LEYENDAS
(15). LEYENDA DEL CRISTO DEL PASADIZO (CUENCA)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 4 de mayo de 2020
Hoy nueva entrega de la
recopilación hecha por Padul Cofrade de algunos
de los muchísimos relatos y leyendas relacionados
con las imágenes de Cristo. Intentamos con esto
ayudar a pasar las horas de confinamiento a las que nos
vemos obligados y de paso conocer distintos aspectos relacionados
con la religiosidad en distintas zonas del mundo.
En esta ocasión
seguimos con la leyenda de Leyenda del Cristo del Pasadizo
(Cuenca).
Leyenda
del Cristo del Pasadizo (Cuenca)
Julián
es un apuesto mozo de familia humilde que se gana
honradamente la vida como jornalero. Sin embargo,
ha cometido un grave error: enamorarse perdidamente
de la bella Inés.
Todas
las tardes, después del trabajo, acude a
la reja para cortejarla. En los ratos de comunicación,
sueñan con su futuro hogar y en la felicidad
que mutuamente se proporcionarán.
Los padres
de Inés no están muy de acuerdo con
los proyectos de los jóvenes, pues aunque
aprecian a Julián por sus virtudes y cualidades,
sin embargo, no pueden permitir que su hija descienda
de posición social y casarse con un pobre
menestral.
Por aquel
entonces, llega a Cuenca un emisario real para hacer
leva de soldados con destino a las guerras de Italia.
Julián no lo piensa dos veces ya que es una
buena ocasión para hacer fortuna, y, pensando
en su futuro hogar, se alista en el ejército.
La noche
antes de partir, Julián e Inés, de
rodillas ante el Cristo del Pasadizo, se juran fidelidad
en la espera. Ninguno de los dos pensará
en casarse con otro mientras no tenga la certeza
de la muerte del amado.
Inés
queda muy triste y apenada. Pasan los meses, y aunque
de tarde en tarde Julián manda noticias,
a la bella Inés la espera se le hace larga
y aburrida; pretendientes no le faltan… Al
fin cede a los requerimientos de Lesmes. La madre
reprende la ligereza de Inés, pero ésta
prefiere aun Lesmes que la "arrulla" y
le hace vivir de ilusión, que a un Julián
lejano y sujeto a los peligros de la guerra.
Han pasado
dos años. Julián vuelve a Cuenca cargado
de laureles y con un porvenir abierto en la carreta
de las armas. Nada ha comunicado a Inés,
para que la grata sorpresa sea mayor.
Cristo
del Pasadizo (Cuenca)
Por la noche,
y a la hora de costumbre, acude a la cita en la reja;
juntos darán gracias al Cristo del Pasadizo por
haberle devuelto sano y salvo y con un porvenir esperanzador.
El asombro de
Julián es enorme al encontrar su puesto de la reja
ocupado por otro pretendiente; dejándose llevar
por la ira, se lanza espada en mano contra el felón
usurpador de su amor. Lesmes se defiende, y usando arteras
mañas lleva a Julián hacia un escalón
de la calle, donde éste, inadvertidamente, pierde
pie y cae. Lesmes aprovecha felonamente la coyuntura y
atraviesa a Julián con su espada.
Aproximación
al Cristo del Pasadizo (Cuenca)
Inés,
desde su reja, ha pedido auxilio desesperadamente. Acude
la ronda en el momento en que Julián se desploma
exánime. Lesmes intenta huir, más se ve
acorralado; sube a las almenas del Camino de la Ronda
para, desde allí, probar el salto al camino inferior,
pero ce con tan mala fortuna que se desnuca.
Inés,
culpable de perjurio y causante de la muerte de dos hombres,
se recluye en el convento de las "Petras" para
hacer penitencia de sus pecados y rogar por la salvación
eterna de aquellos cuya muerte causó.