóncavo tallado o construido en el retablo para alojar una imagen. Puede estar rematada por frontón, venera o arco.
Manifestador
Pequeño templete o sagrario elevado situado en el eje central del banco del retablo, reservado para la exposición del Santísimo Sacramento. Instrucciones Sinodales del Obispado de Córdoba, 1698.
Nicho
Espacio cerrado o encajado en la estructura del retablo, en el que se aloja una imagen de bulto redondo o una reliquia. A menudo se confunde con la hornacina, aunque suele ser más profundo y cerrado.
Ordenes arquitectónicas
Lenguaje clásico usado en la composición: dórico, jónico, corintio, compuesto o salomónico. Se aplican tanto en columnas como en entablamentos.
Pechinas ornamentales
Triángulos curvos que permiten el paso de la planta cuadrada a la planta circular o de cúpula. En retablos cofrades, pueden ornamentarse con escudos de hermandades, ángeles pasionistas o atributos marianos.
Pilar-estípite
Elemento sustentante en forma de pirámide invertida o tronco de cono, muy usado en el barroco tardío. Simboliza la solidez y verticalidad ascética. José María Azcárate, El retablo barroco español, 1956.
Ráfaga o resplandor
Elemento metálico o tallado que envuelve la imagen central del retablo, como símbolo de su sacralidad y proyección celestial. En retablos cofrades se reserva a titulares marianos o al Señor en su manifestación gloriosa.
Tabernáculo
Espacio cerrado, pequeño y ricamente ornamentado, donde se custodia el Santísimo Sacramento en los retablos de uso parroquial o conventual.
Tondo
Elemento circular en relieve o pintura dentro del retablo, que contiene escenas secundarias, retratos de santos o símbolos doctrinales.
Trono-relicario
Disposición del retablo que presenta al titular sobre un trono elevado, acompañado de relicarios a modo de corte celestial. Muy frecuente en los retablos cofrades del siglo XVIII.
Venera
Elemento decorativo en forma de concha semicircular, presente en hornacinas o coronando cuerpos. Símbolo de acogida y del bautismo.
Zócalo
Parte inferior del retablo, base decorada con motivos vegetales, geométricos o heráldicos. A veces alberga inscripciones fundacionales o dedicatorias.
Diccionario esencial de terminología de retablos
Término
Definición
Función litúrgica/devocional
Ejemplo representativo
Ático
Remate superior del retablo, generalmente coronado por un frontón
Enmarca la culminación de la escena sagrada
Ático con Dios Padre en el retablo mayor de San Juan Bautista (Marchena)
Banco o Predela
Parte inferior del retablo, bajo el primer cuerpo
Soporta el retablo; suele contener sagrarios, relieves o inscripciones
Banco con relieves de la Pasión en el retablo de la Merced (Jerez)
Calle
División vertical del retablo, que organiza las imágenes
Distribuye jerárquicamente las figuras
Tres calles en el retablo mayor del Salvador (Sevilla)
Cuerpo
División horizontal del retablo
Jerarquiza los contenidos sagrados según niveles celestiales
Retablo de San Lorenzo con tres cuerpos (Córdoba)
Cornisa
Moldura que corona o separa cuerpos o calles del retablo
Marco arquitectónico; puede incluir símbolos o angelotes
Cornisa decorada con hojarasca en retablo de San Gil (Sevilla)
Expositor
Peana central que acoge el sagrario o custodia eucarística
Fomenta la adoración eucarística
Expositor en el retablo mayor de la Cartuja de Granada
Hornacina
Nicho o cavidad donde se aloja una imagen
Resguarda y exalta la imagen principal o secundarias
Hornacinas laterales del retablo de la Magdalena (Sevilla)
Macolla
Elemento floral o decorativo que corona el retablo
Adorno simbólico de plenitud o gloria
Macolla barroca en retablo de San Luis de los Franceses (Sevilla)
Manifestador
Elemento arquitectónico central, a modo de templete, que expone el Santísimo
Devoción sacramental
