III
Pregón de Semana Santa de Jayena
Pregón a cargo de la Hermandad del Santo Sepulcro
Autor: Antonio Moles Navas
Lectora: Rosario Medina Villarraso
Iglesia Parroquial del Santísimo Sacramento
Jayena (Granada)
17 de marzo de 2012
Queridos vecinos y vecinas
de Jayena, el pueblo al igual que otros años ya huele
a cera, quiere decir que ya empieza una de las semanas más
importantes para todos La Semana Santa.
Nos conmovemos todos con la pasión y muerte de Jesucristo
al igual que nos regocijamos después con la Pascua
de Resurrección ¡qué bien nos hizo Cristo
con la Resurrección! porque resucitamos todos al
perdón de nuestros pecados y a la misma muerte del
cuerpo porque nuestra alma siempre estará a su lado.
Este año la Hermandad del Santo Sepulcro tiene el
gran honor de que se le haya encomendado este pregón,
pero que podemos decir que no hayamos vivido ya. Antes de
entretenernos más, queremos darle la bienvenida una
vez más a D. Miguel Ángel nuestro párroco,
ofreciéndole nuestra disponibilidad para todo. Queremos
decir de alguna forma que nos sentimos tristes porque hemos
perdido a nuestro presidente fundador D. Enrique Aranda,
aunque es verdad que por motivos de salud llevaba unos años
apartado de la Hermandad, en espíritu siempre ha
estado y no podemos olvidar la gran labor que hizo. Dios
quiera que lo que él empezó tenga siempre
continuidad. También deciros que La Semana Santa
no debe ser una semana de oración y procesiones debe
servir también para hacernos un examen interior y
tratar de aumentar lo bueno que tenemos y corregir lo malo
que aunque sea sin querer todos tenemos algo.
A usted, señor Alcalde, junto con toda la corporación
municipal queremos darle las gracias porque aunque son organismos
diferentes siempre podemos contar con ustedes para todo.
Semana Santa, que bien suena esto a los oídos de
los hijos de los católicos y católicas del
pueblo, estoy escribiendo esto y no puedo dejar de emocionarme
porque se me viene a la memoria mis padres y otros tantos
hombres y mujeres que ya no están con nosotros, con
que humildad al igual que con qué alegría
vivían la pasión de Cristo. Todavía
podemos recordar muchas de las personas que estamos aquí
cuando la noche del Jueves Santo era un hervidero de gente
para adorar al Santísimo y a media noche mi madre
“la Antoñica” me llamaba: “levántate
vamos a llevar un poco de café a la gente que hace
mucho frío” y a Trini ¿quién
no la puede recordar? Yo la recuerdo como si fuera algo
nuestro, aquella mujer que cuando empezaba la cuaresma y
siempre desde la sombra (porque ella nunca quería
ser la primera en nada) ya lo vivía, parece que siento
a mi padre decirle cariñosamente “Trini acuéstate
aquí y ni te vayas a tu casa”.
Carmen no sé si estás esta tarde entre nosotros
pero queremos que sepas que todos los que estamos vinculados
con la iglesia pedimos a Dios que alivie tus dolencias y
las de Antonio para que puedas seguir siendo como siempre.
De los jóvenes ¿qué podemos decir si
es la salvia nueva? Tenemos que quererlos mucho porque ellos
y ellas son los que dan vida a todo y aunque algunos dicen
“pero si no van a la iglesia” señores,
pero si eso es tarea de los más mayores rezar y pedir
por todos ya que ellos por su edad piensan que tienen otras
prioridades pero no olvidemos que el evangelio dice que
Dios nos quiere a todos por igual.
Queremos mencionar también a Elena, a las catequistas
y a todas las mujeres que colaboran con la iglesia, que
si no fuera por ellas las cosas no funcionarían igual
porque a todos nos gusta que la iglesia este bien pero nunca
nos paramos a dar las gracias a las que desinteresadamente
hacen esta labor. Este año vamos a tener la suerte
de que D. Pedro sacerdote hijo del pueblo va a compartir
las celebraciones con D. Miguel me gustaría que acudiéramos
todos los mas posibles para que no se sintiera solo. Dar
las gracias a esta banda de música que ha querido
estar con nosotros en el comienzo de la pasión para
deleitarnos con su música y a todos los que han hecho
posible este evento y ya no extendiéndome mucho no
puedo dejar de decir algo sobre la noche del viernes santo,
una noche triste porque ya Cristo ha muerto y a su vez alegre
porque falta menos para que vuelva con nosotros para siempre.
Sobre las diez y media de la noche salimos con todas las
imágenes de la pasión a la calle para recorrer
el pueblo y ¿quién puede decir que no se emociona
viendo a ese Cristo atado a la columna y azotado con esa
cara de resignación sabiendo de antemano lo que le
esperaba después?, ya condenado a muerte le cargaron
con la pesada cruz pero no olvidemos que esa es nuestra
cruz y tenemos que llevarla con la misma resignación,
sale clavado en la cruz ¿cuántos golpes tuvieron
que darle para clavarlo? son los mismos que a todos nos
da la vida pero al igual que él salió victorioso,
saldremos todos sino dejamos de confiar en él, sale
por fin el cuerpo tan preciado de ese hombre ya sin vida,
inerte, eso nos enseña a todos que tenemos que despedirnos
de algún ser querido pero no olvidemos que es el
último paso para la vida eterna, cuando por fin sale
la Santísima Virgen ya es imposible contener la emoción
sale con el corazón traspasado de dolor con una pena
que solo puede entender la madre que haya perdido a un hijo,
pero lleva ese gran manto que nos cubre a todos porque como
dice el refrán “el manto de una madre lo cubre
todo” y a ella desde la cruz Cristo la hizo madre
de todos, ¡qué alegría cuando llega
la noche del sábado! cuando las campanas tocan a
gloria Cristo vuelve a estar entre nosotros para siempre,
el mismo que fue azotado, cargado con la cruz, clavado y
sepultado como cualquiera de nosotros, sale victorioso de
todo, esa misma fe tenemos que tener todos y pensar en la
otra vida porque esta es pasajera.
Nos despedimos de todos hasta la próxima ocasión
que tengamos de dirigirnos a ustedes agradeciéndoles
su asistencia gracias en nombre de toda la Hermandad del
Santo Sepulcro.