Pregón
pronunciado por Don Francisco Molina Muñoz
Presentación de Doña Carmen Vallejo Linares
Iglesia Parroquial de Nuestro Salvador
Albuñuelas
21 de febrero de 2016
Presentación
del pregonero D. Francisco Molina Muñoz.
Reverendo
Señor Director Espiritual de la Hermandad
de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra
Señora de las Angustias, Señor Alcalde
y corporación municipal, Hermano Mayor
y Dignísima Junta de Gobierno, hermanos,
señores, señoras...
Otra vez de nuevo ante ustedes, pero esta vez
de una forma más relajada, pues hoy lo
que me toca es presentar al pregonero de esta
Semana Santa 2016.
Hombre sencillo, humilde, gran servidor, buen
padre y mejor persona.
Él nos va a desgranar como nadie el gran
misterio del amor.
Dª Carmen Vallejo Linares
Nace en el seno
de una familia cristiana y trabajadora, siendo el mayor
de tres hermanos varones.
Reverendo Señor
Director Espiritual de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
Nazareno y Nuestra Señora de las Angustias, Señor
Alcalde y corporación municipal, Hermano Mayor y
Dignísima Junta de Gobierno, hermanos, señores,
señoras...
Otra vez de nuevo ante ustedes, pero esta vez de una forma
más relajada, pues hoy lo que me toca es presentar
al pregonero de esta Semana Santa 2016.
Hombre sencillo, humilde, gran servidor, buen padre y mejor
persona.
Él nos va a desgranar como nadie el gran misterio
del amor.
Nace en el seno
de una familia cristiana y trabajadora, siendo el mayor
de tres hermanos varones.
Con sólo
tres años se inició en el mundo Cofrade, como
no podía ser de otra manera, de la mano de su madre,
que le confeccionó un hábito de penitente
de la Hermandad de las Tres Caídas.
Entre 1980 y 1985
participa como costalero en la Victoria y el Silencio de
Granada cuando todavía hacía su recorrido
por la Calderería hacia la Iglesia de San José.
Por aquel entonces
resurgió en Padul la primera cuadrilla de costaleros,
y allí estaba él, alimentando el "gusanillo
costalero".
En ese mismo año
aprueba las oposiciones de policía local, y por trabajar
cada Viernes Santo, su pasión queda un poco relegada.
Aunque la retoma cuando su hijo Santiago cuenta con 16 años
y participa en la primera cuadrilla de costaleros de San
Juan de Dios.
Él lo llevaba
a Granada cada noche de ensayos y acabó entrando
en esta primera cuadrilla reviviendo así ese "gusanillo".
Una noche con
dos amigos ponen la primera piedra de la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús de la Victoria y Nuestra Señora
del Valle “La Borriquilla”, de Padul.
En esta Hermandad
pasa por los cargos de Secretario, Vice Hermano Mayor, Vocal
de Comunicación y Archivos, y en la actualidad vuelve
a Vice Hermano Mayor y Capataz.
De su mano también
se ha reiniciado la cuadrilla de Hermanos Horquilleros de
la Hermandad de la Purísima de Talará.
Y como no, una
vinculación especial a la Hermandad de Nuestro Padre
Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Angustias
de Albuñuelas.
Hecho que quiero
reseñar y que él describe como nadie en su
artículo "Sentimientos de Forastero".
Nos cuenta como
un buen día llegó a Albuñuelas en busca
de documentación para un artículo y se dió
de bruces cara a cara con la imponente Imagen de Jesús
Nazareno; él lo cuenta así:
"...Como
si me hubiese estado llamando una voz que sin palabras,
ni sonidos me guio hasta Él.
De repente allí estaba, majestuoso, mirándome
directamente a los ojos, desnudando mi alma con su sola
mirada, serena, amable, amorosa... Y yo, allí plantado,
sin poder apartar mis ojos de los suyos.
Fue solo un instante, o quizá no.
No sabría decir con certeza que ocurrió
entonces, pero algo ocurrió.
Reconozco que el vello se me erizó y, a pesar de
estar habituado a encontrarme cara a cara con innumerables
y bellísimas imágenes de culto, sentí
ese cosquilleo que te recuerda que algo bueno, especial
y seguramente irrepetible te está sucediendo, y
entonces apareció en mi cabeza el deseo irrefrenable
de saber más, de querer saber el porqué
de eso que me sucedía allí, en ese momento
y no en cualquier otro lugar.
