LEYENDAS
(33). LEYENDA DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES (CARTAGO,
COSTA RICA)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 22 de mayo de 2020
Continuamos con la nueva recopilación
hecha por Padul Cofrade de algunos de los muchísimos
relatos y leyendas relacionados con la Virgen María.
Intentamos con esto dar a conocer distintos aspectos
relacionados con la religiosidad en distintas zonas
del mundo.
En esta ocasión seguimos
con la leyenda de la Virgen de los Ángeles (Cartago,
Costa Rica).
Hace
365 años, durante la colonia una chica
llamada Juana Pereira vivía en un barrio
en las afueras de la ciudad. El sitio se conocía
como la Puebla de los Pardos ya que quienes
vivían ahí eran indígenas
mestizos: gente humilde y trabajadora, con rostros
morenos.
La vida de Juana era como la
de cualquier otro chico de su edad; ayudaba
en la casa con los quehaceres, a veces acudía
a recibir algún tipo de instrucción,
escritura y lectura, en la parroquia, y en sus
ratos libres jugaba con sus hermanos y vecinos
del barrio.
Expertos historiadores coinciden
en una leyenda que se ha transmitido de generación
en generación:
"Dice una piadosa
tradición que una leñadora fue
una mañana a recoger leña muerta
a la selva, y que encontró con gran regocijo
de su alma, sobre una piedra muy grande, una
imagencita, como de una cuarta de alto, tallada
en piedra de mina, representando a la Santísima
Virgen con el Niño en los brazos. Tiene,
tallados en la misma, el hábito, bucles
que le bajan hasta los hombros y el manto.
El Niño, que descansa
sobre el brazo izquierdo de la Señora,
acaricia a la Madre del Amor Hermoso, con una
de sus manitas. La mujer, loca de contento,
llevó la imagen a su casa guardándola
dentro de una canastilla.
Al
día siguiente volvió a recoger
leña, y sobre la misma piedra encontró
la imagen de la víspera. Creyendo que
era otra, volvía muy contenta a su casa
pensando que ya tenía dos imágenes,
cuando, al abrir la canastilla, con estupefacción
de su parte, notó que no había
nada; es decir, que ya no estaba la que había
traído el día anterior. De esta
vez aseguró bien la imagen bajo llave,
pensando que alguien se la había llevado
al bosque.
Al
tercer día, volviendo a la selva y sobre
la misma piedra, tornó a encontrar por
tercera vez la imagen de la "Negrita".
En esta ocasión, turbada y temerosa,
corrió con la imagencita a su casa, abrió
el cofre y constató que la "otra"
ya no estaba. Corrió a casa del cura...
le contó lo que pasaba y le entregó
la imagen.
El señor cura, sin
darle mucha importancia al asunto, la guardó,
pero al día siguiente quiso examinarla
con detención y la imagen había
desaparecido. Se fue al bosque tata-cura y en
la piedra la encontró. Se la trajo y
esta vez la guardó en el propio Sagrario
con Jesús Sacramentado.
Pasó un día.
Celebraba el Padre Cura o el Coadjutor la Santa
Misa. Cuando fue a dar la comunión notó
lo de siempre: la imagencita había huido!
Después de la misa, acompañado
de otro sacerdote, fue a la piedra: allí
estaba la Señora porque Ella quería
que allí mismo se levantaran su Iglesia:
"Negrita" quería hacerle ver
a los blancos que "blancos" o "negros"
todos son hijos de un mismo Dios... el día
de la "aparición" no ha ofrecido
jamás duda alguna: éste fue el
Dos de Agosto, como se ve en algunos documentos
de la época, y como lo indica el título
que se le diera a la imagen: "Nuestra Señora
de los Ángeles" cuya fiesta se celebra
desde tiempo inmemorial en tal día dos
de Agosto".
Virgen de los Ángeles
(Cartago, Costa Rica).
Basílica de Nuestra Señora
de los Ángeles, en Cartago, Costa Rica