Pregón
pronunciado por Don Francisco Arias Rejón
Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor
12 de marzo del año 1988
Mis
queridos paisanos y entrañables amigos todos:
Siguiendo
la tradición, un año más, nos disponemos
a conmemorar los Sagrados Misterios de la Pasión
y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, con todo el
fervor y respeto que nuestro pueblo siente, y sabe imprimir
a todas sus manifestaciones religiosas y, muy especialmente
a la Semana Santa por cuanto, al recordar en ella la Pasión
y Muerte de nuestro Redentor, estamos haciendo un Acto de
Fe en lo que es principio y fundamento de nuestras creencias:
Proclamamos, agradecidos, nuestra Redención por la
Sangre de Jesús, y manifestamos de forma sincera,
piadosa, reverente y externa, que nada tiene de folklorismo,
nuestra gratitud al Señor.
Todas
y cada una de la Cofradías, mejor diría Hermandades
por la especial significación de fraternidad que
esta última encierra, todas las Hermandades, repito,
de nuestro Pueblo unidas por sentimientos de verdadera hermandad,
que no excluye su afán de superarse en la exaltación
y honra de sus respectivos Patronos, dentro del más
exquisito, noble y generoso comportamiento, me han confiado
el honroso encargo de ser el Pregonero de nuestra Semana
Santa, encargo que he aceptado verdaderamente complacido,
no ya por el honor y la dignidad que supone para mi tal
misión, que agradezco desde lo más profundo
de mi corazón, sino por el más alto honor
que se me confiere, de ser yo, el más humilde de
nuestros conciudadanos y pobre pecador, nada menos que portavoz
y Pregonero de lo que es y significa la Semana Santa y,
consiguientemente, las deducciones que se derivan para todos
nosotros, como cristianos y católicos.
Antes
de continuar, deseo hacer público mi agradecimiento,
el de todas la Hermandades que lo han organizado, patrocinadoras
de los Pasos de: LA ORACION DEL HUERTO, NUESTRO PADRE JESUS
NAZARENO, JESUS DE LAS TRES CAIDAS, CRISTO CRUCIFICADO,
VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS, SEPULCRO DEL SANTO ENTIERRO, APOSTOL
SAN JUAN, VIRGEN DE LOS DOLORES y la CRUZ DEL SANTO SUDARIO,
como asimismo, el de todos los aquí presentes, cuyo
unánime sentir creo interpretar, a nuestro amado
Párroco muy querido Don Manuel que, como el año
pasado se ha dignado autorizar la celebración del
acto que aquí nos congrega, en este Sagrado lugar,
consciente del sentido cristiano que lo anima, y seguro
del respeto y miramiento de este noble pueblo en sus comportamientos.
Porque,
ciertamente, el motivo que aquí nos congrega nada
tiene de folklore, ni siquiera de manifestación cultural:
simplemente nos mueve a ello el amor; amor por nuestras
tradiciones, que la profunda fe de nuestros mayores nos
legaron; la ilusión de conmemorar la Pasión
del Señor con la más profunda emoción
y respeto, y el deseo de prepararnos, como previo ejercicio,
disponiendo nuestro espíritu a la meditación
del Gran Misterio de nuestra Redención.
¿Y
qué mejor lugar a tal fin, que esta hermosísima
Iglesia, por la que entramos a formar parte de la Comunidad
Cristiana, a cuya sombra hemos vivido y bajo cuyo amparo
y protección queremos morir?.
Inaugurábamos,
el año pasado, esta preciosa costumbre del Pregón
que cada día, va teniendo mayor auge, Pregón
de nuestra Semana Santa que tan brillantemente inició
nuestro muy querido paisano y fraternal amigo y pariente
ANTONIO PEREZ MORALES.
Aun
perduran en nuestro recuerdo las bellísimas imágenes
que tan expresivamente nos hizo contemplar. Como con su
cálido verbo, sencillo y lleno de poesía,
nos hizo vibrar, añorando con nostalgia y emoción
costumbres y tradiciones, la belleza de sus mujeres, sus
calles, plazas y rincones, poniendo de manifiesto la religiosidad
de nuestro pueblo, su nobleza y reciedumbre y el orgullo
de los hijos de esta tierra; orgullo que nada tiene de vanidad
o arrogancia, pues nace como expresión de un noble
sentimiento por la Complacencia de haber visto aquí
nuestra luz primera.