Puse la mente a trabajar freneticamente, intenté
ordenar mis pensamientos y racionalizar lo que ocurría...
Habrá sido el ajetreo del día, el contraste
de luces, una leve corriente de aire...
No, es inútil resistirse, al final llegas a la
única conclusión posible: Él te ha
tocado, Él te ha hecho vibrar, sentir... Él
te ha abierto los ojos del alma."
Con estas sencillas
palabras nos cuenta "este Forastero" su encuentro
con Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Y después
de este encontronazo, invitarle nosotros a formar parte
de esta Hermandad fue cosa hecha, ya que el Nazareno había
hecho el trabajo y la tierra estaba abonada.
Y de esta manera
es como se hizo hueco en nuestros corazones, ahora es querido
y estimado por mucha gente de este pueblo, sobre todo jóvenes
que a sus órdenes de capataz han sentido lo que significa
ser costalero y compartir ese sentimiento de Hermandad.
Para mí
es un honor presentarles a D. Francisco Molina Muñoz.
Hoy este pequeño
pueblo de Albuñuelas se va a empapar de ese espíritu
de Semana Santa de la mano, y viva voz de este hombre.
Paco, este es tu
sitio, tuya es la palabra.
IV Pregón
de la Semana Santa de Albuñuelas
Llegó
el momento Señor,
y ante tu imagen serena,
hoy vengo a dar el Pregón
del Misterio de tu Amor.
No me sueltes por favor.
Que se disipen mis miedos.
Y si acaso ves que no puedo
y que las fuerzas me fallan,
cuando agarre mi medalla
dale templanza a mis dedos.
Dale templanza a mis dedos.
Pon en mi voz tu energía;
revísteme de alegría
con la firmeza del credo.
Aquí estoy y aquí me quedo.
A tu bondad me confío,
pues tengo los cinco “sentíos”
escritos en este pregón.
Reverendo Señor
Cura Párroco y Consiliario de la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las
Angustias de Albuñuelas; Excelentísimo Señor
Alcalde; Ilustrísimas Autoridades; Hermano Mayor;
Dignísimos Miembros de la Junta de Gobierno de la
Hermandad; Distinguidos Representantes de las Hermandades
que hoy nos honran con su presencia; Cofrades; Señoras;
Señores…
No puedo comenzar mi
exposición, sin antes expresar públicamente
mi agradecimiento a quien ha puesto tanto cariño
y dedicación a la hora de esbozar una semblanza
de mi persona y la trayectoria vital que hasta
aquí me ha traído.
Carmen Vallejo, reciente pregonera del tricentenario
de la llegada a Albuñuelas de la Sagrada
Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno,
les ha resumido, en unas pocas líneas,
mi biografía, sobre todo la parte que atañe
a mi vida cofrade.
Amiga mía, pienso que el cariño,
ha hecho que rebases con creces los límites
de la objetividad, y lo que tú, en tu gran
bondad, ves en mí como virtudes, yo solo
veo aspectos de mi persona que deben mejorar y
que, como el buen vino, espero que lo hagan con
el paso de las estaciones.
D. Francisco Molina Muñoz
Igualmente hago
extensivo mi agradecimiento a la Junta de Gobierno de la
Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra
Señora de las Angustias, por concederme el honor,
dignidad y responsabilidad de pregonar la Semana Santa del
presente año.
Para todos ellos y cuantos hoy se han dado cita en este
sagrado lugar, mi más sincero agradecimiento.
…/…
Hace algún
tiempo, apenas un año, alguien hoy muy cercano y
al que tengo como un buen amigo, me preguntó sin
ambages qué era un pregón de Semana Santa
y si todos los pregones eran iguales...
Hoy es el día en que con un ejemplo práctico,
pondré el epílogo a la larga charla que entonces
mantuvimos al respecto.
… No, no hay dos pregones iguales. Y debo añadir
que afortunadamente no los hay, ya que si así fuera,
estaríamos abocados a caer en un bucle, que a fuerza
repetirse dejaría sin contenido lo que en su momento
estaba pleno sentido.
… Cada pregón es fruto del conocimiento, buen
criterio y corazón de aquel que lo madura durante
días, semanas o meses, hasta que un buen día,
cuando cree que ha llegado el momento, da el primer paso
y lo plasma, negro sobre blanco. Y una vez revisado, corregido
y vuelto a revisar y corregir, una infinidad de veces, ve
un buen día como palabras, que ya no son suyas y
solo pertenecen a quienes las escuchan, salen de su boca
como una gloriosa exaltación de aquello que quiere
transmitir.
