Presentación
del Cartel de la Semana Santa Padul 2020
Presentó Don Juan Antonio García Villena
Centro Cultural Federico García Lorca
9 de marzo de 2019
“Solo
la verdad os hará libres”: San Juan Evangelista.
Señor párroco,
señor presidente de la asociación de cofradías,
señor alcalde, señores y señoras muy
buenas noches.
Me llamo Juan Antonio, soy cofrade y el encargado de presentar
el cartel de esta semana santa que esperamos con ilusión.
El cartel como se puede apreciar es de San Juan Evangelista
a su paso por la calle Alcarceles, en este caso el paso
se ve que está adornado con rosas rojas, se ve a
San Juan mirando hacia la derecha señalando el camino
de su maestro, se puede apreciar la imagen sobre su canastilla
bien iluminada.
San Juan es el patrón de la juventud, nació
en Betsaida, Galilea en el año 15. Era hijo de Zebedeo
y de Salomé. Tenía un hermano que también
fue discípulo de Jesús, este era Santiago
el Mayor. La familia se dedicaba a la pesca en el lago Tiberiades.
Juan conoció a San Juan Bautista y se hizo discípulo
suyo con Andrés, el hermano de Pedro y por él
llegaron a conocer a Jesús.
Luego y directamente su hermano Santiago y él serían
llamados por Jesús al apostolado. Y Juan se convirtió
en uno de los cuatro evangelistas que se unió a Jesús.
Mereció de Cristo especiales muestras de afecto y
confianza, Juan y su hermano Santiago siempre iban juntos
y un día, teniendo que pasar el Señor por
la ciudad de Samaria, de camino a Jerusalén, mandó
a algunos discípulos delante para que preparasen
algo de comer, pero los samaritanos al ver que eran judíos,
no quisieron recibir a Jesús. Entonces Juan y Santiago
muy indignados dijeron a Jesús: “¿Quieres
que mandemos que llueva fuego del cielo y los abrase?”
Esto motivo que Jesús los llamase “hijos
del trueno”, eso demuestra que los apóstoles
también tenían su genio y se comportaban como
hombres y no llegaron a la cumbre de la perfección
en el instante en que respondieron al llamamiento divino.
Juan fue uno de los pocos escogidos por Jesús para
ser testigo de la resurrección de la hija de Jairo.
Cuando Juan se enteró que Jesús había
sido sentenciado a muerte, corrió al lado de la Virgen
para consolarla y cuando ella tomó su manto y salió
deprisa para ir al encuentro de su hijo, ningún otro
discípulo se atrevió a acompañarla
por miedo al peligro de exponerse a morir con Él
en otra cruz entre aquella chusma sangrienta y salvaje.
A los pies de la cruz, estuvo Juan junto a la virgen llorando.
Momento solemne fue este cuando Jesús abre los ojos
cerrados por el tormento y ve a María su Madre y
al discípulo amado junto a Él. -“Mujer,
dice, ahí tienes a tu hijo”. Y después
mirando a Juan: -"He ahí tu madre”.
Después de la venida del Espíritu Santo, no
se fue de Jerusalén tan pronto como los demás
apóstoles, tenía que velar por la Virgen María
y según consta la tradición, vivía
con ella en su casa del monte Sión. Acompañaba
diariamente a la afligida madre que en peregrinación
iba recorriendo las diversas estaciones santificadas por
los padecimientos de su divino hijo. Juan compartía
su tiempo entre San Pablo y la Virgen.
Al morir la Virgen, San Juan dejo definitivamente Jerusalén
y fue a establecerse a Asia menor. Cuando San Pablo fue
martirizado, se estableció en Éfeso para hacerse
cargo de las iglesias de Asia menor, allí fue donde
escribió sus tres Cartas y su Evangelio.
Durante las persecuciones de Domiciano, fue martirizado
e introducido en una caldera de aceite hirviendo de donde
salió ileso. Este hecho milagroso de haber salido
de la caldera más fuerte y vigoroso que había
entrado, causó gran admiración y se dice que
Domiciano atribuyó el milagro a la magia, no se atrevió
a dar muerte al Santo y lo desterró a la isla de
Patmos, en el mar Egeo, para trabajar en las minas de hierro
que entonces había allí, en ese lugar fue
donde escribió el Apocalipsis.
