¿Los formamos o los expulsamos? Simplemente los convidamos a tomar café
Por Manuel Zamora Negrillo
Colaborador cultural de Padul Cofrade
Barcelona, 30 de agosto de 2025
Propósito: Este artículo pretende dar a conocer una experiencia de primer anuncio llevada a cabo por la Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Barcelona entre sus miembros más alejados de la práctica religiosa. Hemos de tener claro es una experiencia de primer anuncio, no de una formación convencional. Se trata de hacer presenta a Cristo en la vida de estos cofrades.
Cada año al acabar la Semana Santa, surge la misma pregunta referente a la gran cantidad de jóvenes que participan en las procesiones ¿Dónde han estado metidos todos estos el resto del año?
Es una pregunta trampa, a nadie le importa donde han estado metidos, más bien les importa que no hayan aparecido por sus respectivas parroquias. Muchos identifican esa situación con el “mal de las cofradías” cuando tal vez se debiera considerar como una consecuencia del “mal de la iglesia”, debido al cambio en la forma de relacionarse la sociedad con respecto a la misma.
La religiosidad popular ha pasado de ser una forma denostada de sentir la fe, a ser el agente más válido para anunciar a Cristo en la sociedad. Una sociedad que se ve más cercana a esta fe urbana y que se presta a participar de sus actividades sin complejos.
Muchas personas que participan en las procesiones de nuestra diócesis, particularmente como costaleros o músicos, tienen una práctica tibia y a veces inexistente, incluso alguno no está bautizado nutriendo cuadrillas de costaleros donde no se pide ser hermano.
Esta situación, aunque no nos guste, no podemos considerarla como un problema, hemos de considerarla como una oportunidad de disfrutar de una clientela variopinta que se nos acerca de forma animosa y por su propia voluntad sin que la hayamos llamado. Una especie de atrio de los gentiles fruto del nuevo paradigma que se dibuja entre sociedad e iglesia.
Estas personas generalmente no tienen experiencia de Dios, pero en cambio no les cuesta caminar al lado de colectivos de iglesia y además lo hacen cómodamente, aunque no se ven llamados a ampliar su participación en otros ámbitos que no sean los menesteres para los cuales les requiere la hermandad o cofradía.
Asimilar esta situación y afrontar el reto de trabajar el nuevo escenario iglesia/sociedad, fue lo que llevó en 2016 a la Congregación de la Buena Muerte de Barcelona. a trabajar con algunos de sus costaleros que se encontraban en la situación descrita anteriormente. Para ello se hizo valer a una persona influyente del grupo de costaleros, la cual seleccionó aquellas personas del grupo susceptibles de recibir un primer anuncio. Dicha persona seleccionó cuatro jóvenes (dos chicos y dos chicas) de 19 a 25 años y además nos sirvió de puente para convocar a los jóvenes a un primer encuentro con los responsables del primer anuncio.
Los primeros encuentros en ningún momento se les presentó como un proceso de primer anuncio ni de crecimiento en la fe, más bien como una posibilidad de integrarse en labores de la cofradía ajenas hasta las ahora realizadas. A la conclusión de las mismas “la Hermandad nos paga un café”. Efectivamente, la hermandad paga a convocantes y convocado café, no pueden pensar se les paga por ser convocados. Aquellas primeras reuniones también sirvieron a los responsables para valorar el camino a seguir tanto a nivel grupal como individual. Es muy importante tener claro que no estamos hablando de formación, hablamos de primer anuncio, de fomentar ese primer encuentro con el Señor.
Testimonio primer anuncio
Congreso laico, Madrid 2020.
Manuel Zamora Negrillo
A los primeros encuentros de toma de contacto le siguieron otros donde cada vez se buscaba más la posibilidad que la persona experimentara una presencia más cercana de Dios y de forma lo más amigable posible incorporar en sus dinámicas elementos, como puede ser la oración inicial (aunque no participen las primeras veces), reflexionar sobre lo hablado desde el evangelio, etc.
Pronto vimos que la cantidad de cafés sería distinta para obtener nuestros objetivos en cada persona. Incluso vimos conveniente añadir al grupo inicial dos personas más. En concreto se añadió al grupo un costalero que por su carácter de líder resultó definitivo y la hermana de una de las chicas.
A diferencia de las dinámicas de formación, las dinámicas de primer anuncio son poco programables y los objetivos se consiguen según la situación global de cada uno de los seleccionados. No entraré aquí en la descripción de la dinámica pues daría por si sola para otro artículo.
En 2017, se planteaba seguir el trabajo con la media docena del año anterior más ampliar la llamada a nuevos candidatos. Así se hizo. Los nuevos candidatos en este caso eran sólo dos, cosa normal pues el grupo de costaleros no había sufrido grandes cambios de un año a otro.
Este segundo año destacar que se recogieron los primeros frutos del grupo del 2016. Una chica del grupo inicial que era madre soltera, decide acabando el curso bautizar a su hija de cinco años. Ello propició además un acercamiento de más miembros de la familia. Un miembro de ese grupo acabó llevando su testimonio de primer anuncio al Congreso Nacional del Laicos, celebrado en Madrid en febrero del 2020.
En 2018 se decide junto al Secretariado Diocesano de Hermandades explorar candidatos fuera de la hermandad, y recibimos personas del resto de hermandades de la ciudad. El grupo ese año es nutrido, más de veinte personas. No obstante, y por vez primera, vemos como no todas acaban el camino marcado para ese año (y eso que el café fue abundante), todo proyecto tiene sus decepciones. Como parte positiva nos dejó la enseñanza que los grupos grandes son más difíciles de manejar, la falta de homogeneidad en edad (había padre e hijos), en implicación, en formación fue un hándicap.
Como hito comentar que entre las personas “pastoreadas” en el periodo 2016 al 2020, dieron como fruto un grupo que recibió la confirmación el 27 de septiembre del 2020 en la parroquia de Santa Anna de manos del Obispo Toni Vadell.
Confirmación participantes primer Anuncio
Obispo Toni Vadell.
Manuel Zamora Negrillo
Actualmente seguimos atentos a aquellas caras nuevas que la cuaresma nos trae a los preparativos de las cofradías y que sus responsables perciben pueden ser receptores de nuestra acción. Año tras año se confirma más el papel relevante de la religiosidad popular como puente entre fe y sociedad (increencia, no practicantes, etc.) por tanto hemos de estar dispuestos a sentarnos con esos colectivos, a compartir charlas, reflexiones y todos los cafés que hagan falta. Cafés que impartiremos en dosis diferentes según el destinatario, pero el cual nos hemos de acostumbrar a servir como una labor más del nuevo cofrade, una labor cada vez más necesaria que no sólo hemos de asumir las cofradías, sino que también y con la misma intensidad la parroquia.
Bibliografía
Actas de la Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Barcelona
El primer anuncio, El eslabón perdido. Xavier Morlans. Cuadernos AECA
Documentación Final. Congreso Nacional de Laicos, “Pueblo de Dios en Salida” Madrid 2020
Nota de autor
Este artículo nace de una vivencia concreta en el seno de la Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Barcelona. Entre cafés y conversaciones sencillas, descubrimos que el primer anuncio puede florecer en los espacios más humildes y cotidianos de nuestras cofradías. Lo aquí narrado pretende ser, más que un informe, una memoria agradecida y un testimonio abierto de lo que la religiosidad popular es capaz de suscitar en medio de la sociedad.
Manuel Zamora Negrillo Colaborador cultural – Padul Cofrade