San
Bonifacio era un misionero inglés, conocido
como el apóstol de Alemania. En el año
722 después de Cristo, el monje se encontró
con un grupo de hombres que estaban a punto
de cortar un gran roble para hacer un sacrificio
a un dios pagano. San Bonifacio les arrebató
el arma y, de un solo hachazo, lo derribó.
Del tronco brotó un bello abeto y ante
el milagro, el santo se arrodilló dándole
gracias a Dios y diciéndole a los leñadores
que este abeto era sagrado porque era el árbol
del niño Jesús, con sus ramas
apuntando hacia el cielo, símbolo de
su promesa de vida eterna. San Bonifacio les
pidió también que llevaran ramas
del abeto a sus casas y que las rodearan de
obsequios, como símbolos de amor y bondad.
Esto, con el tiempo, se ha ido transformando,
hasta dar lugar al tradicional árbol
de navidad.
San Bonifacio derribando el árbol (México).
La leyenda
del árbol de San Bonifacio desvela su origen
cristiano
Santamaría apoyó adornar los salones
de las casas con el tradicional árbol de Navidad
"o disfrutar de los que veamos", al tiempo
que aseguraba que no se trata de un símbolo
pagano "ni sustituye al Niño Jesús",
apuntó. Aprovechó entonces para contar
a todos los presentes la leyenda de este adorno navideño,
que lo acerca un poco más a las creencias cristianas.
"Está demostrado por la historia y por
la tradición", apuntó, explicando
que cuando San Bonifacio, en el siglo VIII volvió
a Germania desde Roma, se encontró con que
sus paisanos se disponían a celebrar el solsticio
de invierno sacrificando a un joven ante el roble
sagrado del dios Odín. La reacción de
este obispo fue la de coger un hacha y cortar el árbol.
"A partir de ahí, llega lo legendario,
porque un rayo del cielo habría ayudado a san
Bonifacio a derribar el roble al primer hachazo",
explicó. Cuando el pueblo le preguntó
cómo debía celebrar la Navidad el obispo
les señaló un abeto "un árbol
perenne, como perenne es el amor de Dios", comparó
Santamaría. "Y lo mandó adornar
con manzanas, símbolo de la tentación
y del pecado, y con velas, símbolo de la luz
que nos trae el niño al nacer", terminó
de explicar al público el cura.
San Bonifacio, la historia
del mártir al que se celebra el 5 de junio
San Bonifacio, llamado también el Apostol
de Alemania, es una figura importante para la religión
Cristiana, debido a su magnífica labor para
evangelizar a los "paganos" de una gran
región de Europa. Se convirtió en mártir
luego de ser asesinado mientras realizaba sus labores
evangelizadores en esas zonas. El santo, obispo y
mártir nació en el año 608 en
el núcleo de una acomodada familia en Crediton,
Devonshire en Inglaterra. Desde muy pequeño,
demostró gran interés en llevar una
vida monástica y, en contra de los deseos de
su padre, comenzó sus estudios teológicos
en los monasterios de Exeter y Nurcell cuando era
aún un pequeño niño. Su dedicación
y devoción lo llevaron a profesar con apenas
30 años cumplidos y de inmediato se le otorgó
la misión de convertir a los paganos del norte
de Europa, en una expedición misionera a Frisia,
una de las 12 provincias que conforman el Reino de
los Países Bajos. Sin embargo, su tarea, para
la cual predicó en anglosajón, se vio
interrumpida por la guerra entre el soberano del reino
de Austrasia y Radbol, rey de los frisones. Por lo
tanto, ante esta interrupción, fue llamado
a Roma en donde el papa GregorioII le encomendó
la misión de organizar la Iglesia en Alemania
y evangelizar a los paganos de esas regiones. Al regresar
a informar sobre sus avances, fue nombrado obispo
y retorna a Alemania con el poder de bautizar a los
herejes. Más adelante, fue nombrado arzobispo
y delegado papal por Gregorio III y con tal distinción
continuó con sus labores evangelizadoras a
lo largo de Baviera, en donde fundó los obispados
de Salzburgo, Ratisbona, Freising y Nassau. En Alemania
también fundó la abadía de Fulda
y el obispado de Büraburg, que llegó a
ser el principal centro de educación para los
monjes en esa región. Sin embargo y a pesar
de todos sus éxitos, San Bonifacio no renunció
nunca a su intención de evangelizar Frisia
y junto a uno de sus discípulos, Gregorio,
regresó al lugar, en donde logró bautizar
a un gran número de habitantes. ¿Por
qué se le festeja el 5 de junio? San Bonifacio
fue asesinado durante una confirmación masiva
el 5 de junio del 754, cuando ya rondaba lo 70 años
junto a alrededor de 50 de sus seguidores. Aunque
algunos creen que perdió la vida en su labor
en Frisia, historiadores refutan esta teoría,
alegando que en realidad murió en Flandes,
en Bélgica. Se dice que fue asesinado por herejes
que se oponían a sus misiones de evangelización
y que intentaron detener la confirmación de
los paganos, asesinando así a sus discípulos
y a él en el camino. Según la historia
de su vida, escrita por Willibal, uno de sus seguidores,
sus últimas palabras fueron "Ánimo
en Cristo" o "Dios salvará nuestras
almas", según diferentes versiones.
Según
relata Henry Van Dyke en su libro El primer
árbol de Navidad, al rededor del 723,
Bonifacio viajó con un pequeño
grupo de personas a la región de Baja
Sajonia, en donde un grupo de paganos a los
que conocía iban a realizar un sacrificio
humano al dios del trueno Thor, en la base de
un roble que consideraban sagrado. El grupo
de religiosos llegó en vísperas
de Navidad, justo a tiempo para detener el sacrificio.
Según se cuenta, interpuso su báculo
entre el niño al que matarían
y el partillo de piedra con el que lo asesinarían,
rompiéndolo y salvando la vida del pequeño.
Bonifacio tomó un hacha y, según
la leyenda, cuando la blandió, una gran
ráfaga de viento tumbó el árbol,
que al caer al suelo se rompió en cuatro
pedazos y después construyó una
abadía con su madera. Para adorar dio
a los paganos un pequeño pino, en el
que pidió no se prepetuaran actos sangrientos
y le dio el nombre de "árbol del
Niño Jesús", pidiendo que
en sus hogares se reunieran alrededor de él
en época de Navidad. Se cree que así
es como dio inicio la nueva tradición
en Alemania, llevando un abeto hasta sus hogares,
decorándolo y colocando regalos a su
al rededor.