Leyendas
(65). Leyenda de San Martín de Tours (Tours, Francia)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 14 de julio de 2020
Leyenda
de San Martín de Tours (Tours, Francia)
Dentro
de la desconocida (por lo novedoso de su orientación
y falta de estudio riguroso) mitología
cristiana, nos encontramos con las celebraciones
en torno a San Martín, el día
11 de noviembre, que viene a coincidir "grosso
modo" con el comienzo del año celta
el 1 de noviembre, conocido como Samhain.
Hay que reconocer que sus festividades,
tanto litúrgicas como populares, son
de lo más pobre, sin embargo, algo nos
queda de su antigüedad pre-cristiana. Se
sabe que en la víspera de San Martín
se comía y bebía muy bien, como
pequeña fiesta carnavalesca antes de
la "Quadragesima Sancti Martini",
dando así comienzo el tiempo de adviento
o cuaresma (1). A las once horas del día
once del mes once se quería simbolizar
la trasgresión de los diez mandamientos
bíblicos. Nos encontramos a las puertas
del invierno y cuando los víveres deben
ser almacenados para la estación que
se avecina, pero aquello que no puede ser conservado
vivo deberá ser sacrificado para la curación
o comido. De ahí que se asocie esta fecha
con de la matanza, de cerdos en nuestras tierras,
de gansos y ocas en la Europa de norte y la
ocasión para celebrar las últimas
grandes comidas de reunión acompañadas
del primer vino de la temporada, porque San
Martín era el que podía convertir
el vino en agua según la leyendas de
la Europa rural. Cercano a nosotros, San Martín
es la festividad más típica del
otoño asturiano, en el concejo de Aller
se baila, bebe y come como en cualquier gran
celebración, siendo manifestación
de asturianía y quizás último
vestigio del pequeño carnaval autóctono
muy común en nuestras tierras antes de
su abolición por el concilio de Auxerre
en el 578. Por estas mismas fechas del calendario
en Roma se celebraban las fiestas de Vinalia,
todavía hoy algunos lo asocian con el
patrón de los bebedores o el "mal
de San Martín" (resaca) en la Francia
rural (2).
San Martín es el evangelizador
oficial de Francia y su patrónimo más
extendido, sin embargo su devoción se
amplió pronto por el resto de Europa,
de forma que tiene dedicadas infinidad de parroquias
y capillas. Precisamente el nombre de capilla
puede venir de la famosa capa que compartió
con el mendigo. Parece que en agradecimiento,
existe el "veranillo de San Martín",
que permite "capear" (nunca mejor
dicho) los rigores del invierno por unos días.
Otras leyendas no le son tan favorables, ya
que este legionario del ejército imperial
romano se negó un buen día a seguir
las órdenes del César en plena
campaña de ofensiva sobre Worms, ya fuera
por miedo o por "convicciones religiosas",
lo cierto es que huyó y se refugió
en una granja de gansos, pero con tal mala suerte
que lo delataron con sus tremendos graznidos
las pobres bestias, de las que esta vez San
Martín no tuvo compasión y sacrificó
como acto de venganza. De ahí la conexión
de San Martín con los gansos, aunque
si hubiera sido celtíbero hubiera ido
a parar a una granja de cerdos...
San Martín y el mendigo, pintado por El
Greco en 1597.
Sin embargo, alguna vinculación
más profunda existe entre el "santo"
y esta especie de aves: el cisne y el ganso eran animales
sagrados para los paganos a los que combatía,
así se acompañaba frecuentemente en la
iconografía del dios de la guerra, Marte (¿Martín
como derivación de Marte?), siendo también
común su asimilación al dios Wotan de
los Teutones. César en "La guerra de las
Galias" afirma que la carne de ganso estaba prohibida
para los bretones debido al carácter sagrado
de estas aves y en su área de influencia se ha
encontrado una escultura dedicado al dios Mars-Lenus
con pies de oca, como deidad protectora frente a las
enfermedades (3).
San Martín Caballero, patrono
de los comerciantes.