Manifestador de plata en el retablo de San Ildefonso (Toledo)
Mensulón
Soporte decorado que sostiene esculturas
Eleva y destaca santos o figuras menores
Mensulones en retablo del Santo Ángel (Sevilla)
Nudo
Punto de articulación entre calles o cuerpos
Transición visual o arquitectónica
Nudo con símbolos pasionistas en retablo de San Andrés (Málaga)
Orden (arquitectónica)
Estilo clásico aplicado a columnas y pilastras (dórico, jónico, corintio, compuesto)
Aporta solemnidad y estructura
Orden corintio en el retablo de San Esteban (Sevilla)
Pilastra
Elemento vertical plano adosado, con función decorativa y estructural
Delimita calles, proporciona ritmo visual
Pilastras estriadas en retablo de San Pedro (Osuna)
Relieve
Escultura en bajorrelieve o altorrelieve dentro del retablo
Representación narrativa de escenas sagradas
Relieves de la vida de María en el retablo de San Isidoro (Sevilla)
Sagrario
Recinto en forma de templete o arca que guarda el Santísimo
Centro litúrgico principal del retablo en época barroca
Sagrario en forma de templete en el retablo de San Juan de Dios (Granada)
Tabernáculo
Estructura tridimensional que alberga el sagrario o relicarios
Protección y exaltación de las reliquias o el Santísimo
Tabernáculo en retablo del Espíritu Santo (Cádiz)
Tornavoz
Elemento cóncavo superior (tipo bóveda) que mejora la acústica
Ayuda a proyectar la voz del predicador o cantor
Tornavoz en púlpito del retablo de la iglesia de San Francisco (Ronda)
Trascoro
Retablo o conjunto de retablos que se disponen tras el coro
Cierra visualmente la nave; puede contener santos o fundadores
Trascoro de la Catedral de Córdoba
Vano
Espacio abierto entre calles, que puede albergar vidrieras o esculturas
Aporta luminosidad o marco a imágenes
Vano central con vidriera en retablo de la Virgen de los Reyes
Observaciones
Los términos pueden variar según la cronología (gótico, renacimiento, barroco) y la escuela (castellana, andaluza, colonial).
En Andalucía, la terminología barroca se enriquece con léxico popular y devocional específico del ámbito cofrade (e.g., “tronco”, “gloria”, “nube”, etc.).
Cronología esencial del retablo andaluz
Año
Evento
1545
Inicio del Concilio de Trento
1581
Ordenanzas del Arzobispado de Sevilla sobre disposición de imágenes
1677
Nacimiento de Pedro Duque Cornejo
1724
Publicación del Museo pictórico de Palomino
1945
Revalorización patrimonial del retablo barroco en estudios académicos
Esquema compositivo típico del retablo barroco cofrade
Vista del retablo central del Convento de Santo Domingo en Puebla
Foto: Luisalvaz https://short-link.me/18oNz
Bibliografía y fuentes consultadas
Fuentes primarias
Archivo Histórico Diocesano de Córdoba. Leg. 1124, año 1742.
Archivo Parroquial de San Julián (Sevilla). Libros de fábrica, 1919–1932.
Concilio de Trento, Decreto sobre el culto de las imágenes, 1563.
Carta pastoral del Obispo de Málaga, 1783.
Fuentes secundarias
Angulo Íñiguez, D. El retablo barroco español. Madrid: CSIC, 1945.
Checa Cremades, F. El retablo en España. Madrid: Cátedra, 2000.
Palomino, A. Museo pictórico y escala óptica. Madrid, 1724.
Serrera, J.M. El arte andaluz y la contrarreforma. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1989.
Javierre, J. M. La devoción andaluza. Sevilla: Ediciones Padilla, 1965.
Nota de la autora
Este trabajo ha sido elaborado con respeto profundo por la tradición litúrgica andaluza y su plasmación artística. Como investigadora y como mujer nacida a los pies de un retablo, espero que estas líneas inviten a mirar con nuevos ojos aquello que, por antiguo, aún nos dice lo más nuevo.
Aurora de la Torre Doctora en Historia. Especialista en religiosidad popular y patrimonio litúrgico andaluz.
Nota legal
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