LEYENDAS
(37). LEYENDA DE LA VIRGEN CANDELARIA (PUNO, PERÚ)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 26 de mayo de 2020
Continuamos con la nueva recopilación
hecha por Padul Cofrade de algunos de los muchísimos
relatos y leyendas relacionados con la Virgen María.
Intentamos con esto dar a conocer distintos aspectos
relacionados con la religiosidad en distintas zonas
del mundo.
En esta ocasión seguimos
con la leyenda de la Virgen Candelaria (Puno, Perú).
Doce
mil hombres se apostaron en las alturas de la
villa de Puno, cercándola. Los sitiadores
eran liderados por el caudillo aymara Túpac
Catari, junto con el rebelde Pedro Vilcapaza,
de Azángaro, continuador de la lucha
de Túpac Amaru. Eran los primeros meses
de 1781 y los rebeldes intentaron tomar la ciudad
para reducir este bastión del virreinato
y preparar su ataque a la actual ciudad del
La Paz. El reducido número de pobladores
observaba cómo bajaban las huestes desde
Huajsapata, Yurac Orqo y Orcapata, en las afueras
de la villa. En las pequeñas escaramuzas
los habitantes de la villa puneña se
defendieron con el mayor coraje posible, pero
su inferioridad numérica no les daba
mayor chance en la contienda. En su desesperada
situación, los pobladores optaron por
sacar a la virgen, cuya imagen se veneraba en
la iglesia de San Juan, en procesión.
Tras implorarle su protección durante
toda la noche, los pobladores observaron, atónitos,
cómo los enardecidos sitiadores abandonaron
el lugar.
Procesión
de la Virgen Candelaria (Puno, Perú).
Tradición
La anterior, es la historia que más
ha trascendido en la tradición popular. La misma
que fue rescatada por el estudioso Enrique Cuentas Ormachea
en su libro "Presencia de Puno en la Cultura Popular".
Sin embargo, hay otras historias. Las tradiciones dicen,
también, que en aquella misma ocasión, durante
la procesión matinal, las andas de la virgen empezaron
a brillar con gran intensidad, encegueciendo a los sitiadores
y al mismo tiempo éstos fueron víctima de
un terrible espejismo: un enorme ejército a caballo
llenaba la ciudad y sus armas brillaban también
intensamente. Ante esa visión, las tropas de Tupác
Catari se replegaron. Al mismo tiempo se dice que en las
afueras de la mina de Laikakota, en 1675, el español
don José Salcedo mandó derribar las casas
de los mineros que se encontraban en las bocaminas. Pero
dicha orden no se pudo cumplir: los mineros vieron a una
virgen envuelta en llamas ("candela" en el giro
popular) luchando contra el demonio. La visión
de este milagro desanimó a Salcedo y desde entonces
nació el culto y el nombre de la milagrosa virgen.
Como apreciamos, durante toda la festividad Puno se rinde
y se transforma, la ciudad sitiada por imágenes
divinas que finalmente son una representación de
nuestro propio cielo e infierno, una inolvidable expresión
de color y fe, un motivo más para sentirnos orgullosos
de las maravillas que nos reserva nuestra cultura popular.
Procesión de la Virgen Candelaria
(Puno, Perú).
Historia de
la Virgen de la Candelaria
En el mes de febrero de cada año
se realiza la Festividad de la Virgen de la Candelaria
de Puno declarada desde el 24 de noviembre de 2014 Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco de carácter
religioso, festivo y cultural.
Esta festividad que tiene en sus raíces
tradiciones católicas y elementos simbólicos
de la cosmovisión andina incluye: los ensayos,
las novenas, las albas de fiesta, la entrada de cirios,
la entrada de kapos, las vísperas, el 2 de febrero,
la octava, la veneración y cacharpari.
Origen
La Virgen de la Candelaria o Nuestra
Señora de Candelaria es una advocación mariana
de la religión católica que tiene su origen
en Tenerife (España). Su etimología deriva
de candelero o candela que se refiere a la luz: la luz
santa que guía hacia el buen camino y la redención
y aviva la fe en Dios.
Es una de las fiestas más antiguas
entre todas las que tiene dedicadas la Virgen durante
el año: la introdujo el papa Gelasio I en 496.
Se realiza 40 días después de Navidad para
conmemorar la presentación de Jesús en el
templo de Jerusalén. En la tradición judía,
las madres tenían que esperar cuarenta días
después del parto para purificarse y, hasta entonces,
no podían presentar al bebé ante las autoridades
religiosas. Este ritual se materializaba con una oferta
y bendición de velas de cera.
Desfille de ecomparsas en la fectividad
de la Virgen Candelaria (Puno, Perú).
Significado
“Se cuenta que vino de España.
Los monjes no sabían cómo introducir la
religión católica en la región. Por
ello pusieron alrededor de la Virgen la corona del resplandor
y en la parte baja, pusieron la Luna, porque en ese entonces
los incas quechuas y aimaras veneraban al sol y a la luna.
Entonces para los españoles se veneraba a la Virgen
y para los nativos a su Inti y a su Quilla”. Explica
Delbert Terán Dianderas presidente de la Asociación
Cultural Brisas del Titicaca.
Desfille de comparsas en la fectividad
de la Virgen Candelaria (Puno, Perú).