Antiguamente
la villa de El Tiemblo sufría continuas
inundaciones. Con este motivo se reunió
el consejo de la villa y se decidió nombrar
un patrono de la villa que pudiera librar de
estas penalidades al pueblo. Se introdujeron
los nombres de muchos santos en un cántaro
y la mano inocente de un niño extrajo
la papeleta de San Antonio de Padua. El hecho
es que nadie había puesto el nombre de
este santo en el interior del cántaro.
Dos veces más repitieron la votación
con el mismo resultado. La tradición
cuenta como desde aquel día la población
se vio librada de las inundaciones.
San Antonio de Pádua
Ermita de San Antonio de Pádua (El Tiemblo,
Ávila).
San Antonio
(El Tiemblo, Ávila)
Dice la tradición que antiguamente El Tiemblo
sufría continuas inundaciones en las épocas
de lluvia con grave peligro para la vida de sus moradores,
la de sus ganados y el temor a perder sus casas y
cosechas. Para tratar de encontrar remedio a tal situación,
los vecinos se reunieron con el párroco y después
de varias deliberaciones y propuestas entendieron
que no debían cambiar el lugar de asentamiento
del pueblo, sino tomar a algún santo por abogado
y protector que les librase de tantas penalidades.
Con esta proposición se reunieron con las
autoridades a fin de nombrar patrono de la villa.
Introdujeron en un cántaro los nombres de los
santos que a cada uno se le fue ocurriendo y a continuación
la mano inocente de un niño procedió
a sacar las papeletas o células, que así
se llamaban. La primera en aparecer tenia escrito
"San Antonio de Padua", lo que les sorprendió
y extrañó; porque ninguno, según
confesaron, había introducido el nombre de
ese santo, que era totalmente desconocido para ellos.
Dos veces más repitieron la operación
y el resultado fue idéntico. Entonces comprendieron
que era el santo el que se brindaba a ser patrono
de la villa, por lo que decidieron acogerse bajo su
protección.
La tradición continúa diciendo que
desde aquel día las tierras tembleñas
se vieron a salvo de los riesgos y peligros de las
inundaciones.
Ermita de San Antonio de Pádua (El Tiemblo,
Ávila).
Y en costumbre se ha convertido implorar al Santo
en momentos difíciles o sacarle en procesión
en las épocas de pertinaz sequía.