San Martín fue en nuestras
tradiciones un conocido dispensador de regalos (más
allá de la capa compartida con el mendigo),
siendo aún una fecha señalada de regalos
en algunas zonas rurales de Bélgica y Flandes.
En Cataluña "se decía a los niños
que, al caer la noche, llegaría San Martín
vestido como un pobre y montado en un asno flaco y
mugriento, y que en la ventana de los niños
buenos pondría castañas y otros frutos
secos, y en la ventana de los niños malos dejaría
cenizas y las boñigas del asno" (4). ¿Podría
tratarse San Martín de una especie de San Nicolás
autóctono? No por casualidad entre la festividad
de San Martín y la Epifanía (6 de enero)
distan 56 días, que son los 40 días
de la cuaresma más los 16 días en sábado
y domingo que no observan el rigor de la penitencia
cuaresmal (5).
En definitiva, nos encontramos ante una de las figuras
claves de la ocultación del paganismo por la
Iglesia Medieval, para imponer el cristianismo a un
pueblo que no leía la Biblia, sin perder la
coherencia del mito pre-cristiano (6).
Notas
(1) Respecto
a la cuaresma de los cristianos, todavía la
Iglesia Ortodoxa comienza sus celebraciones el 11
de noviembre, en cambio los protestantes y católicos
quisieron distanciarse de estas reminiscencias no
bíblicas y establecieron el adviento de 4 semanas
antes de la navidad. Recordemos que entre el 11 de
noviembre y el solsticio de invierno distan cuarenta
días; aunque para la Iglesia Ortodoxa la cuenta
no debe incluir los sábados y domingos, por
lo que nos encontramos con 8 semanas de ciclo cuaresmal
de San Martín, terminando el día de
la Epifanía (6 de enero).
(2) Para la Iglesia
el color de la Cuaresma y el Adviento es el morado,
en mi modesta opinión, no alude tanto a la
penitencia como al vino, ya que San Martín
según la leyenda de la Europa rural aún
viva en países como Eslovenia, Estonia etc.
era el que convertía el agua en vino. Esta
vieja copla inglesa lo expresa igualmente: Saint Martin
afterward Allowed to be wine.
(3) Las Lamias/Lamiñas
e incluso las Xanas también se dice que tienen
pies de tipo palmípedo (como Mars-Lenus de
los britones) y son seres muy relacionados con el
agua y las serpientes. San Martín era un santo
"bebedor de agua" y también protector
de las serpientes...
(4) Costumari
catalá, vol.7, p.711 referido por Joan Amadés.
(5) Para aclararnos,
la Epifanía celebra hasta tres manifestaciones
distintas en una misma fecha: la Natividad ("sol
invictus" de los ortodoxos), la noche de Reyes
Magos (final de la cuaresma "larga" de San
Martín) y no menos importante, el bautismo
de Cristo (bautismo en agua); tampoco por casualidad
el primer milagro de Cristo que es el de las bodas
de Caná (conversión del agua en vino)
se dice que ocurrió el 6 de enero, y es leído
en esa fecha según el calendario litúrgico.
Observamos la similitud con la leyenda de San Martín
aun conservada viva en la Europa rural del Este como
el hacedor del milagro de la conversión del
agua en vino.
(6) La Reforma
puso en evidencia a la "ortodoxia cristiana"
eliminando todo aquello de "dudosa" procedencia,
incluyendo el culto a la Virgen y a los Santos. Para
combatir sus efectos, desde el Concilio de Trento
se promocionó la renovación artística
haciendo hincapié en los puntos de controversia
entre católicos y protestantes. Así
podemos admirar el cuadro "San Martín
y el mendigo" de El Greco ambientado en el Toledo
de la época en vez del tradicional fondo medieval
de la ciudad de Tours.
San Martin de Tours
Martín significa: "el batallador".