A
este respecto, me vienen a la memoria dos auténticas
y verídicas anécdotas que os voy a referir,
por lo reveladoras que son de ese orgullo, al que antes
me he referido, que todo "pauleño" siente,
donde quiera que se encuentre, y la autosatisfacción
que experimenta, junto con el vehemente deseo de proclamarlo,
a la menor ocasión que se le presente.
Todos
recordaréis, sin duda , la noche del 31 de diciembre
del año 84 a 85 en el que la Televisión Española
retransmitía a toda España, desde la Puerta
del Sol de Madrid, el momento de las campanadas del reloj
con motivo del Año Nuevo. Como siempre, una inmensa
multitud de madrileños y gente de toda España
abarrotaba la plaza y, entre ellos algún "pauleño"
o "pauleña", permitidme el barbarismo,
que orgulloso de serlo, con oportunidad envidiable y única,
levantó la más grande y hermosa pancarta que,
entre todas sobresalía, y en la que podía
leerse escrito en grandes letras: ¡VIVA EL Padul!,
viva que a todos los que lo contemplarais os llenaría
de gozo el corazón como a mi me sucedió, gozo
pueril, si queréis, pero gozo revuelto de orgullo
que me hizo querer admirar a aquel paduleño desconocido,
pues no he podido localizarlo, para felicitarle y felicitarme
de ser conciudadano suyo.
De
mayor trascendencia y mucho más significativa es
esta otra anécdota, reveladora de la idiosincrasia,
del temperamento pasional de nuestros conciudadanos por
su pueblo y, en este caso concreto, de la agudeza extraordinaria
del protagonista de la misma, usando una hábil triquiñuela
para conseguir su propósito: ocurrió el hecho,
absolutamente verídico, en la ciudad alemana de Bonn
con motivo de la visita del Rey de España Don Juan
Carlos realizaba a dicha ciudad en calidad del Jefe del
Estado Español.
Caminaba
el Rey rodeado de escoltas, bajo la férrea vigilancia
de las Fuerzas de Seguridad que, con la rigidez que las
caracteriza, impedían se acercara a S.M. el Rey las
personas que intentaban estrechar su mano. Los gritos de
¡VIVA España! Se sucedían sin cesar
y a ellos correspondía el Rey saludando con singular
emoción y afecto reflejados en su rostro, pero sin
apartarse del itinerario marcado por el protocolo, aunque
ciertamente deseoso de acercarse a los que le aclamaban.
Más
he aquí, que nuestro avispado conciudadano "pauleño"
al cien por cien, sentimiento que indudablemente, se ha
d agudizar cuando se está lejos de la Patria, recordando
aquellas palabras de ¡A MI LA LEGION!, que se popularizara
en cierta película española, con absoluta
rapidez de reflejos y una extraordinaria agudeza, a su modo
y manera, extrapoló las misma, y, seguro de que surtirían
su efecto, cuando el Rey pasaba cerca de él, gritó
con todas sus fuerzas: ¡VIVA EL Padul!
La
pretoriana guardia de Seguridad no salía de su asombro
al contemplar cómo, el Rey, ahora sí, rompiendo
con decisión el protocolo, se acercó al protagonista
de esta historia le felicitó y estrechó su
mano.
Tal
vez, en aquel momento, el Rey recordara su visita a nuestro
Pueblo, siendo Príncipe de España, y quizás,
también, aquellas memorables "migas" que
un simpático Corregidor le ofreciera si volvía
alguna otra vez.
Aquel
Corregidor no era otro que el, entonces Alcalde DON JUAN
VILLENA, nuestro muy querido y recordado "JUANICO VILLENA",
quién para los que fuimos sus amigos y admiradores,
e incluso para sus escasos detractores, forma parte ya de
nuestro acervo de hombre ilustres y benefactores de este
nuestro muy querido Padul.