… Un pregón de Semana Santa es el anuncio público
y siempre subjetivo, de los acontecimientos acaecidos en
Jerusalén, hace casi dos mil años y que desde
entonces, los cristianos, rememoramos durante la Cuaresma.
Fueron días aquellos en los que Jesús fue
traicionado, arrestado, negado hasta tres veces, abandonado
por los suyos, cruelmente torturado y finalmente muerto
en la cruz…
Pero todo tenía un objetivo. Todo ello debió
suceder para que, el Domingo de Pascua, muy de mañana,
se cumpliese la profecía y con su resurrección
redimiese los pecados de la humanidad, dándonos una
nueva esperanza, ofreciéndonos una segunda oportunidad.
… En definitiva, un pregón, es y debe ser expresión
viva de una llama que arde y no se consume. Llama que cada
pregonero lleva arraigada dentro de su corazón y
que, como un río de esperanza y fe, se derrama a
borbotones cuando, por fin, es liberado públicamente
ante sus hermanos.
Querido amigo, creo haber dado cumplida contestación
a las preguntas que con tanto cariño me hiciste…
…/…
¡Señor,
tu sabes cuán difícil es profetizar en tu
tierra…
y cuán azaroso es arraigar en el corazón de
la gente cuando eres forastero en ella…!
…/…
Por eso hoy me
hayo aquí, postrado a tus pies; presto a explicar
de forma clara y concisa, que es para mí la Semana
Santa. Con el deber de hacerlo de forma que mis hermanos,
aquí presentes, sientan lo mismo que yo, cuando nos
acercamos a esa semana especial, en que la Luna de Nissan
llenará el cielo nocturno y derramará sin
medida su plateada luz sobre nuestra tierra nazarena.
Señor, hoy es ese día en que…
Declama Charo
Calle
Yo quiero ser el testigo
de tu amor y tu tormento,
sufrir con tu sufrimiento
y resucitar contigo.
Medicina de Dios tan necesaria
en este mundo dolorido y roto,
aquí me tienes ante ti devoto
queriendo hacer de mi pregón plegaria.
…/…
Y todo comenzó…
como todo cuanto tiene un comienzo: con un “Anuncio”.
Esa fue la chispa que inició el sinfín de
acontecimientos que sucederían, según había
sido profetizado…
Y sucedió que… Una mujer muy joven, casi una
niña, fue el centro de un maravilloso acontecimiento
-milagro lo llamaríamos hoy-, del cual emana
cuanto hoy he venido a exponer ante tan distinguida concurrencia…
Y ocurrió que un Ángel del Señor se
acercó a esa asustada joven y, con una voz tan suave
que solo ella pudo oír, le susurró al oído…
Canta Sara Sae
Ave María de Schubert
Ave María
Gratia plena
Maria, gratia plena
Maria, gratia plena
Ave, ave dominus
Dominus tecum
Benedicta tu in mulieribus
Et benedictus
Et benedictus fructus ventris
Ventris tuae, Jesús.
Ave María
Ave María
Mater dei
Ora pro nobis peccatoribus
Ora pro nobis
Ora, ora pro nobis peccatoribus
Nunc et in hora mortis
Et in hora mortis nostrae
Et in hora mortis nostrae
Et in hora mortis nostrae
Ave María
… /…
Sucesos maravillosos e inexplicables para quienes carecen
de fe, siguieron a tan inusual y milagroso anuncio…
Aquella joven virgen quedó encinta por gracia de
Dios y de su vientre nació un niño, al que
pusieron por nombre Jesús, que fue adorado por Reyes
de tierras lejanas, que con sus padres tuvo de huir a Egipto
escapando de la crueldad de Herodes; que fue presentado
al Altísimo en el templo, como mandaba la tradición;
que, siendo solo un muchacho, fue alabado y envidiado por
los Jueces de la Ley y del que desde ahí hasta el
momento en que fue llegada la hora de iniciar su “vida
pública”, nada o casi nada sabemos.
Y la promesa, hecho hombre, recorrió caminos y campos.