(De Mart = batalla).San Martín es un gran santo
queridísimo para los franceses, y muy popular
en todo el mundo. Nació en Hungría en
el año 316, pero sus padres se fueron a vivir
a Italia. Era hijo de un veterano del ejército
y a los 15 años ya vestía el uniforme
militar. Durante más de 15 siglos ha sido recordado
nuestro santo por el hecho que le sucedió siendo
joven y estando de militar en Amiens (Francia). Un
día de invierno muy frío se encontró
por el camino con un pobre hombre que estaba tiritando
de frío y a medio vestir. Martín, como
no llevaba nada más para regalarle, sacó
la espada y dividió en dos partes su manto,
y le dio la mitad al pobre. Esa noche vio en sueños
que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio
manto que él había regalado al pobre
y oyó que le decía: "Martín,
hoy me cubriste con tu manto". A partir de este
tiempo, no piensa ya sino en dejar el mando de sus
dos cohortes y entregarse exclusivamente al servicio
de Dios. Pensaba que un cristiano no puede derramar
la sangre de sus semejantes ni siquiera en la guerra.
Llamado por el emperador Constante en 341 con motivo
de una invasión de los francos para recibir
de su mano una gratificación, la rehúsa,
diciendo: —Hasta ahora he llevado las armas
por ti; permíteme que en adelante las lleve
por Dios. —Eres un cobarde—le dijo el
emperador, irritado—; dejas la milicia porque
tienes miedo al combate de mañana. —Para
que veas que no es ése mi pensamiento—respondió
Martín—, mañana me colocaré
en la primera línea de combate, y sin armas,
en el nombre del Señor, protegido por la señal
de la cruz, no por la coraza ni el casco, romperé
sin temor por medio del enemigo. No pudo cumplir su
palabra, porque a las pocas horas los francos pedían
la paz. Como Martín sentía un gran deseo
de dedicarse a la oración y a la meditación,
San Hilario le cedió unas tierras en sitio
solitario y allá fue con varios amigos, y fundó
el primer convento o monasterio que hubo en Francia.
En esa soledad estuvo diez años dedicado a
orar, a hacer sacrificios y a estudiar las
Basílica de San Martín de Tours.
Sagradas Escrituras. Los habitantes de los alrededores
consiguieron por sus oraciones y bendiciones, muchas
curaciones y varios prodigios. Cuando después
le preguntaban qué profesiones había
ejercido respondía: "fui soldado por obligación
y por deber, y monje por inclinación y para
salvar mi alma". Un día en el año
371 fue invitado a Tours con el pretexto de que lo
necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo
quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la
catedral toda la multitud lo aclamó como obispo
de Tours, y por más que él se declarara
indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar.
En Tours fundó otro convento y pronto tenía
ya 80 mojes. Y los milagros, la predicación,
y la piedad del nuevo obispo hicieron desaparecer
prontamente el paganismo de esa región, y las
conversiones al cristianismo eran de todos los días.
A los primeros que convirtió fue a su madre
y a sus hermanos que eran paganos. Un día un
antiguo compañero de armas lo criticó
diciéndole que era un cobarde por haberse retirado
del ejército. Él le contestó:
"Con la espada podía vencer a los enemigos
materiales. Con la cruz estoy derrotando a los enemigos
espirituales". Recorrió todo el territorio
de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote.
Él fue fundador de las parroquias rurales en
Francia. Dice su biógrafo y discípulo,
que la gente se admiraba al ver a Martín siempre
de buen genio, alegre y amable. Que en su trato empleaba
la más exquisita bondad con todos. Un día
en un banquete San Martín tuvo que ofrecer
una copa de vino, y la pasó primero a un sacerdote
y después sí al emperador, que estaba
allí a su lado. Y explicó el por qué:
"Es que el emperador tiene potestad sobre lo
material, pero al sacerdote Dios le concedió
la potestad sobre lo espiritual". Al emperador
le agradó aquella explicación. En los
27 años que fue obispo se ganó el cariño
de todo su pueblo, y su caridad era inagotable con
los necesitados. Los únicos que no lo querían
eran ciertos tipos que querían vivir en paz
con sus vicios, pero el santo no los dejaba. Supo
por revelación cuándo le iba a llegar
la muerte y comunicó la noticia a sus numerosos
discípulos. Estos se reunieron junto a su lecho
de enfermo y le suplicaban llorando: "¿Te
alejas padre de nosotros, y nos dejas huérfanos
y solos y desamparados?". Las lágrimas
de los suyos parecieron turbarle un momento. Al verlas,
no pudo menos de exclamar, llorando él también:
"Señor, si en algo puedo ser útil
todavía, no rehúso ni rechazo cualquier
trabajo y ocupación que me quieras mandar".