El
protagonista de esta anécdota, de la que existe testimonio
documental y gráfico, fue nuestro paisano ANTONIO
CABELLO SANTIAGO, Antonio "El Cáncana",
residente aún en Alemania, al que, desde aquí,
rindo tributo de admiración por su agudeza, y de
sincero agradecimiento, por cuanto su gesto hizo posible
que al conjuro del nombre de nuestro entrañable Padul,
nada menos que el Rey de España, que ciertamente
ama al pueblo español, pero para el que, en aquel
momento, solo contaban sus súbditos paduleños,
realizara espontaneas, generosa y notablemente insólito
gesto que, estoy seguro, a todos os complace y llenara de
orgullo y emoción como a mi mismo me sucedió,
cuando lo conocí directamente por boca del propio
autor de esta curiosa y verídica historia.
En
EL PADUL pueblo orgulloso de su estirpe, como hemos visto,
pero también es un pueblo aguerrido y valiente, en
el que el sentimiento patrio es una de sus esenciales características,
así nos lo confirma la historia:
Fue
el 21 de agosto del año 1569 cuando, animados por
su iniciales triunfos, durante la Rebelión de las
Alpujarras, los moriscos del valle de Lecrín, y en
numero de 2000, pusieron sitio al Padul, por ser enclave
estratégico muy importante, empeñando formar
batalla contra las escasas fuerzas acantonadas en la población,
bajo el mando del Adelantado JUAN CHACON; a ella se unió
don MARTIN PEREZ DE AROSTEGUI quien, seguido por todos los
habitantes del pueblo, defendió ardorosa y heroicamente
la Fortaleza, que hoy conocemos como LA CASA GRANDE, desde
la que, al punto, fue un socorrido por fuerzas de infantería
y de caballería, que obligaron a los atacantes a
retirarse al cerro de "El Manar", dejando al pueblo
totalmente reducidos a escombros.
En
aquella batalla acredito ante España entera que en
su suelo vivían los descendiente de aquellos mismos
que en SAGUNTO y NUMANCIA habían sacrificado sus
vidas por defender la libertad y sus hogares, y, despreciadores
de la muerte por obtener su independencia, lo eran, también,
por confesar la Fe de Cristo y su amor por Patria.
Con
ocasión de la batalla referida, y a su paso para
sofocar la Rebelión de las Alpujarras, don JUAN DE
AUSTRIA pernoctó en esta población, alojándose
en la Fortaleza llamada Casa Grande, conocedor de la heroicidad
de DON MARTIN PEREZ DE AROSTEGUI le distinguió otorgándole
honores y prebendas, entre ellas la de incorporar a su escudo
de armas las cabezas de SIETE moriscos alusión alegórica
a las muchas bajas que, entre aquellos, había ocasionado.
Hoy día, puede apreciarse dicho escudo en el frontispicio
que corona la entrada noble del Castillo Fortaleza.
Y,
muy devoto como era de SAN SEBASTIAN lo instituyo como PATRONO
de nuestro pueblo por su valentía y arrojo del combate
y en premio a su colaboración, para que, en lo sucesivo,
le protegieran de todo mal como, a Dios gracias, así
ha acontecida a través de los siglos.
La
devoción de nuestro pueblo por su santo Patrono se
ha venido manteniendo viva y permanente, desde entonces,
acreditando su deseo de luchar por la Paz y la Libertad,
como anhelo constante, y así lo canta en su himno
cuya música y letra compusiera otro ilustre y benemérito
hijo de este pueblo: DON DIEGO MARTIN:
SOMOS SOLDADOS DE CRISTO
LUCHAREMOS POR LA PAZ
Y TU SERAS NUESTRO JEFE
¡GLORIOSO SAN SEBASTIAN!
Es,
también, el Padul pueblo de acrisolada fe y así
lo tiene acreditado a lo largo de su existencia y, muy especialmente,
en tiempos de persecución religiosa, afortunadamente
superados al menos en su forma física y violenta,
aunque desgraciadamente se siga ofendiendo a nuestra Religión
en su símbolo mas sagrado, tanto más injurioso
cuanto que se realizan desde medios oficiales de Comunicación
Social.
Tales
ofensas a nuestra Religión y sus símbolos,
que nos duelen en lo mas hondo de nuestra alma, se vienen
repitiendo machacona y asiduamente, al amparo de una mal
entendida civilización y cultura y de una desenfrenada
"libertad de expresión".
Así,
recientemente, en un pueblo de la mariana Andalucía
se ha llegado a hacer mofa, publica y ostensiblemente, del
Santo Sacrificio de la Misa con detalles que, por burdos
e indecentes omito, para no herir vuestra sensibilidad.