Y en cierta ocasión, en la que se acercó al
río Jordán, recibió el bautismo de
manos de Juan; aquel que dijo de sí mismo “…
Yo soy la voz que clama en el desierto… No soy digno
ni de desatar la correa de sus sandalias…”
Se rodeó de hombres rudos y sencillos… “Y
andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón,
llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red
al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: Seguidme, y
yo os haré pescadores de hombres…”
Aquel hombre predicó el Reino de Dios, anunciando
la Buena Nueva, en aldeas, campos y montes, y allá
donde se encontrase, a cuantos quisieron prestarle oídos.
Escandalizó a los Sacerdotes del Templo, con respuestas
certeras a las preguntas plagadas de trampas que éstos
lanzaban.
Dicen las escrituras que fueron las suyas respuestas que
ellos no entendieron o se negaron a entender, tachándolas
de provocadoras o falsas. ¡No hay peor sordo que
el que no quiere oír!
Hizo que el agua se convirtiese en el mejor de los vinos
cuando escaseó en la boda de Canaán; multiplicó
panes y peces para dar de comer a quienes le escuchaban
predicar; retó a tirar la primera piedra a quien
estuviese libre de culpa; habló con parábolas
para que todos comprendiesen sus enseñanzas; expulso
a los demonios del interior de los que habían sido
poseídos; curó enfermos y tullidos; resucitó
a Lázaro, de entre los muertos… Y arremetió
contra los cambistas y vendedores que habían convertido
la Casa del Padre, ¡Un lugar de oración!, en
una cueva de ladrones y mercaderes…
…/…
Y así,
poco a poco, cuando aquel hombre apenas había cumplido
treinta y tres años, fue llegando la Pascua Judía.
Fue entonces cuando… Jesús envió dos
discípulos, diciéndoles: “Id al
pueblo que está enfrente de vosotros, y no bien entréis
en él, encontraréis un pollino atado, sobre
el que no ha montado todavía ningún hombre.
Desatadlo y traedlo”.
” Y si alguien os dice: ¿Por qué hacéis
eso?, decid: Que el Señor lo necesita, y lo devolverá
en seguida".
Con estas breves palabras, pronunciadas por Jesús,
da comienzo la semana que redimió a la cristiandad,
¡La Semana Santa…!
…/…
Cuando llegas
a este Jerusalén granadino; a este pueblo de nuestra
bendita tierra, no en vano llamada de María Santísima;
apenas cuando la primavera asoma, es posible que te sientas
transportado en el tiempo y el espacio al Huerto de Getsemaní,
en el que almendros, naranjos y olivos te envuelven como
en su día debieron rodear a Jesús en su predicar…
Esta es tierra recia… dura para quien la trabaja.
Tierra que no entrega fácilmente sus frutos, sino
que hay que arrancárselos a golpe de trabajo y sudor.
Pero los que en ella viven son trabajadores y recios como
la tierra misma. Son gentes que se aferran firmemente a
sus ancestrales tradiciones y que mantienen inquebrantable
la fe en Dios. No obstante se muestran refractarias, las
más de las veces, a todo aquello que, adaptándose
a la los tiempos en que vivimos, temen que suponga una renovación
o cambio en su forma de entender las cosas.
Este Jerusalén granadino en que asentamos nuestros
pies, cada Domingo de Ramos, inicia su Semana Santa dando
la bienvenida al que, simbólicamente, entra a salvarnos,
como el más humilde de los hombres, a lomos de un
humilde jumento.
Jesús, es recibido al grito de ¡Hosanna!
¡Hosanna! Y aunque entra en Jerusalén
sin títulos ni oropeles, es vitoreado con gran algarabía,
entre palmas y olivos, en tanto el pollino que monta avanza
pisando sobre los mantos que la multitud va tendiendo en
el suelo a su paso.
…/…
Él sabe
que muchos de esos, que hoy le vitorean, pronto se volverán
en su contra, azuzados por los esbirros de escribas y fariseos.
Y gritaran con fiereza: “Crucifícalo, crucifícalo”.
Así de voluble es la naturaleza humana…
…/…
¡Semana
Santa!…
Qué preciosos recuerdos afloran a nuestra mente,
con solo evocar su nombre…
¿Quién no recuerda con nostalgia haber ido
de la mano de su padre o su abuelo a la iglesia, donde se
aprestan tronos e imágenes para la procesión?
¿Quién no asocia la Semana Santa con el aroma
de incienso y cera; clavel y rosa; lirio, arrayán
o montaraz romero?
¿Quién
no siente un nudo en la garganta cuando escucha los sones
de una marcha,… el quejio de una saeta que rasga el
aire de la noche… o contempla la suave mecida con
la que procesionan nuestros titulares?