El “hijo del trueno” que antes parecía
tan fogoso y vengativo, era ya todo bondad y mansedumbre,
su corazón había sido moldeado en el Divino
Cordero. Después de la muerte de Dioclesiano, habiendo
anulado el Senado romano los decretos del tirano, pudo nuestro
glorioso Santo volver a Éfeso donde murió
sobre el año 101, ya muy cargado de años y
de méritos.
Nuestra hermandad de San Juan Evangelista de Padul tiene
varios siglos de antigüedad, exactamente no se sabe
cuántos pero según algunos documentos hallados
en la curia de Granada y en nuestra propia parroquia, el
2 de Enero de 1620, sus cofrades se reunieron en asamblea
para elegir a su mayordomo como está reflejado en
el acta que es el documento más antiguo en el que
tiene constancia el nombre de la hermandad. También
se ha encontrado documentación en unos libros de
1684 y 1794.
Otro dato del que nos podemos sentir orgullosos es que nuestra
imagen esta coronada desde el año 1720 y así
consta en una inscripción que hay en la corona y
que dice así “Ycieron ésta por devoción,
siendo Mayordomo J. V. Sánchez y Pedro Rejón
en el año 1720”.
En 1920 siendo párroco D. Adrián, se volvió
a poner forma a nuestra semana santa aunque no todos los
pasos que hay hoy en día procesionaban, nuestra imagen
ya sí lo hacía.
Hubo más vaivenes porque la procesión estuvo
interrumpida por la guerra hasta los años cincuenta.
Fue en esos años donde en la posá se reunieron
un grupo de hombres para volver a formar la hermandad. Su
nombre pasó a ser Hermandad de Discípulos
de San Juan, la encabezaron Lázaro Martín
y Joaquín Ferrer Berdugo y en el año 1950
empezó a procesionar en andas que aún se conservan
y sobre las cuales procesiona nuestra imagen el Domingo
de Resurrección.
A los tres años en 1953 hicieron el trono en Granada,
se desconoce el autor o autores. Un año más
tarde se hicieron en el taller de D. Juan de Dios, Pepe
Luces, los candelabros que lleva el trono. El trono que
procesiona el Viernes Santo es el original pero se han hecho
pequeñas transformaciones para adaptarlo a costaleros.
En aquellos años muchas personas participaron con
su trabajo para pagar ese primer trono, las mujeres bordaron
muchas mantillas y se hicieron rifas con ellas, también
se rifaron rosarios y medallas de la hermandad para recaudar
dinero. Ahí empezó a llamarse la cofradía
de los pobres. En el año 2004 otro grupo de personas
compraron una casa vieja que se tiró y se levantó
una casa adaptada al paso.
Cada año se van añadiendo enseres, se compraron
dos faroles y una cruz de guía. Luego se pusieron
tallas nuevas de madrera al trono para darle amplitud y
señorío, estas realizadas por el taller de
D. Jose Manuel Nogueras en Armilla y su dorado corrió
a cargo de Dª María del Pilar Casares. También
se hicieron unos faldones nuevos a cargo de las mujeres
de nuestra cofradía.
La bacalá ha sido bordada por el Taller Bastidor
de Oro de Padul y donada por una de sus cofrades, también
se ha donado un llamador nuevo a cargo de un costalero.
Este año también se ha estrenado una faldilla
para la cruz de guía así como un libro de
reglas realizado por otro cofrade.
Nuestra gran Semana Santa es una de las más importantes
dentro de la provincia, tenemos procesiones el domingo de
Ramos en el que procesionan por la mañana la procesión
de las palmas y ya por la tarde Nuestro Padre Jesús
de la Victoria y Nuestra Señora del Valle. Otro de
los días grandes es el Jueves Santo en el que se
celebra el viacrucis, antiguamente llamado la procesión
del silencio en el que procesionaban Nuestro Padre Jesús
Nazareno, Nuestra señora de los Dolores y San Juan.
El Viernes Santo es otro de los días grandes de nuestra
Semana Santa, que tiene un gran interés porque es
la única procesión en la que se ve toda la
pasión de Jesús y va combinando imágenes
con pasos vivientes.
El primer paso es Nuestro Padre Jesús en Oración
en el Huerto de los Olivos, ahí podemos ver a Jesús
orando y al ángel ofreciéndole el cáliz
de la pasión.
Seguidamente procesiona Nuestro Padre Jesús de la
Flagelación, ahí vemos a Jesús azotado
por dos sayones, Gabiarras y Pilón.