Estos
hechos, estoy seguro, son inconcebibles en nuestro pueblo
que los rechaza y condena con indignación y en el
mas profundo desprecio ofreciendo, en contraposición,
su sincera religiosidad, su mas intimo sentimiento cristiano
y el mas profundo respeto hacia los Sagrados Símbolos
de nuestra Religión; en una palabra: se diente Pueblo
de Dios, y sus hijos, fieles devotos de la Iglesia de Jesucristo.
Devoción,
fervor y religiosidad, son patrimonio de este Pueblo nuestro
que inicia el año honrando a sus Santo Patrono San
Sebastián; conmemora con filial cariño la
entrañable festividad de la Purificación de
la Virgen, que llamamos La Candelaria, siguiendo con especial
fervor el paso de la Sagrada Familia por nuestras calles.
¿Qué
decir del respeto con que se venera y rinde Culto al SANTISIMO
SACRAMENTO el día del CORPUS CRISTI?
¿No
emociona, en verdad, contemplar como esos Veteranos de la
Adoración Nocturna, que fundara el Ilustre Prócer
hijo de este Pueblo DON ANDRES MALDONADO, esa Legión
de hombre buenos, sabia y fermento de nuestra religiosidad,
después de una noche de vela a JESUS SACRAMENTADO
congregan a todo un Pueblo, en el lugar mas alto, desde
donde se contemplan sus valles y montañas para, en
esa hermosa Fiesta llamada de LAS ESPIGAS, agradecer al
Señor su bondad por la fecundidad de sus campos y
cosechas y, sobre todo, por la FE con que se ha dignado
distinguir a sus gente?
¿No
te encoge el animo y salta de gozo el corazón cuando,
a la caída de la tarde entre aromas de flores e incienso,
cánticos de gloria multitud de pequeños con
sus blancas vestiduras de Primera Comunión se contempla
el mas bello y emocionante cuadro que imaginar se pueda
de todo un Pueblo adorando a su Dios y Creador?
Pero,
de entre todas estas devociones destaca la de este cristiano
Pueblo siente por su SEMANA SANTA, cuyo origen no me ha
sido posible determinar, si bien, dada la probada religiosidad
de sus habitantes, aquella empezara a practicar a finales
del S. XVI en que se inicia como Comunidad de Familias.
Pero
es en tiempos en que regia este Parroquia nuestro muy queridísimo
y recordado DON ADRIAN LOPEZ IRIARTE, cuando adquiere su
mas alto esplendor: él creo el paso de la VERONICA
viviente y las TRES MARIAS como así mismo la legión
de SOLDADOS ROMANOS, y, a su expensas, añadió
nuevas Imágenes, entre otras, la del SEÑOR
DE LAS TRES CAÍDAS, de gran expresión dramática
y plena de unción religiosa, muy original ciertamente,
por cuanto es de las pocas imágenes que describen
la caída del Señor con la Cruz en tierra.
En
esta festividad saca a relucir nuestro Pueblo las mas finas
esencias de su amor por Jesucristo, y muestra su agradecimiento
por haberle redimido y, de esta manera, en emocionado y
emocionante VIA CRUCIS rinde publico homenaje que por sus
grandiosidad edifica y atrae a propios y extraños
sacando en procesión sus bellísimas Imágenes
representativas de aquellos Misterios cuya contemplación
por las calles y plazas produce una emoción inefable
e incontenible. Porque, ¿quién no se siente
abrumado al ver la agonía que se refleja en el semblante
de Jesús en el hermoso PASO de:
ORACIÓN
EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
Su
expresión nos habla de la lucha que, en aquellos
momentos, debió librar el espíritu de Jesús
contra las aflicciones mortales de la tristeza, el miedo
y el abatimiento, hasta el extremos de sudar sangre, fenómeno
este científicamente demostrado por la evolución
extraordinarias de las relaciones existentes entre el sistema
central y el cutáneo, motivada por un estimulo psíquico
de alta potencia, el cual pudo ser la conjunción
de esos tres sentimientos simultáneos, tristeza profunda,
terror irrefrenable y abatimiento desconsolable.
