Clara Sanjuán Colaboradora cultural – Padul Cofrade
Jerez de la Frontera (Cádiz) 27 de julio de 2025
Conservación y memoria en las tallas procesionales andaluzas
Cuando la luz de una tarde de Jueves Santo se posa sobre el rostro de una dolorosa, son pocos los ojos que reparan en las fisuras minúsculas que surcan su policromía. Pero esas grietas, silenciosas y tenaces, no son simples accidentes del tiempo: son huellas de una vida vivida en carne de cedro, heridas sutiles que nos hablan de siglos de devoción, de manos que la llevaron, de templos que la acogieron. Son la memoria de la materia.
Este artículo no pretende desvelar secretos que los restauradores custodian con pudor, sino revelar con humildad el alma que se agita bajo la superficie dorada del arte sacro andaluz. Hoy, más que nunca, las tallas procesionales barrocas nos piden ser vistas desde otro lugar: no solo como imágenes para la veneración o el asombro, sino como organismos vivos que respiran, padecen, envejecen... y necesitan ser cuidados.
1. Un barroco que aún late
La imaginería procesional barroca constituye uno de los patrimonios más singulares y frágiles de Europa. A diferencia de otras esculturas devocionales encerradas en retablos o museos, estas imágenes salen a la calle, soportan la humedad, los cambios de temperatura, el roce del movimiento, los empujes de los costaleros, el humo de la cera y hasta los toques del devoto que pasa su mano temblorosa por su manto.
Este uso litúrgico y emocional, profundamente identitario, hace que su conservación sea también un reto cultural. No basta con preservar la madera o estabilizar la policromía: hay que hacerlo sin traicionar su función viva y sacra.
Como explicaba la restauradora Inmaculada Cuenca en una entrevista para el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico:
“Las imágenes procesionales son patrimonio emocional. Cualquier intervención debe equilibrar ciencia y respeto, sin congelar lo que está llamado a vivir.”
2. Los males invisibles: humedad, cera y vibración
Las patologías más frecuentes que afectan a las tallas procesionales no suelen ser espectaculares ni fáciles de detectar. La humedad —el gran enemigo de la madera policromada— penetra por grietas antiguas, da lugar a microhongos y provoca la aparición de sales higroscópicas. En las imágenes que procesionan en zonas costeras, el fenómeno se agrava.
A ello se suma la acumulación de cera caliente, que al endurecerse puede incrustarse en superficies doradas o en pliegues textiles esculpidos. Y por supuesto, las vibraciones: un paso mal equilibrado o una marcha con giros bruscos pueden desencadenar microfisuras en los ensambles.
Escultura en su estado inicial antes de la intervención
donde se ven los desgastes.
Alejandra del Barrio Luna https://shre.ink/x9dO
Tabla 1. Principales patologías en tallas procesionales barrocas
Tipo de deterioro
Causa principal
Efecto sobre la imagen
Fisuras en policromía
Vibración, cambios térmicos
Grietas visibles, pérdida de capa pictórica
Levantamiento del dorado
Humedad + dilatación del bol
Ampollas y desprendimientos parciales
Tiznado por cera
Cera derretida mal retirada
Mancha permanente o barniz oscurecido
Pérdida de estofado
Abrasión, roce, manipulación
Desaparición de motivos decorativos
Hongos superficiales
Humedad continuada, poca ventilación
Veladuras, puntos negros
3. Restaurar sin borrar la historia
Cada restauración es una decisión ética. ¿Hasta dónde intervenir? ¿Qué dejar como testimonio del tiempo? En ocasiones, los restauradores optan por conservar “heridas nobles” si no comprometen la estabilidad estructural. Un desconchado leve, una línea de desgaste en la nariz o en las manos no son necesariamente defectos: pueden ser memoria. Como decía mi maestro en prácticas, al observar la túnica desgastada de un Nazareno del XVIII:
“Esto no está roto, está vivido. Y lo vivido también se conserva.”
San José con el Niño. Círculo de Juan Picardo.Tercer cuarto del siglo XVI
Monasterio de San José de Carmelitas Descalzas de Medina del Campo
Obra restaurada por Francisco Boldo https://shre.ink/x9df
La tendencia actual, especialmente en centros como el IAPH o en talleres acreditados como el de Juan Miñarro o Pedro Manzano, se basa en la mínima intervención reversible, el respeto al original y la documentación exhaustiva. Nada se hace sin informes previos, pruebas químicas y registro fotográfico. La restauración ya no es el arte de disimular, sino la ciencia de acompañar.