A continuación procesiona un paso viviente representando
a la Verónica, mujer que muestra en sus manos un
pañuelo con el rostro de Cristo y acompañada
por unos Angelillos.
El siguiente paso en procesional es Nuestro Padre Jesús
Nazareno, aparece Jesús portando su cruz con su corona
de espinas, coronado como rey de los judíos.
Detrás viene el Cristo de las tres caídas,
en este paso vemos a Jesús en su tercera caída,
una imagen que nos cautiva con su mirada.
Seguidamente podemos ver una impresionante imagen de Cristo
clavado en su cruz.
A continuación procesiona la Virgen de las Angustias,
nos muestra el dolor de una madre portando a su hijo muerto.
El siguiente paso en procesional es el Cristo de la Sábana
que va sobre unas andas portadas por cuatro Nicodemus.
Después procesionan los pasos vivientes donde vemos
a María justo detrás del Señor de la
Sábana, a las tres Marías y a la legión
de soldados romanos.
A continuación procesiona el Santo Sepulcro, que
representa el lugar donde esta Jesús muerto.
Detrás del sepulcro aparece la imagen de San Juan,
el discípulo amado, valiente y fiel que no solo no
negó a Jesús como hizo Pedro, sino que lo
acompaño en su calvario junto a la Virgen María
y fue testigo de la resurrección de Cristo.
En esta imagen podemos ver como San Juan nos muestra con
su mano a Jesús, al maestro y nos invita a seguirlo.
Detrás de San Juan procesiona la Virgen de los Dolores,
nos muestra el dolor y la soledad de una madre que va al
entierro de su hijo.
Y para terminar viene el Santo Sudario, que es el símbolo
del cristiano y la prueba de que Jesús ha vencido
a la muerte.
Aunque nuestra gran semana no acaba aquí porque tenemos
otra procesión el Domingo de Resurrección
que es el día más grande para todos los cristianos
ya que es el día en que Cristo ha vencido a la muerte
para quedarse con todos nosotros, aquí procesiona
el Señor Resucitado acompañado por San Juan
y por la Virgen del Carmen.
La cuaresma es tiempo de recogimiento, de arrepentimiento,
de expiración de la culpa y de conversión.
También debemos reforzar nuestra fe a través
de actos de reflexión y de penitencia. Un tiempo
en el que huele a romero, a incienso, a cera, a ensayos
de costaleros, al redoble de los tambores de los romanos
y como no podía faltar en nuestro pueblo ese olor
a torticas de masa.
Este cartel que anuncia nuestra Semana Santa no es solo
una foto bonita sino que es una imagen que nos transmite
seguridad, serenidad y valentía, es decir, toda una
lección de amor, de compromiso y de fidelidad. San
Juan nos transmite estos tres valores fundamentales para
la vida de un cristiano. Nos da ejemplo con su vida que
aún en momentos tan difíciles supo estar ahí
al lado del maestro y nos invita a ser fieles a nuestras
creencias.
Mi vida dentro de la hermandad no es muy larga pero está
plagada de recuerdos, recuerdos como esos viernes de cuaresma
en los que yo iba con mi padre, que en esos tiempos era
el capataz, a esos ensayos de costaleros que yo recuerdo
con ilusión porque ya sabía yo que después
de esos ensayos llegaba ese día que todos esperábamos
con ansia, pero no solo esperaba para ese rato de procesión,
yo iba con mi padre a por San Juan a la iglesia, ayudaba
como podía a llevarlo hasta la casa de hermandad,
también me gustaba montarme en el trono y ayudar
a poner flores porque eso también es parte de la
hermandad y es parte del Viernes Santo, esas horas de trabajo
pendientes del último y mínimo detalle pero
que cuando se solucionaba había pasado la semana
sin apenas darte cuenta, desde ese Martes Santo en el que
habíamos recogido a San Juan hasta ese Viernes Santo
por la tarde en que empezaban a llegar los costaleros, penitentes,
monaguillos y todos eran importantes en esos momentos. Todos
los niños con la ilusión y las ganas de crecer
para poder ser costaleros, para poder ser los pies de nuestro
San Juan.
Quiero agradecer a mis padres por haberme apoyado en este
acto y sobre todo a Manuel por haber hecho posible que yo
dijera esta presentación del cartel de Semana Santa
2020.