Aún,
hoy dia, se conservan en el Huerto de Getsemani ocho añosos
olivos que, según la tradición, fueron testigos
de la agonía del Señor, como asimismo se conserva
y venera, en la Basílica levantada allí mismo,
la Roca en que, según esa misma tradición,
Jesús se hincó de rodillas para orar. Yo he
tenido y gozado la inmensa dicha de poder tocar y besar
unos y otra.
Después del prendimiento de Jesús es llevado
ante Anás y Caifas; sufre las burlas de los esbirros,
el desprecio de Herodes y, finalmente PONCIO PILATOS ordena
la:
FLAGELACION
Impresiona,
en este grupo escultórico, la siniestra mirada de
sus verdugos, uno de ellos bisojo, es decir visco, de piernas
cortas y figura desgarbada; el otro azotando sin piedad
el dorso de Jesús, cuya dulce Imagen, atadas sus
muñecas con gruesa cuerda, en forzada postura dada
su altura considerable, a una columna, - de la que se conservan
como reliquia varios trozos en una Capilla del Santo Sepulcro,
- contrasta con la de sus torturadores, e inunda de pena
y dolor nuestra alma como culpables de tan injusto suplicio
impuesto a Jesús por nuestros pecados.-
Jesús,
cargando con la Cruz, salió hacia el Lugar, llamado
CALVARIO, que en hebreo se dice "GOLGOTA", nos
narra el Evangelio, y así nos lo representa la imagen
de:
NUESTRO
PADRE JESUS NAZARENO
Salió
Jesús cargando con el pesado madero, que le fue impuesto
en el LITROSTOTOS, patio interior de la Fortaleza "Antonia,
adoquinado con enormes piedras estriadas para que los caballos
no resbalaran, que pisó el mismo Jesús.
En
este patio fue azotado y coronado de espinas, se mofaron
de El y con una caña, que después le pusieron
entre sus manos simulando un cetro, jugaban llamándole
Rey. En este mismo patio, tanto en las paredes como en el
suelo, pueden observarse, grabados que representan juegos
de dados, con el que los soldados romanos se sortearon las
vestiduras Señor, según nos narra el Evangelio.-
La
angustia y el cansancio del caminar por las calles y cuestas
hacia el Gólgota se reflejan en el semblante de esta
preciosa e impresionante Imagen de NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO,
que, mirándonos, como miro a las Mujeres de Jerusalén,
parece decirnos: NO LLOREIS POR MI, LLORAD POR VOSOTROS
MISMOS Y POR VUESTROS PECADOS.-
Carga,
sumiso, con su Cruz, en lo que es ayudado por Simón
de Cirene cuando, bajo el peso de la misma, le abandonan
sus ya escasas fuerzas. ¡Feliz, Simón de Cirene
que gozó del privilegio de ayudar a Jesús
en pesada carga.-
Llegados
hasta aquí, me vais a permitir una pequeña
disgregación para tomando como base este hecho evangélico,
y sin mas autoridad por mi parte que la de ser Hermano Mayor
de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno,
cargo que debo al cariño de mis Hermanos cofrades
y al privilegio de ostentar su decanato por razón
de edad, me vais a permitir, digo, dirigirme, en primer
lugar, a nuestros COSTALEROS, iniciadores de esta hermosa
costumbre, y en ellos a los demás jóvenes
costaleros e igualmente a tantos y tantos jóvenes
que si realizar tal cometido en la forma física en
que aquellos lo hacen, se afanan con ahínco y apasionada
rivalidad en el honor de portear sus Imágenes.
Soy
testigo de excepción del entusiasmo que sienten estos
"costaleros" por el honor de serlo; de su ardoroso
afán por llevar sobre sus costillas,_ de ahí
la palabra costalero,- la Imagen de Jesús, sintiéndose
voluntarios "cirineos", y del esfuerzo físico
al que, gozosa alegre y ardorosamente se someten durante
los ensayos previos al día de la procesión
Yo
les pido que ese entusiasmo, ese honor y ese esfuerzo no
se quede solo en el día de la Salida, sino que se
proyecte durante todas sus vidas, de tal forma que, día
a día, se sientan verdaderamente hermanos; que mantengan
la Fe y las creencias heredadas de sus mayores, y con su
ejemplo, estén donde estén, proclamen con
orgullo su condición de "costaleros" de
Cristo, en una palabra, que por su honradez, rectitud y
ejemplar conducta pregonen y demuestren que son PADULEÑOS.