No somos los únicos… Y en cada rincón
de nuestra bendita tierra, llegando el fin de la Cuaresma,
estando próxima la primavera, se siente la Semana
Santa a flor de piel; en sus calles y sus plazas; en el
corazón de cada persona de bien.
Declama Charo Calle
De nuevo saldrás a la calle,
coronado de espinas y de ofensas,
bajo un cielo de nubes indefensas,
procurando que tu imagen no desmaye.
Con un cíngulo
dorado sobre el talle,
tus barriadas te ofrecen sus dispensas,
por llevarte reciben recompensas,
intentando su armonía con detalle.
Como rey de
otro mundo no terreno,
dicta normas su muerte en Galilea,
y es amor su mandato necesario.
Bajo el peso
y dolor va el Nazareno,
Verónica la tarde y cirinea,
por caminos de angustia hacia el Calvario.
…/…
¡Pasión!...
La Pasión es la Semana Santa vivida según
la bendita tradición de nuestra tierra.
Los andaluces, con nuestra especial idiosincrasia a la hora
de manifestar públicamente nuestra veneración
por Jesús y su bendita madre, sabemos traducirla
en músicas, vivas, saetas y mecidas suaves y cadenciosas,
en las que los hombres y mujeres que portan las sagradas
imágenes de nuestra devoción ancestral “rezan
con los pies”, mientras sus labios guardan un respetuoso
silencio.
…/…
Como cada año
todos seremos testigos de promesas que en su día
se hicieron y ahora se ven cumplidas y promesas que hoy
se harán con la fe puesta en su cumplimiento.
…/…
Ahora os pido…
¡Silencio! ¡Que todos callen! ¡Que
no se rompa este mágico momento! ¡Que en el
mismísimo cielo se pueda oír el crepitar del
piadoso fuego que arde en vuestros corazones, como aquel
que ardió en el de los discípulos e Emaús
cuando, por fin, reconocieron al Señor!
…/…
Semana Santa
es el trabajo cotidiano, callado y casi nunca reconocido.
Trabajo de todo un año realizado por aquellos que
sienten en su interior el deber de hacer que la tradición
no se pierda y que no caiga en el tedio de la repetición.
En Semana Santa, las mujeres se afanan en los preparativos
de estas fechas, inundando el aire con aromas de guisos
y dulces tan propios de ellas. Notamos la bulla en la calle…
Estamos ante esos minutos de espera y nervios… Y de
pronto comienza a oírse un murmullo… y de este
surge un ¡…Ya sale!
…/…
Aquí,
donde nuestros pies se asientan firmemente en la tierra,
somos testigos del trajín de gente menuda que, sin
dar ni tomar un momento de reposo, asimilan las tradiciones
y su significado, a la vez que se hacen mayores por dentro
y se sienten parte de algo grande que, no por repetido,
deja de ser irrepetible.
No entro, ni quiero entrar, a valorar, como creo que hacen
quienes ignoran las más de la veces de lo que hablan,
si la Semana Santa de aquí es mejor o peor que otras.
No… La Semana Santa y la forma como se celebra en
cada lugar, no debe ser motivo de discusión o competencia.
No vale la pena, ni tiene sentido…
Sí… La auténtica Semana Santa fue aquella
en que Dios hecho hombre, Cordero Divino, se sacrificó
por todos nosotros, incluso por aquellos a los que, a pesar
de sus delitos, exculpó diciendo:
“… Perdónales Padre, pues no saben lo
que hacen.”
Hoy sería
más apropiado decir:
“…
Perdónanos Señor, porque no sabemos lo que
nos hacemos.”
…/…
Nos encontramos
ante una historia real, rememorada durante siglos, conociendo
de antemano su glorioso final.
Por ello pido a este notable auditorio, licencia para hacer
un esbozo de vuestra Semana Santa, ¡de mí
Semana Santa!, que veremos, como testigos privilegiados,
en estas calles y plazas.
…/…
Declama Charo Calle
Meditación de Manuel Benítez Carrasco
Al verte, mástil sin vela
y abandonado del cielo,
intento darte consuelo.
Y eres Tú quien me consuela.
Por mis pecados expiras,
dando con ello razones,
que más que para las iras
estás para los perdones.
Y dejando entre tus dedos
todo tu poder, clavado,
aún me ofreces el costado
para quitarme los miedos.
