Leyendas
(67). Leyenda de San Miguel de Aralar (Huarte-Araquil, Navarra)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 17 de julio de 2020
Leyenda
de San Miguel de Aralar (Huarte-Araquil,
Navarra)
En
Navarra, antes de existir los reyes de Navarra,
vivía en el valle de Goñi, un
caballero llamado Teodosio, Buruzagia de la
comarca, casado con Doña Constanza de
Butrón. Poco después de casarse,
Teodosio tiene que abandonar su casa para dirigir
la lucha contra los árabes.
Doña Constanza quedó
sola en su palacio con los padres de Teodosio,
a los que tuvo la deferencia de hacerles dormir
en la habitación señorial, pasando
ella a otra más pequeña. Cuando
Teodosio volvía victorioso a su castillo,
se le apareció el diablo disfrazado de
Basajaun ("El Señor de los Bosques")
que le hizo creer que su mujer le engañaba
con un criado.
Teodosio, fuera de sí,
se lanza a galope hacia su casa. Al amanecer
penetra en su palacio y se dirige decidido y
enfurecido a su habitación matrimonial
con la daga desenvainada. Entra en la alcoba
y apuñala retiradamente a las dos personas
que dormían en su lecho convencido de
que eran su esposa y el amante de ésta.
Creyendo haber vengado el agravio,
sale de casa y sobrecogido se encuentra con
su esposa que salía de misa, aterrado,
conoce que quienes dormían en su cama
y a quienes había asesinado eran sus
padres. Atemorizado por el crimen, va a Pamplona
a pedir perdón al Sr. Obispo quien, horrorizado,
le envía a Roma para que sea el propio
Papa quien le absuelva de su pecado.
Teodosio, arrepentido, va de
peregrino a Roma y el Papa le absuelve, poniéndole
como penitencia el arrastrar unas gruesas cadenas
hasta que por un milagro divino se le desprendieran.
Esto sería el signo inequívoco
del perdón divino.
Teodosio, estando retirado
en Aralar, un día vio salir de una sima
un gran dragón que amenazaba devorarlo,
Teodosio, indefenso, cayo de rodillas e imploró
la protección de S. Miguel, exclamando
¡San Miguel me valga!
En aquel momento, entre gran
estrépito, apareció el Arcángel,
quien mostrando la cruz sobre su cabeza venció
y mató al dragón al grito de ¡Quién
como Dios! ¡Nor Jaungoikoa bezala!
En aquel mismo momento, Teodosio
quedó libre de las cadenas, perdonado
por Dios, que le dio una reliquia.
San Miguel In Excelsis.
Ya libre volvió a su casa de
Goñi donde le esperaba su esposa. Y ambos, agradecidos
a Dios, erigieron un santuario al Arcángel en lo
alto de Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis.
Santuario de San Miguel de Aralar.
La leyenda
de San Miguel de Aralar contada desde Yucatán
Teníamos guardada con cariño
este artículo publicado por Carlos Evia Cervantes
en el diario mexicano Novedades Yucatán. En él
se nos cuenta la historia/leyenda de Teodosio de Goñi
fundador del santuario de San Miguel de Aralar.
La razón de ese cariño
es que en él se juntan varios elementos que nos
resultan especialmente queridos.
En primer lugar porque se centra en el
santuario de San Miguel de Aralar uno de los centros espirituales
más importantes y de mayor significado para los
vascos desde hace más de 1.000 años. Al
Arcángel San Miguel es, para el Nacionalismo vasco,
patrón de Euskadi desde 1909. Su festividad, la
de San Miguel In Excelsis, es para muchos vascos motivo
de celebración y alegría. Aunque también
hay que recordar que en 1936, en el día de su festividad,
se consumó el asesinato por parte de los insurrectos
requetés del alcalde de Estella, Fortunato de Aguirre,
odiado por los insurgentes por vasco, por demócrata,
y por haberse enfrentado al caciquismo que durante muchos
años, incluso en tiempos recientes, ha dominado
Navarra y la ha gobernado como un feudo privado.
Escudo de San Miguel de Aralar.
Nosotros, que visitamos este lugar con
cierta asiduidad, cada vez que estamos allí sentimos
el peso de la historia. No es difícil notar la
fuera que transmite ese lugar, ya sea mientras se visita
el Santuario, hollado por tantos visitantes a lo largo
de más de su más de 10 siglos de existencia;
o cuando desde el borde del precipicio se observa. Muy
abajo, la Sakana, el gran eje natural que une dos de las
capitales de nuestra tierra, Vitoria e Iruña.
Interior del Santuario de San Miguel
de Aralar.
Además esta historia está
contada desde la Península del Yucatán,
un lugar en el que, como contábamos hace un tiempo,
los lauburus vascos tienen una reseñable presencia.
Ejemplo de la herencia vasca repartida por toda América.