Como yacía de espaldas contra la tierra, sus
discípulos quisieron colocarle más cómodamente,
pero él se negó, diciendo: “Dejadme,
hijos, mirar al Cielo, para que los ojos vean el camino
por donde el alma se va a dirigir hacia su Dios.”
Y continuó, viendo al demonio a su lado: “¿Qué
haces aquí, mala bestia? Nada tuyo encontrarás
en mí; voy a ser recibido en el seno de Abraham.”
Cuentan que estas fueron las últimas palabras
de aquel hombre extraordinario.
Detalle de la Iglesias de San Martín de Tours
de Frómista (Palencia)
Mas tradiciones y leyendas San Martín de Tours
es un personaje al cuál se le han relacionado
toda una multitud de tradiciones y leyendas. -En diferentes
estampas, sale a veces la figura de un ganso. Y es
que... Martín, lleno de humildad, no aceptó
en un primer término ser obispo de Tours. Rehuyendo
del nombramiento se ocultó en un escondrijo,
pero no le sirvió de nada, ya que fue delatado
por el ruido de un ganso. Se ve que el pobre animalito
no paraba de dar graznidos! Allí lo encontraron
unos eclesiásticos y le convencieron. -Se dice
también que en Tours quiso cortar una encina
a la que veneraban los paganos. Ellos le dijeron que
lo podía hacer siempre y cuando el árbol
cayera encima de él. Ni corto ni perezoso,
Martín cortó la encina y, cuando iba
a caer sobre su cuerpo, levantó la mano, hizo
la señal de la cruz y el árbol cayó
rápidamente al lado opuesto. -Y también
se explica que un día, mientras oraba en su
celda, se le apareció un rey con unas prendas
de púrpura, una diadema de oro y piedras preciosas
sobre su cabeza, y unos zapatos de oro. El rostro
era muy puro y atrayente. Aquella figura le preguntó
a San Martín: "Martín, ¿me
reconoces? Después de unos segundos de silencio,
aquella extraña persona le dijo: "Soy
Cristo y quería presentarme ante ti".
Pero... Martín ni caso. "¿Cómo
puedes dudar?", le preguntó aquella figura.
Entonces nuestro santo le respondió: "Cristo
no ha de volver envuelto en púrpura y en oro.
Solamente te haré caso si me muestras tus llagas".
Rápidamente, aquél "fantasma"
desapareció y la celda se llenó de humo
y azufre, elementos que delataron a aquel curioso
visitante. Onomástica y patronazgo Su onomástica
es el 11 de noviembre. Se dice " a cada cerdo
le llega su San Martín", en referencia
a que esta es la época en que se hace la matanza
de cerdos, aunque en los barrios que celebran esta
fiesta, debido a las características ganaderas,
se celebra con la matanza de una cabra, que se come
en familia. También en los días próximos
al 11 de noviembre se dice que es "veranillo
de San Martín", porque son unos días
en los que las condiciones atmosféricas cambian
completamente y empieza a soplar un viento sur denominado
también castañero que como su nombre
indica, la temperatura se eleva y hace caer las castañas
de los árboles. Es el patrón por excelencia
de los soldados y junto a San Francisco de Asís
de los tejedores y fabricantes textiles. Le pueden
pedir amparo los mendigos. El medio manto de San Martín
(el que cortó con la espada para dar al pobre)
fue guardado en una urna y se le construyó
un pequeño santuario para guardar esa reliquia.
Como en latín para decir "medio manto"
se dice "capilla", la gente decía:
"Vamos a orar donde está la capilla".
Y de ahí viene el nombre de capilla, que se
da a los pequeños salones que se hacen para
orar.
Mosaico en la calle San Martín,
sobre la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, recordando
el nombramiento del patrono.