Árbol, torreón, escudo,
pararrayos mío fuiste;
y cómo tal viento pudo
dejarte así en un tan triste
á rbol tan desarbolado
pararrayos tan herido,
torreón tan derribado
escudo tan destruido...
Dejar quiero, como rosas
sinceras y arrepentidas,
unas lágrimas piadosas
que consuelen tus heridas.
Pero Tú arreglas las cosas
a tus maneras divinas;
y, al devolverme las rosas,
te quedas con las espinas.
De más dolores te llenas,
en más dolores porfías,
y así te colmas de penas
al hacer tuyas las mías.
Con tan generoso
juego
con que juegas al amor,
vas a conseguir, Señor,
-y no te lamentes luego-,
que, en convenio tan injusto,
yo sume malas acciones
para que te des el gusto
de multiplicar perdones.
Cuando comprender persigo
tan descompasado amor,
sólo comprendo, Señor,
que no se puede contigo.
Pues ¡quién le puede a un amigo
que, sobre tanto tormento,
aún se hace vid, se hace trigo,
para ser nuestro alimento...!
Me rindo, pues, a tu celo,
celo tan empecinado;
sigue, gran desconsolado,
siendo todo mi Consuelo.
En su camino
hacia el calvario, Jesús de la Agonía sale
a la calle, acercando su imagen a quienes a ella no pueden
llegar. Reparte a manos llenas fe y consuelo sin medida.
Fe para quienes la hayan perdido. Consuelo para tantos y
tantos que no lo encuentran en las cosas mundanas y banales,
y solo la contemplación del que con la entrega de
su vida nos redimió, hace sanar las heridas de sus
almas y renacer la esperanza en sus corazones.
Hay pugna por acercarte a ti, por tocarte, por llevarte
sobre los hombros, por aliviar tu dolor; siendo, por momentos,
conscientes de las culpas de las que nos redime tu muerte…
Declama Charo Calle
Lleno de amor sin medida,
camina el Señor cargado,
con la cruz que le han formado,
los excesos de tu vida.
Así entonaban
las cantoras de antaño cuando el Vía Crucis,
al son de la música fúnebre que le acompañaba,
salía a las calles…
Todo esto ocurría mientras las estrellas del firmamento
se asomaban para verte salir mi Señor Nazareno. Entre
ellas sabemos que siempre han estado, contemplándonos,
los padres, hijos o hermanos que nos dejaron un día
y ahora gozan eternamente de tu gloria en el cielo, junto
a Ti... junto a los elegidos.
…/…
“…Padre,
si es tu voluntad, aparta de mí este cáliz;
pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
… Un amigo, de quien menos cabría esperar tan
cruel acción, te ha traicionado y, por un puñado
de monedas manchadas de sangre, te entrega a una muerte
segura…
Eres maniatado, humillado, azotado y coronado de espinas…
Y aun así sigues recibiendo gustoso sobre tus hombros
las culpas de toda la humanidad, sin rencor, perdonando
y mirándonos con dulzura…
Declama Charo Calle
Los azotes desgarran su figura
con la mano brutal de la injusticia,
del desprecio, del odio y la malicia
de un mundo anonadado en su hermosura.
La escena conmueve
conciencias y llena de zozobra los corazones. Te vemos en
el altar que tus hijos han formado para ti, repartiendo
amor y compasión, esperando solo una mirada amiga
o una plegaria salida del corazón a la que corresponder.
Jesús Nazareno, cargado con la cruz, sale a la calle
en olor de multitud. Rodeado de sus hijos. Acompañado
por aquellos que, como Él son nazarenos de nuestro
tiempo. Nazarenos que cargan abnegadamente con la cruz que
la vida les ha impuesto.
…/…
El aire de la
noche se hace denso y frío. Los hombros de los portadores,
cirineos tuyos, se resienten al pasar por las dificultosascalles.
El esfuerzo se evidencia, haciendo que se aprieten los dientes
y se siga andando con brío contenido y mecida elegante,
mientras el varal, como cruel silicio, se va clavando en
el hombro.
Pero a pesar de todo, no hay miedo de desfallecer. Tiempo
hay por delante y otras calles irán llegando.
Jesús Nazareno, con su inefable ejemplo, soportando
el dolor del castigo recibido y el ser conocedor de lo que
aún ha de venir, hace elevar el espíritu y
alivia el peso que cada hombre soporta. Tiempo habrá
para descansar, pero hoy toca compartir con Jesús
parte de su dolor y redimirse con Él.
Declama Charo Calle
Silencio, ¡por Dios, silencio!