4. Talleres, devoción y silencio
He tenido la suerte de entrar en muchos talleres de restauración. En ellos reina un silencio especial. No es el del museo ni el del templo: es el silencio del cuidado. Las imágenes reposan envueltas en gasas, las luces se filtran con filtros UV, los pinceles son de un solo pelo. Es un mundo de precisión, pero también de ternura. A veces los restauradores rezan mientras trabajan. Otras veces callan, como quien escucha a la imagen antes de tocarla.
La restauradora murciana Blanca Spreáfico, en su taller de Murcia con la imagen de San Pedro Apóstol de Calasparra
Foto: Israel Sánchez https://shre.ink/x9W3
Uno de los gestos más bellos que he visto lo realizó una restauradora gaditana al terminar su trabajo sobre una imagen dolorosa: colocó bajo su pie una ramita de espliego seco. Nadie lo verá jamás. Pero la Virgen lo huele.
5. Una llamada a la responsabilidad cofrade
Este artículo quiere ser también una llamada. Porque la conservación no es tarea solo de especialistas: es responsabilidad de las hermandades, de los capataces, de los camareros, de quienes montan y desmontan, de quienes encienden la cera. Cada gesto suma o resta años de vida a nuestras imágenes.
Urge implantar protocolos de conservación preventiva. La conservación preventiva constituye la estrategia fundamental para asegurar la pervivencia de las imágenes procesionales y religiosas de valor excepcional. Su objetivo primordial no es la intervención directa sobre la obra, sino la creación y mantenimiento de un entorno y unas condiciones que minimicen los riesgos de deterioro, prolongando así su vida útil y preservando su integridad material y simbólica para las generaciones futuras.
Principios Fundamentales de la Conservación Preventiva
Los protocolos de conservación preventiva se basan en la anticipación y la gestión de riesgos. Esto implica un conocimiento exhaustivo de los materiales constitutivos de la obra (madera, policromía, tejidos, metales, etc.) y de los factores ambientales y humanos que pueden afectarles. La meta es evitar que el daño ocurra, en lugar de repararlo una vez producido.
Control Ambiental
Uno de los pilares de la conservación preventiva es el control riguroso de las condiciones ambientales en los espacios donde se custodian y exhiben las imágenes:
Humedad Relativa (HR): Las fluctuaciones extremas de humedad son particularmente perjudiciales para la madera y las policromías, pudiendo causar movimientos de contracción y expansión que derivan en grietas, levantamientos o pérdidas de color. Se recomienda mantener una HR estable, generalmente entre el 50% y el 60%, evitando variaciones bruscas. Para ello, se emplean deshumidificadores, humidificadores o sistemas de climatización controlada.
Temperatura: Debe mantenerse constante, idealmente entre 18°C y 22°C. Los cambios drásticos de temperatura, especialmente si van acompañados de variaciones de HR, aceleran el deterioro de los materiales orgánicos.
Iluminación: La luz, tanto natural como artificial, es un agente de deterioro acumulativo. La radiación ultravioleta (UV) e infrarroja (IR) son especialmente dañinas, provocando decoloración, fragilidad y degradación de pigmentos y barnices. Se aconseja limitar la exposición a la luz, utilizando filtros UV en ventanas y luminarias, y empleando iluminación LED con bajo contenido de UV/IR. Los niveles de lux deben ser moderados, adaptados a la sensibilidad de los materiales (ej. 50 lux para policromías sensibles).
Virgen Reina
Archivo gráfico personal. Clara Sanjuán
Contaminantes Atmosféricos: Partículas de polvo, gases (óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre, ozono) y aerosoles pueden depositarse en la superficie de las obras, causando abrasión, manchas o reacciones químicas. Es crucial mantener una buena ventilación y, si es posible, sistemas de filtración de aire. La limpieza regular y cuidadosa del entorno es esencial.
Manipulación y Traslado
La manipulación inadecuada es una causa frecuente de daños. Se deben establecer pautas claras:
Personal Cualificado: Solo personal formado y autorizado debe manipular las imágenes.
Guantes: El uso de guantes de algodón o nitrilo es obligatorio para evitar el contacto directo con la piel, que puede transferir grasas, ácidos y suciedad.
