LEYENDAS
(35). LEYENDA DE LA VIRGEN DE CAACUPÉ (PARAGUAY)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 24 de mayo de 2020
Continuamos con la nueva recopilación
hecha por Padul Cofrade de algunos de los muchísimos
relatos y leyendas relacionados con la Virgen María.
Intentamos con esto dar a conocer distintos aspectos
relacionados con la religiosidad en distintas zonas
del mundo.
En esta ocasión seguimos
con la leyenda de la Virgen de Caacupé (Paraguay).
Cuenta
la leyenda que, hacia 1600, un indígena
cristiano había ido hacia las selvas
del Valle Ytit, para la búsqueda de alimentos
y madera.
Era un indio guaraní converso, de la
misión franciscana de Tobati, y se encontraba
en grave peligro de muerte. Estaba rodeado por
los fieros mbayaes, tribu que no había
querido aceptar la fe cristiana y se había
declarado acérrima enemiga de los conversos.
Entonces, cuenta la leyenda que la imagen de
la Virgen María se le apareció
y dijo: Taaguy lcupépe", que traducido
significa "detrás de la yerba"
(en alusión a la yerba mate, infusión
a la que se atribuyen muchos poderes medicinales,
y que es uno de los principales renglones exportables
del país).
Y allí detrás encontró
un grueso tronco que le ofrecía refugio
seguro y se escondió, agazapado y tembloroso,
pidiéndole amparo a su Madre del Cielo,
la Inmaculada, que los buenos frailes le han
enseñado a amar profundamente. En ese
momento promete que tallará, con la madera
del árbol protector, una bonita imagen
de la Virgen si es que llega a salir con vida
del trance. Sus perseguidores siguieron de largo
sin advertir su presencia, y el indio escultor,
agradecido, en cuanto pudo regresar, tomó
del árbol la madera que necesitaba para
su trabajo.
Se dice que brota agua en el sitio preciso de
la aparición, y esta agua ayudó
a los guaraníes a sobrevivir el calor
del mes de diciembre.
Del
tronco surgieron dos tallas; la mayor fue destinada
a la iglesia de Toba' y la más pequeña
la conservó el indio en su poder, para
su devoción personal.
La Virgen
de los Milagros, de Caacupé o Virgencita
Azul.
Catedral de Nuestra Señora de los Milagros
(Caacupé, Paraguay).
Del tronco surgieron dos tallas; la mayor
fue destinada a la iglesia de Toba' y la más pequeña
la conservó el indio en su poder, para su devoción
personal.
Recreraciín del indio guaraní
tallando una de las dos imágenes.
Años después, la gran inundación
que creó el lago de Ypacarat amenazaba con destruir
los poblados cercanos y los frailes franciscanos, acompañados
de los habitantes de la región, organizaron rogativas
pidiendo la tranquilidad de las aguas.
Se cuenta que el padre Luis de Bolaños bendijo
las aguas y estas retrocedieron hasta sus límites
actuales; junto con la calma, apareció flotando
un maletín sellado que encerraba en su interior
una imagen de la Virgen, que fue reconocida por los presentes
como la misma que el indio tallara años atrás.
Desde entonces el pueblo la llamó la "Virgen
de los Milagros.
La Virgen de los Milagros, de Caacupé
o Virgencita Azul.
Luego, el indio escultor se instala
con su familia en esos valles, con la seguridad de que
la Virgen María siempre lo cuidará. Construyó
un humilde oratorio, y este a su vez, como un imán
atraía pobladores en su entorno, constituyéndose
un poblado conocido primeramente como los ytuenses. Por
el 1765, la zona ya era conocida como el valle de Caacupé,
costumbre que Iba arraigándose. El 4 de abril de
1770, se toma como referencia la fundación de Caacupé.
Catedral de Nuestra Señora
de los Milagros (Caacupé, Paraguay).