Leyendas
(58). Leyenda de San Demetrio (Loarre, Huesca)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 7 de julio de 2020
Leyenda
de San Demetrio (Loarre, Huesca)
En
el libro "Historia de la Diócesis
de Huesca" cuyo autor es don Damián
Peñart y Peñart, se recoge esta
leyenda de la siguiente forma:
Se hace alusión a dos
eclesiásticos que vinieron de Francia
portando los restos de San Demetrio en una acémila.
Al pasar por Jaca, la comunidad cristiana quiso
hacerse con tales reliquias y para resolver
tal dilema, los clérigos optaron por
colocar la urna con los restos del santo en
el lomo de una mula a la que vendaron los ojos.
Dejaron marchar al animal a su voluntad y el
sitio en el que parase el animal, sería
el poseedor de tan preciado tesoro, pensando
que el trayecto iba a ser corto, por lo que
la opción quedaría en alguno de
los dos términos.
Puesto ello en ejecución,
el animal seguido por algunas gentes, comenzó
su andadura incansable y tenaz, cruzando espesuras
y serranías y al cabo de diez leguas,
llegó a un peñasco en las inmediaciones
de Loarre, más concretamente en la que
fue la antigua ciudad romana llamada Calagurris
Julia Nasica donde, no lejos de su castillo,
la mula tropezó en una mata de romero,
y ambos cayeron con tan mala suerte que murieron.
Pero antes de morir, San Demetrio, enfadado,
dijo que ya nunca más nacería
romero en el monte de Loarre. Es en ese preciso
lugar donde se erigió la ermita de Santa
Marina.Y así sucedió. Se puede
encontrar romero en la muga de otros pueblos,
pero no en el monte de Loarre.
Posteriormente las reliquias
fueron transladadas al templo de San Pedro de
Valverde, que formaba parte del Castillo de
Loarre, permaneciendo en la primitiva urna y
en este mismo lugar hasta el 5 de mayo de 1505.
Posteriormente, se transladaron a la iglesia
de San Esteban de la Huerta en la Villa de Loarre,
haciendo perpetuo voto de trasladarle, procesionalmente,
todos los años el día de la Ascensión
del Señor, a la de San Pedro de Valverde,
en la mencionada fortaleza, para celebrar allí
los oficios y venerarle con toda solemnidad.
San Demetrio.
Los vecinos y moradores
de la Villa de Loarre, llevados de su fervorosa devoción
y agradecidos de los constantes favores y consuelos
logrados por la intervención de San Demetrio
a través de los siglos, en sus necesidades
de aguas, enfermedades y otras adversidades, deseando
conservar con mayor seguridad y decencia sus sagradas
reliquias, hicieron construir nueva urna, pentagonal,
de cristales engarzados de plata, de tres palmos de
latitud, palmo y medio de longitud y madia vara de
altura, con adornos de varios laureles y rosas de
plata prendidos con sus tornillos, y a los costados
dos asas, también de plata, y una cerraja con
llave, escudo y concha de tan preciado metal.
Loarre y la maldición de san Demetrio
En la población de
Loarre perteneciente a comarca de "La hoya de
Huesca" (Huesca), nos encontraremos con una singular
leyenda de la mano de san Demetrio, en la que se maldice
este pequeño territorio en perpetuidad por
una desventura acaecida a este santo en las inmediaciones
del conocido castillo de Loarre (castiello de Lobarre
en aragones).
Cuenta la leyenda que se
encontraba san Demetrio en las inmediaciones del castillo
de Loarre montado sobre una mula vieja y ciega, estando
en esta penosa ascensión por las escarpadas
lomas que rodean al castillo, la mula tropieza con
una gran mata de romero, haciendo que ambos caigan
por tierra, con tan mala ventura que a la mula se
le rompe una pata quedando de esta forma inmovilizada
y atrapando bajo ella al pobre santo e hiriéndolo
de muerte. San Demetrio viéndose como la vida
se le escapaba y en un último hilo de voz antes
de morir, maldijo todo el romero existente en los
montes de Loarre, proclamando que ya nunca más
nacería esta planta en todo el territorio perteneciente
a esta población.
A día de hoy se puede
comprobar como en esta zona el romero es inexistente
y en los pueblos vecinos el romero nace por doquier.
Castillop de Loarre (Huesca).
Castillop de Loarre (Huesca).
San Demetrio, mártir
Demetrio, que era probablemente
diácono, sufrió el martirio en Sirmium
(la actual Mitrovic, en Serbia) en fecha desconocida.
Leoncio, prefecto de Iliria, construyó en el
siglo V dos iglesias en honor de san Demetrio: una
en Sirmium y la otra en Tesalónica (actual
Salónica, en Grecia). Alrededor del año
418, las reliquias de san Demetrio fueron depositadas
en la iglesia de Tesalónica, que se convirtió
desde entonces en el gran centro del culto al santo.
Demetrio fue nombrado patrono y protector de la región.
Los peregrinos acudían en grandes multitudes
al santuario, pues de las reliquias fluía un
aceite de propiedades maravillosas; por ello se dieron
al santo los nombres de “Myrobletes” (hacedor
de milagros) y “Megalomartyr” (gran mártir).
La iglesia de Tesalónica fue incendiada en
1917.
Según una leyenda
salonicense, san Demetrio, que era originario de dicha
ciudad, fue arrestado por predicar el Evangelio. Sin
que precediese juicio alguno, fue asesinado en los
baños públicos, donde se le había
encarcelado. El relato más antiguo, que no
es anterior al siglo VI, afirma que fue el propio
emperador Maximiniano quien, en un arrebato de cólera
provocado por el hecho de que su gladiador favorito
había sido vencido por el inexperto Néstor,
dio la orden de asesinar al mártir. Otros relatos
posteriores hacen del diácono de Sirmium (si
es que fue diácono) un procónsul y un
santo guerrero, cuya fama como tal sólo cede
a la de san Jorge. Los cruzados, que consideraban
como patronos a los dos santos, pretendían
haberlos visto luchar a su lado en la batalla de Antioquía
de 1098, junto con san Mercurio. El san Demetrio de
la leyenda popular es una figura puramente imaginaria.
Como sucedió en los casos de san Procopio,
san Menas, san Mercurio y otros, la imaginación
popular transformó gradualmente a un mártir
genuino, de cuya vida se sabía muy poco, en
un guerrero de Cristo y en un mártir militar,
e hizo de él el patrono y modelo de los soldados
y de los caballeros. La fiesta de san Demetrio se
celebra con gran solemnidad en todo el Oriente el
26 de octubre, y su nombre figura en la preparación
de la liturgia eucarística bizantina.
Arqueta
de San Demetrio. Iglesia parroquial de San Esteban (Loarre,
Huesca).
En Acta Sanctorum, oct.,
vol. IV, hay un excelente artículo sobre san
Demetrio, en el que pueden verse los textos griegos
de las dos principales recensiones de las actas. El
P. Delehaye (Legendes grecques des saints militaires,
1909, pp. 103-109 y 259-263) hizo una revisión
crítica de la recensión más antigua.
Dicho autor hace notar que el nombre de San Demetrio
figura en el Breviarium sirio y que se le relaciona
con Sirmium en una época anterior a la construcción
de la gran basílica de Salónica. El
culto de san Demetrio se popularizó en Ravena
antes que en el resto de Italia, debido sin duda a
la influencia de Bizancio; la más antigua capilla
de Ravena estaba dedicada al santo. El nombre de Dernetrio
(Dimitry) es muy popular entre los eslavos.
Hagiografía:
«Vidas de los santos de A. Butler», Herbert
Thurston, SI