Puntos de Apoyo: Identificar y utilizar siempre los puntos de apoyo estructurales de la obra, evitando presionar zonas frágiles o decoradas.
Estabilidad: Asegurar la estabilidad de la imagen en todo momento, tanto durante el movimiento como en su ubicación final. Utilizar carros de transporte adecuados y acolchados.
Rutas Seguras: Planificar previamente las rutas de traslado, eliminando obstáculos y minimizando vibraciones o golpes.
Almacenamiento y Exhibición
Los espacios de guarda y exposición deben ser seguros y estables:
Ubicación: Las imágenes deben situarse lejos de fuentes directas de calor, frío, humedad o luz (radiadores, ventanas, puertas).
Soportes Adecuados: Emplear pedestales, vitrinas o soportes diseñados específicamente para cada obra, que garanticen su estabilidad, permitan la ventilación y protejan del polvo y el acceso indebido.
Distancia de Seguridad: Mantener una distancia prudencial entre las obras y las paredes, así como entre ellas, para evitar roces y permitir la circulación del aire.
Vitrinas Climatizadas: Para piezas de muy alto valor o especial sensibilidad, las vitrinas climatizadas pueden ofrecer un microclima controlado.
Control de Plagas
Los ataques de insectos xilófagos (carcomas, termitas) y roedores pueden ser devastadores:
Inspección Regular: Realizar inspecciones periódicas en busca de indicios de actividad biológica (serrín, galerías, excrementos).
Limpieza: Mantener la limpieza en los almacenes y salas de exposición para no atraer plagas.
Cuarentena: Cualquier material nuevo que ingrese al espacio de conservación debe pasar por un período de cuarentena y revisión.
Tratamientos No Invasivos: En caso de detección, priorizar tratamientos de desinsectación no invasivos y respetuosos con el patrimonio (anoxia, congelación).
Documentación y Monitorización
La documentación sistemática es crucial para la trazabilidad y la toma de decisiones:
Fichas de Conservación: Crear fichas detalladas de cada obra, incluyendo materiales, estado de conservación inicial, intervenciones previas, y un registro fotográfico.
Monitorización Ambiental: Registrar continuamente los datos de HR y temperatura mediante termohigrómetros.
Informes de Estado: Realizar revisiones periódicas del estado de conservación de las imágenes y documentar cualquier cambio o nuevo daño.
Plan de Emergencia
Anticipar posibles catástrofes y tener un plan de respuesta:
Identificación de Riesgos: Evaluar riesgos como incendios, inundaciones, robos, o vandalismo.
Medidas Preventivas: Instalar sistemas de detección de incendios, seguridad, y protección contra el agua.
Protocolos de Actuación: Establecer procedimientos claros para la evacuación segura de las obras en caso de emergencia, identificando rutas y personal responsable.
Contactos de Emergencia: Disponer de una lista actualizada de contactos de restauradores, bomberos, y personal de seguridad.
La implementación rigurosa de estos protocolos de conservación preventiva no solo salvaguarda la materialidad de las imágenes procesionales y religiosas de especial valor, sino que también protege su significado cultural, histórico y espiritual, asegurando que sigan siendo un legado vivo para las futuras generaciones de fieles y admiradores.
Bibliografía
Cuenca López, Inmaculada. La conservación del patrimonio escultórico sacro en Andalucía, IAPH, 2018.
Navarro, C. y Ramírez, J. Técnicas de intervención en imaginería barroca, Universidad de Sevilla, 2021.
Gutiérrez Sanz, L. El alma herida del retablo: restauración y respeto, ed. San Eloy, 2019.
Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Guía de buenas prácticas en conservación preventiva para hermandades, Junta de Andalucía, 2022.
Entrevistas y visitas técnicas a talleres en Cádiz, Sevilla y Córdoba (2023-2025).
Nota de autora
Este artículo nace de la observación directa y del amor profundo a unas imágenes que, más allá de su función religiosa, forman parte de nuestra historia, de nuestra identidad y de nuestras emociones. Mi intención es tender un puente entre quienes las cuidan técnicamente y quienes las veneran con el alma. Ojalá este texto ayude a mirar con otros ojos... y con más responsabilidad.
Nota legal
Este artículo ha sido redactado exclusivamente para Padul Cofrade, quedando prohibida su reproducción total o parcial sin consentimiento expreso de la autora. Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad de su firmante.
Clara Sanjuán Colaboradora cultural – Padul Cofrade