Que pasa el Nazareno
que lleva la cruz a cuestas
pidiendo clemencia al cielo.
Que se detenga la noche
y las estrellas se apaguen,
que todo el mundo le rece
cuando el Nazareno pase.
Y una saeta se oye
que rasga nuestro silencio
es porque Dios llora sangre
por boca del saetero.
Canta Víctor
Manuel Domínguez Cárdenas
Saeta al Nazareno
Cuando la sed…
cuando la sed le ahogaba.
Caminito del calvario
y cuando la sed le ahogaba,
le dieron para beber,
¡vinagre y agua salada!
Con sudor frío y descalzo,
va caminando mi Jesús,
las fuerzas le van faltando,
por no poder con la cruz
y un hombre le va ayudando.
Jesús Nazareno
¡Mírame!, deja que mis ojos se encuentren
con los tuyos, que mi alma llegue a comprender el sacrificio
que por todos nosotros hiciste y sigues haciendo cada día.
…/…
¡Madre
dolorosa! Te encuentro al pie de la cruz, angustiada,
abatida y transida de dolor, mientras recibes en tu regazo
el cuerpo inerte de tu hijo y, al hacerlo, has rememorado
el tiempo, ahora lejano, en que amorosamente le acunabas
cantando entre sollozos, como haría cualquier madre
de nuestros días:
Canta Sara Sae
“A la nana, nanita,
nanita ea...
y Jesús se ha dormido
bendito sea…”
¡Madre
nuestra! En tu soledad acunas en tu regazo el cuerpo
del hijo muerto, meciéndolo como las olas del mar.
Pides al cielo que todo sea un sueño y guardas silencio
para que no despierte el hijo que está dormido.
¡Madre nuestra! Tú fuiste fuerte y,
aferrándote a la fe que tenías depositada
en Dios Padre y en tu propio Hijo, resististe la tentación
de abandonar y dejarte llevar por la desesperación.
Santísima Virgen de nacarado rostro, de inefable
belleza y dolor contenido. Los hombres y mujeres que cada
año te portan sobre sus hombros, fundiéndose
contigo, se hacen, como todos nosotros, partícipes
del inenarrable dolor que siente una madre al perder a su
hijo.
Declama Charo Calle
¡Qué bella se ve tu imagen
llevada en procesión,
la Virgen de mis amores
tan serena en su aflicción!
Su silencio, es misterioso,
y dulce es su expresión,
delicado su semblante
y en él hay resignación.
Ella es la Madre buena,
la que siembra siempre amor,
la que a todos nos ayuda
y la que nos lleva a Dios.
Delante, paso por paso,
de su Hijo la Pasión
le han traspasado el alma,
le han partido el corazón.
Detrás, ya no vemos nada,
ya todo se consumó
pero queda una esperanza
llamada "Resurrección".
¡Qué bella se ve tu imagen
llevada en procesión,
la Virgen de mis amores
tan serena en su aflicción!
¿Quién,
viéndote pasar no ha sentido el impulso irrefrenable
de persignarse, inclinar la cabeza humildemente y musitar
una oración pidiendo tu intersección?
María, con el corazón traspasado por la pena,
haya consuelo entre aquellos que han conocido y amado al
hijo que acaba de perder.
Un dosel de luto cubre de negrura la noche y solo nos alumbra
la luz que irradia de su rostro virginal. Rostro tachonado
de lágrimas que brillan como los luceros del firmamento.
Señora de las Angustias, Madre nuestra. ¡Seca
tus lágrimas! ¡No sufras! ¡Alégrate
con nosotros! El gran momento está cerca y el alba
del Domingo, cuando apenas raye el día, con su luz
volverá a traernos la esperanza.
Declama Charo Calle
¡Ay, ay, ay!, que...
la Virgen, nuestra madre,
lleva el corazón partío
de ver a su Hijo amado
por negra muerte vencío.
Canta Víctor
Manuel Domínguez Cárdenas
Saeta a la Virgen
Virgencita de la Soledad
que solita te dejaron,
cuando al Dios de la humildad,
de tus manos lo arrancaron,
sin amor ni caridad.
… /…
Piadosas mujeres
te han tomado de los brazos de tu Madre, al pie de la cruz,
y suavemente te llevan sobre sus hombros, para que todos
sean testigos del espantoso castigo y muerte que te han
infligido.