Por
último, quiero dirigirme, igualmente a todos los
Hermanos Cofrades que rivalizan en noble lid por el mayor
esplendor de sus respectivos Patronos,- y rogarles que su
esfuerzo no quede limitado a ese solo fin; que todos nos
esforcemos, cada día, en ser mejores y que nuestra
conducta sea siempre ejemplo edificante para nuestros conciudadanos.
Ojalá llegue un día en que todas nuestras
Hermandades, formando un solo bloque, asuman la responsabilidad
de cooperar en todas aquellas obras sociales, en que su
ayuda sea necesaria o en cualquier otro campo en el que
su colaboración pudiera ser útil.-
Dicho
esto, reanudo mi anterior comentario volviendo a nuestro
VIA CRUCIS.
Camino
del Calvario, Jesús cae sucesivamente y bajo el peso
de la Cruz, hasta tres veces, escena esta que nos representa
la patética y hermosa Imagen de:
SEÑOR
DE LAS TRES CAIDAS
Imagen
que, como dije anteriormente, costeara, a sus expensas nuestro
venerable y muy querido y llorado D. Adrián; imagen,
quizás de escaso valor artístico, pero aureolada
de una dulcísima y bella expresión y realmente
original.
CRISTO
EN LA CRUZ
Es,
sin lugar a dudas, esta bellísima Imagen la de mayor
valor artístico de toda nuestra imaginería
Imagen que tiene a su cargo y patrocina la denominada HERMANDAD
DEL SANTISIMO CRISTO DE LA CRUZ, a cuyos cofrades felicito
por tener a su cargo tan venerada, hermosa y artística
Imagen, y de la que, lógicamente, se sentirán
orgullosos de ser sus custodios.
Estoy seguro, también que serán conscientes
de que a todos nos perte en tanto que Cristo es fundamento
de nuestra FE; ESPERANZA del Cielo prometido y el mejor,
el único símbolo de la CARIDAD a que nos obliga
nuestra condición de redimidos y salvados por ese
mismo CRISTO CRUCIFICADO.
LA
VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS
Preciosa
Imagen la de esta Virgen de las Angustias, que revela en
sublime expresión todo el dolor de una Madre por
su Amado Hijo muerto. Ella, al pie de la Cruz, testifica
el sacrificio de su Hijo y escucha las dos primeras palabras
que desde allí pronuncia Jesús, instituyéndola
como nuestra MADRE: Mujer, he ahí a tu hijo; he ahí
a tu MADRE.
Nada
hay en el Evangelio que describa el traslado del Cuerpo
de Jesús al Sepulcro.
La
tradición nos dice que, una vez separados los clavos
y la corona de espinas, lavado el Cuerpo de Jesús
y después de reposar unos momentos en brazos de su
Madre, fue llevado hasta el jardín de José
de Arimatea, y colocado en una piedra, cerca del Gólgota,
desde la que, una vez ungido y envuelto en vendas y un sudario,
fue llevado a un Sepulcro nuevo, excavado en la roca, propiedad,
también, de José de Arimatea.
El bellísimo mausoleo de el:
SANTO
SEPULCRO
Con
el Cuerpo de Jesús yacente, en impresionante y dulce
postura, nos recuerda este hecho del que, como queda dicho,
los Evangelios no hablan, pero que, sin duda se realizó,
presumiblemente, tal y como nos lo cuenta la tradición.
La
gallarda y juvenil Imagen de:
SAN
JUAN
El
Discípulo amado de Jesús, en el que fuimos
instituidos como hijos de María, sigue a la no menos
bella y delicada Imagen de la:
VIRGEN
DE LOS DOLORES
Que
refleja en su rostro la amargura y el dolor por los sufrimientos
y muerte del Hijo Amado.-
En
esta somera exposición de nuestra Imaginería
que, a modo de atirante VIA CRUCIS he querido hacer en agradecido
homenaje a todas y cada una de nuestras Hermandades, llegamos
al pie de la:
SANTA
CRUZ DEL SANTO SUDARIO
Efectuado
el descendimiento del Cuerpo de Jesús, José
de Arimatea regresó nuevamente a la explanada del
patíbulo y siendo, como era hombre compasivo y justo,
por segunda vez pidió al Centurión para que
hicieran descender los cuerpos de los dos salteadores que
habían sido crucificados juntamente con Jesús,
pues se acercaba la fiesta del Sábado, día
solemne para los Judíos.
