"Entonces
se le entregó para que le crucificasen. Apoderándose,
pues, de Jesús le sacaron fuera".
"Y llevando él mismo a cuestas su cruz, fué
caminando hacia el sitio llamado el Calvario, u Osario,
y en hebreo Gólgota".
S. Juan XIX, 16-1
FUNDACIÓN: Siglo
XVIII. Refundación en mayo del 1984.
SEDE
CANÓNICA: Iglesia Parroquial
Santa María La Mayor de Padul.
LUGAR Y HORA DE SALIDA: Casa de Hermandad, sita en calle
Horno, 7 a las 18:15h.
ICONOGRAFÍA: Jesús Camina hacia el monte Gólgota con la cruz acuestas.
AUTOR: Imagen de autor desconocido. Data del S. XVIII.
PASO: La nueva talla del paso se inicia en 2008, obra del tallista Jorge Domínguez Conde.
ACOMPAÑAMIENTO MUSICAL: Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de los Afligidos de Puente Genil (Córdoba).
Amanecer del Viernes Santo
María Isabel Santiago Fernández
Albacea de Ntro. Padre Jesús Nazareno
Amanece el viernes de todos los viernes y con él, finaliza la rutina frenética que conlleva el cargo que ostento.
Pertenezco a la Hermandad del Nazareno y mi cargo es el de albacea, cuya función es, el cuidado de cuántos enseres, túnicas, insignias y objetos para el culto y la procesión posee la hermandad o pueda adquirir en el futuro, proveyendo a su conservación; y, dando cuentas a su junta de Gobierno de los que precisen ser reparados o sustituidos. Así como velar, con especial interés, de la adecuada presentación de la Sagrada Imagen titular de nuestra Hermandad.
También proponer a la Junta de Gobierno cuántas actuaciones estime necesarias o convenientes para el mejor desarrollo de los cultos, tanto internos como externos.
Ser albacea me permite distribuir las túnicas e insignias y asignar el, a cada hermano, el lugar que le corresponda ocupar en la comitiva procesional.
Las diferentes tareas nos hacen tener una gran actividad durante todo el año y es por ello que se requiere contar con un gran número de personas, que de forma desinteresada colaboramos y aprendemos como se hace Hermandad.
Yo, particularmente siempre tengo ayuda, porque ahí estamos todos para todo, aunque cada uno tenga su cargo. Todos los años procedemos a repartir túnicas, monaguillos y acólitos lo antes posible a nuestro gran día.
Lo hacemos de una forma ordenada y registrada para, a la hora de que cada hermano se lleve su perteneciente ropa, nosotros sepamos y supervisemos la recogida individualmente. Siempre damos por escrito, aparte de comunicación verbal, las normas para poder formar parte del cortejo, así como la hora a la que deben de estar en la casa de Hermandad el Viernes Santo.
Acaba la cuaresma y se aproximan 7 días tan intensos como fugaces.
Y por fin llega el día, 15 de abril de 2022, todo un año esperando; procedo a mirar por la ventana solo poner un pie en el suelo, nervios, mucha ilusión, ganas y tristeza a la vez me embargan. Este año nuestro Nazareno se llevó una gran parte de todos nosotros, un alma llena de inocencia, de ganas de vivir y amante de la Semana Santa. Preparo todas mis cosas y me dirijo hacia la casa de Hermandad, me reencuentro con amigos tan ansiosos como yo porque lleguen las 18:00h. Me dispongo a revisar el armario de toda la ropa, que los trajes de acólitos estén completos, preparo las cestas para nuestros queridos monaguillos, esos querubines que van siguiendo los pasos de sus padres, hermanos, primos, abuelos, amigos… y que, con tanta ilusión e inocencia nos llenan de amor a la hermandad y recibimos con tanta alegría. Es en este momento cuando recuerdo mi infancia, porque sí, yo también sigo el legado de mi padre, el que todos los viernes me llevaba siendo muy pequeña a los ensayos del nazareno.
Llegan las 16:30 de la tarde y empieza a llenarse la casa de Hermandad de bullicio, incienso, túnicas recién planchadas, miradas de ilusión de nuestros monaguillos...y sí, no lo voy a negar, nos empezamos a poner nerviosos, pero que nervios más bonitos, que cosquilleo que te recorre todo el cuerpo, cuántas ganas de volver a verte en la calle, que nuestros costaleros sean tus pies después de una pandemia que ha formado parte de un antes y un después. Procedemos a ponerles los cíngulos a cada persona que sube, a revisar que todo esté en orden y por fin, una vez todos vestidos y casi a solas, cojo mi traje de acólito ceriferario, me visto, le rezo a mi Nazareno y me coloco junto delante de él para disponernos a procesionar y ser la luz que le guíe.
Soy albacea, pero no acompaño a nuestros casi 30 pequeños monaguillos en el cortejo, hay dos diputadas de tramo que se encargan de que vaya ordenado y de que no les falte de nada en ningún momento, aunque, en el año 2022 por causas justificadas solté mi cirial y estuve acompañando a cada uno de los pequeños durante todo el recorrido procesional. Vaya sentimiento agridulce, cómo he dicho más arriba, nos falta nuestro gran amigo, se fue demasiado pronto, le quedaba mucho que vivir y a nosotros mucho que disfrutar de él. Amigo, en cada racheo y en cada marcha estabas tú y por supuesto en cada levantada también porque tú nos has enseñado a vivir intensamente y así lo haremos por ti. A cada paso que daba me acordaba de ti, de mi hijo, porque tú me decías mamá, esa palabra que pocos meses después iba a experimentar; en mi vientre llevaba al que hoy en día es uno de los amores de mi vida, la que me dio consuelo en cada patadita cuando se asomaba alguna lágrima al recordarte.
Imaginarte en mis brazos era parte de todos los días, ansiaba conocerte y cuando el día llegó, con solo verte, supe que daría mi vida por ti, me esforzaría por hacerte feliz. Sentí esa clase de amor diferente: el amor de madre.
Siempre te cuidaré mi hija del alma y este año con mucho orgullo te presentaré a nuestro Nazareno porque como decía nuestro amigo: ¡Qué bonito es ser de ti, Nazareno!
Es bonito iniciar a los niños y bebés dentro del mundo cofrade y cristiano, dándoles un papel importante dentro de los cultos de la misma y, ofreciéndoles una vía alternativa para que puedan formar un grupo más dinámico y no aparcar a los jóvenes de un espacio controlado hasta que no tienen la suficiente edad. Enseñémosles a vivir la vida cofrade desde pequeños, dándoles la oportunidad de crecer como lo hicimos nosotros.