La Virgen María se apareció en Cova d’Iria,
zona próxima a Fátima, hasta en seis
ocasiones (la primera el 13 de mayo de 1917, la última
el 13 de octubre de ese mismo año) a tres sencillos
pastorcillos: Lucía dos Santos, y sus dos primos,
los hermanos Francisco y Jacinta Marto. A partir de
la difusión de su mensaje empezó el culto
a la Señora y los milagros y entre 1928 y 1951se
hizo el actual Santuario de Nuestra Señora de
Fátima.
La especial importancia que adquirió la aparición
que tuvo lugar el día 13 de julio de 1917, cuando
la Virgen María confió a los tres pastorcillos
un mensaje algo difícil de creer, el que anunció la
proximidad de cruentas guerras y futuras calamidades
que asolarían la tierra. Estas últimas
parecían estar vinculadas con el estallido revolucionario
ruso del mismo año. El mensaje mariano prosiguió con
inquietantes revelaciones que culminaron en su parte
final, en el llamado “tercer misterio de Fátima”,
que fue transcrito por sor Lucía, hacia el año
de 1943 y depositado en el Vaticano.
El culto mariano ligado a este lugar
obtuvo el reconocimiento formal de la Iglesia católica
tras ser visitado, en 1967, por el papa Pablo VI.
Hoy
por hoy es un punto decisivo en el culto mariano,
al igual que la gruta de Massabielle
en Lourdes, o Mendjugore, aquí en Europa, pasando
a América Ntra. Señora de Guadalupe es
la imagen extraordinaria y más antigua venerada.
En la imagen, la gruta de Masabielle en la localidad
de Lourdes donde unos peregrinos rezan ante la imagen.
Imagen de internet.
La
Virgen de Fátima en Granada
Hay bastante gente que recuerda en la década de
los 90 la llegada de la Virgen de Fátima a Granada,
como el propio Papá quiso acompañarla y como
fue mucha gente para verla. A raíz de este hecho
fue creciendo su devoción. Se empezaron a tener
estampas y se difundió la “virgen del tiempo” como
se le llamó popularmente a la imagen que según
iban cambiando el manto de color mostraba las condiciones
atmosféricas para ese día.
Desde Albuñuelas se acuerdan como
se subieron en los camiones que habían llevado
para verla procesionar por el triunfo y otras calles
aledañas por las que estuvo. Fue una alegría
y un gozo contemplar por primera vez a una imagen “desconocida” de
la que empezaron a circular rumores de los milagros
que había realizado y empezaron a generarse
peregrinaciones a su santuario.
En imagen los estandartes en varios tamaños.
Fotografía del autor.
Fátima en el Valle
Curiosamente en bastantes parroquias y ermitas encontramos una escultura de la
Señora. En Albuñuelas la encontramos en el altar de la Inmaculada,
en la parte baja. En Restábal es la titular de la Ermita, aunque la denominación
que se le ha puesto es “la Virgen del Cerro”, la imagen es la de
Fátima.
Es
la encima en la que estuvo Ntra. Señora
durante sus apariciones y que se puede visitar sin
problema. En la siguiente instantánea una panorámica
desde un punto alejado, se observan a los peregrinos.
En la imagen
siguiente del autor. Entras por un lateral, atravesando
una zona boscosa y ves al fondo el Cristo de más
de 10 metros, la capilla, toda la extensión para
acoger a los peregrinos y los que desean hacer penitencia.
El pilar emboscado donde hay cinco grifos de los que puedes
coger el agua que necesites. El pilar se encuentra coronado
por una imagen dorada del Corazón de Jesús.
El gran horno donde se depositan las ofrendas de figuras
de cera (cabeza, piernas, corazones, riñones, niños,
niñas, ojos…), o las velas y la capilla donde
se encuentra la imagen real, donde se celebra la Santa
Misa en ocasiones especiales y donde tiene lugar la oración
del rosario.
Antes
de entrar a la capilla donde se encuentran los
restos de los pastorcillos, el viacrucis magno,
el Niño de Praga y la segunda imagen de
la Virgen se debe pasar obligatoriamente por el
libro de firmas, es una tradición que ningún
peregrino deja pasar. Cada día o cada dos
días se pone un libro nuevo porque se llena
enseguida con todo lo que dejan. En la imagen Manuel
Romero escribe un verso.
En la fotografía
del autor, la entrada al Santuario, donde están los
restos de los hermanos Marto Francisco y Jacinta que murieron
en 1920.
En las alas encontramos un Vía
Crucis de pinturas monumentales, con mesa de altar
por si hubiese exposición del Santísimo
mientras se hace o se quiere orar más cerca.
En lestas
dos instantáneas otras escenas de dicho Vía
Crucis. Fotografías del autor.
En la siguiente fotografía
del autor. Podemos apreciar el interior de la Basílica,
siempre llena de peregrinos que hacen cola para ver
las tumbas, para implorar favores, para dar gracias
o para acercarse un poco más a la Virgen.
Las motivaciones son tan variadas como cada persona
quiera o pueda, pero siempre hay una especial conexión
en este lugar y también “respiras comunidad
de creyentes en la fe compartida”.
Al entrar a la Basílica, por la alguna de
las puertas laterales empiezas a recorrer de derecha
a izquierda el Vía Crucis que hay dentro y
tras llegar al altar a la izquierda te encuentras
el lugar habilitado para las tumbas donde encuentras
los dos cuerpos. Antes estaban separados y uno en
cada lado, pero en la actualidad los dos hermanos
están juntos y queda un único lugar,
el de Sor Lucia por ocupar.
En la siguiente instantánea
del autor. se aprecia la riqueza y belleza del contraste
de la piedra blanca de mármol y la fusión
con los remates dorados donde aparece la imagen la
narración bíblica y las columnas de
color rosa y grisáceo. En la urna el Niño
de Praga, una imagen venerada únicamente en
este santuario y que también alcanza “fama” por
los milagros realizados. Por ello, tiene siempre
flores frescas cerca.