Así,
pues, quedaron solo y vacías las TRES CRUCES expuestas
hacia la ruta del sol de la tarde, mas alta y en medio,
la Cruz del Señor.-
¿Quién
no se siente agradecido, a fuer de buen cristiano, contemplando
esa bendita y divina Cruz?
Nuestro
amado pueblo,- no me cansaré de repetirlo,- cuya
fe y religiosidad se han puesto de manifiesto a través
de los siglos, si que ha demostrado su agradecimiento al
Señor su Dios de manera constante y manifiesta, ¿por
qué que otra demostración y significado tiene
sino ese rosario de CRUCES que, situadas estratégicamente
y siempre con algún evidente motivo, rodean su entorno?
LA
CRUZ DE LA ATALAYA, que, desde su alto pedestal, en la cumbre
del mas alto cerro parece abrazarnos a todos.
LA
CRUZ DE LA SANTA MISION, levantada a media ladera, como
testimonio de su recuerdo por un pueblo que medita y hace
penitencia.-
LA
CRUZ DE SANTA ELENA enclavada al lado oeste, como velando
las cenizas de nuestros difuntos, actualmente medio cegada
por un antiestético y feo muro levantado, pienso,
por una disculpable incultura mas que por intencionada malicia,
y a cuya Cruz, antiguamente, acudían las mozuelas
en demanda y petición de novio.
LAS
DOS CRUCES que se elevan ante la fachada de esta Santa Iglesia,
una de las cuales presenta protuberancias, que llamábamos
"burujones" y que, según tradición
pagana, representa a alguien que comió carne en Viernes
Santo, o aquella otra, propia de la superstición
de aquellos tiempos, que la relaciona con las señales
que deja la viruela y tal vez se levantara en suplica a
Dios para que cesara una epidemia de tal enfermedad, que
diezmo la población, causando gran mortandad; y la
otra Cruz, como exvoto, cuando cesó dicha epidemia.-
LA
SANTA CRUZ DE LA ERMITA, erigida frente a la misma y ante
la que nos despedimos de nuestros difuntos y encomendamos
sus almas a Dios.- y, finalmente:
EL
CALVARIO, con cuyo nombre son conocidas, LAS TRES CRUCES:
que se encuentran en el barrio de La Glorieta, síntesis
de tantas cruces que pregonan la religiosidad de un pueblo.
A ellas miramos con gratitud inmensa y jamas olvidamos su
significado.-
Y
termino, para no abusar mas de vuestra amable atención,
pero antes permitidme aclararos que la circunstancia de
residir en Granada, aunque vinculado a las tradiciones y
costumbres de mi tierra natal,- como dice el periódico
IDEAL, no me ha apartado de este bendito rincón,
que visito, cual hijo agradecido a su bendita madre, y cuando
recorro sus calles, el recuerdo de mi niñez en ellas
compensa con creces el sentimiento de mi circunstancial
ausencia, que me priva del placer de que gozáis los
que, afortunadamente aquí vivís.
Permitidme,
también, que, uniéndome a la multitud de paduleños
esparcidos por el mundo entero, sin la oportuna ocurrencia
de aquel desconocido paisano nuestro, en la Puerta del Sol
de Madrid; y la no menos aguda y picara estratagema de aquel
otro, emigrante en Alemania, pero compartiendo con ambos
el apasionado amor por este pueblo nuestro tan querido:
y, por supuesto, con el mas absoluto respeto que me merece
el Sagrado Lugar en que nos encontramos, con emoción
incontenible y embargado de orgullo por el honor de haber
visto aquí la luz primera, desde lo mas profundo
de mi alma, agregue a aquellos dos VIVAS memorables, otro
mío personal, y os brinde esta trilogía que
sintetiza, entre otras, las tres, a mi juicio, mas significativas
características de este noble Pueblo:
¡VIVA EL PADUL, PUEBLO
VALIENTE Y FIEL!
¡VIVA EL PADUL , PUEBLO CRISTIANO!
¡VIVA EL PADUL, PUEBLO CATOLICO!