Andalucía
vivirá como cada año una Semana Santa totalmente
nueva. Cada rincón mostrará esa cara nueva,
lucida, ansiada y hasta deseada.
Nuestra tierra andaluza dejará que entre sones
de pasión se empiece un recorrido lleno de olor
a incienso y cera quemada, de notas de dolor y sufrimiento,
de miles de pasos y hábitos, cientos de oraciones
sencillas y complejas que nos acercará a un misterio
que tiene como punto fundamental a algún Jesús
Nazareno.
En cada provincia hay un Nazareno que resalta sobre todos
los demás. En Sevilla el “Gran Poder”,
el Jaén el Abuelo, en Córdoba “el terrible” en
Puente Genil, etc., también en pueblos pequeños
encontramos imágenes de alto calado devocional.
El Nazareno de Albuñuelas es una de esta
imagines pasionistas que no dejan indiferente a quien
lo observa. Ya durante el Vía Crucis Magno
del día uno de diciembre del año pasado
los comentarios que se oyeron fueron insuperables,
todo el mundo quedaba prendado de la sagrada imagen.
Los Nazarenos nos llaman poderosamente la atención,
toda persona que los contempla tiene en ellos un
punto de anclaje espiritual y no podemos olvidar
que bíblico. Jesús obedece a Dios para
sufrir la pasión sin omitir un ápice
de dolor o sufrimiento.
El Nazareno está en ese momento de sufrimiento,
camino del Calvario, está detenido pero
tiene bastantes signos pasionistas.
El de Albuñuelas presenta gotas de sangre
por haberle clavado brutalmente la corona de espinas.
En su mejilla aparece el morado de la bofetada
del soldado cuando estaba ante el Sumo Sacerdote.
Porta la cruz en la que será clavado. Es
pues una síntesis bíblica de lo
que ha vivido y de lo que le queda por vivir.
Si estuviese crucificado o por tierra o atravesado
o atado a la columna, etc., mostraría mas
recorrido de ese calvario que va a vivir y al
cual nos quiere vincular.
Nazareno de Albuñuelas
Cuando vemos a Jesús cargado con
la cruz, casi siempre solo, nos recuerda el camino tortuoso,
doliente y solitario que nos toca recorrer cada día.
Sevilla el “Gran Poder”,
el Jaén el Abuelo, en Córdoba “el terrible” en
Puente Genil