Esas mujeres piadosas te depositarán, como aquel
hombre de Arimatéa, en una sepultura intacta, que
aún no ha recibido la muerte en su seno. Y, para
que se cumplan las escrituras, la sellarán con una
gran roca.
Jesús yace como dormido en su última morada
terrenal.
Los ángeles vigilarán y custodiarán
tu sueño, que no muerte, para que nada perturbe aquello
que ha de ser.
Pronta está la hora en que triunfes sobre las tinieblas
y te apartes del abrazo gélido de la muerte.
Mientras, los que no creen en tu pronta resurrección
acechan cual aves de rapiña. Montando guardia y permaneciendo
alerta,… ¡No sea que sus discípulos
roben el cuerpo y digan que Jesús ha resucitado!
¡Que infelices…!
…/…
Y las
mujeres “… muy de mañana, fueron al sepulcro
llevando los aromas que habían preparado.”
“Pero encontraron que la piedra había sido
retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo
del Señor Jesús.”
“No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron
ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes.”
“Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra,
les dijeron:”
“¿ Por qué buscáis entre los
muertos al que está vivo?”
“No está aquí, ha resucitado. Recordad
cómo os habló cuando estaba todavía
en Galilea, diciendo:”
“Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado
en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer
día resucite ".
Y ellas, como nosotros, recordaron sus palabras.
¡Jesús ha resucitado de entre los muertos
y está entre .nosotros!
…/…
Gracias, Señor,
porque me has dado
el don de usar la palabra
para proclamar tu gloria…
para glosar tu legado…
para contar que el amor
es nuestro mejor regalo.
Gracias, Señor, porque permites
que le hable a mis hermanos
de tu pasión y tu muerte…
del dolor que padeciste
para redimir al hombre
y perdonar sus pecados.
Y gracias mil veces, Señor,
porque me dejaste ver
que más allá de esa muerte…
lejos de hallar aflicción…
esta la inmensa alegría…
que fue tu PERDÓN
y gloriosa Resurrección.
Señoras…
señores, no he venido hasta aquí para anunciar
nada que no les resulte ya conocido; al contrario vengo
a poner letra a la música cofrade de vuestros labios,
al ritmo de marcha de vuestros pies.
A sacar de la más fina veta de vuestro interior,
esa forma de sentir y de creer tan propia de quien ama a
sus titulares.
A modelar con unas cuantas ideas y unas torpes palabras
-ligeras plumas que se lleva el viento- la sinfonía
de sentimientos y sensaciones con que os aprestáis
a agasajar a Jesús y María en las próximas
fechas.
Otros vendrán que anunciarán días de
dolor y alegría con prosa y verso más floridos
que el que ahora os habla.
Que usen cultos recursos literarios que os llenen el corazón
de congoja o hagan brotar en él la alegría.
Que pronuncien un pregón que deje relegado al baúl
de los recuerdos el que hoy habéis oído.
Lo que no podrá cambiar nadie es el cariño,
dedicación y respeto que he puesto en cada una de
las líneas que, en mi voz, el aire os ha llevado,
y la emoción que me embarga al sentir el calor y
cariño con que he sido acogido en esta que ha sido
y es, a pesar de los pesares… ¡Mi tierra!
¡He
dicho!
…/…
Agradecimientos
Permítanme
presentarles a:
Charo Calle… ¡Mi rapsoda! La dulce
y profunda voz que ha hecho que unos versos sueltos cobren
vida y todos los hayamos sentido como algo real y emocionante…
A Sara Sae… ¡Mi soprano! La nítida
voz de cantante lírica que nos ha puesto el vello
de punta al recordarnos la Anunciación y la Nana
de la Virgen a Jesús “dormido”…
Y a Víctor Manuel Domínguez, “Venterito”…
¡Mi saetero! El sonido y pasión de la
Semana Santa de Nuestra tierra en sus “palos”.
Con sus saetas dedicadas al Nazareno y a la Santísima
Virgen, ha honrado a los sagrados titulares de nuestra hermandad…
Debo decir que cada uno de los que acabo de nombrar, no
dudó ni un segundo en dar un rotundo Sí a
la petición que les hice, para que colaborasen, como
lo han hecho, en el pregón que acaban de escuchar.
Cada uno de ellos ha contribuido con su voz a dar mayor
esplendor y solemnidad a cuanto ha acaecido ante vuestros
ojos y oídos, entre estos sagrados muros.
Por tanto, para ellos, sea mi eterno agradecimiento. Gracias,
¡Muchas gracias!