LEYENDAS
(39). LEYENDA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE (AYQUINA, CHILE)
Padul Cofrade
Investigación. Leyendas
Padul, 28 de mayo de 2020
Continuamos con la nueva recopilación
hecha por Padul Cofrade de algunos de los muchísimos
relatos y leyendas relacionados con la Virgen María.
Intentamos con esto dar a conocer distintos aspectos
relacionados con la religiosidad en distintas zonas
del mundo.
En esta ocasión seguimos
con la leyenda de la Virgen de Guadalupe (Ayquina, Chile).
Tranquilamente
transcurrían los días en la vega
de Turi. Las pastoras hilaban la lana mientras
sus pequeños hijos jugaban corriendo
por los montes. Entre ellos, un pastorcito que
diariamente salía a pastar sus ovejas.
Era muy inquieto y cada día llegaba a
su hogar alegrando la vida de su familia especialmente
de su padre Casimiro Paniri. Un día,
el pastorcito encontró entre las chilcas
y cortaderas una imagen de la virgen de Guadalupe
(de Guadalupe porque su vestimenta era color
café). El niño llegó a
su hogar, en el caserío del Paniri, con
la imagen en brazos… y la entregó
a su padre. Casimiro con mucho amor y respeto
ubicó la imagen en un lugar de honor…
un pequeño oratorio existente en el poblado.
Al día siguiente, la imagen no estaba.
Con angustia los pobladores buscaron en todas
las casas del pueblo, pero no la encontraron.
Agotando todas las posibilidades de encontrarla,
se dirigieron hacia el lugar donde la había
encontrado el pastorcito y... ¡MILAGRO!...
Allí estaba la imagen. Todos respiraron
con alivio y con sumo cuidado volvieron a llevar
la imagen al pueblo. Al amanecer del día
siguiente... Nuevamente la imagen no estaba.
Pero algo muy extraño había sucedido.
Las pequeñas y nítidas huellas
de sus zapatos estaban marcadas en el árido
suelo. Con profundo recogimiento los vecinos
siguieron los pasos llegando al mismo lugar
donde el pastorcito la había encontrado.
Esta vez decidieron desmalezar el sitio, desecarlo
y emparejar el terreno. Luego se construyó
ahí una Iglesia ante el manifiesto deseo
de la virgen de residir definitivamente allí.
Los pobladores de PANIRI decidieron dejar el
lugar cerca del volcán (Paniri) y se
fueron a vivir cerca de la virgen de Guadalupe.
Así nació este nuevo poblado llamado
Ayquina.
Hoy la imagen de la Virgen
de Guadalupe de Ayquina es venerada cada año
y aunque dicha imagen es relativamente nueva
los lugareños aseguran que dentro del
corazón de la Virgen, se encuentra la
imagen primitiva encontrada por el pastorcito.
Virgen
de Guadalupe (Ayquina, Chile)
La leyenda
de la Virgen de Ayquina
Algunas aisladas viviendas cobijaban
a una decena de pobladores en la extensa vega de Turi.
El cuidado de los frágiles trigales y del noble
maíz ocupaban las quietas horas. Entre la añavía
y la champa, se movían ovejas y llamas, las que
eran llevadas hasta la cercana quebrada del río
Salado.
Un grupo de casas con algunos huertecillos
constituían el principal grupo poblacional del
sector.
En la segunda mitad del siglo pasado,
un día cualquiera, mientas las pastoras hilaban
la lana en las domésticas pushkas, sentadas al
abrigo de los muros rocosos de la quebrada, sus pequeños
hijos -compañeros de caminata y de soledades- jugaban,
corriendo y saltando montes, hierbas y acequias. En un
pequeño brazo lateral de la quebrada, precisamente
donde está ubicada la Iglesia de Ayquina, los niños
alegraban el paisaje con sus gritos y sus risas.
En dicho lugar había una vertiente
rodeada de abundante vegetación herbácea
autóctona, entre esas chilcas y cortaderas, un
hijo de Casimiro Paniri, encontró una imagen de
la Virgen de Guadalupe. El niño llevó su
hallazgo a su padre, el que residía en el caserío
del Paniri, ubicado a los pies del cerro de dicho nombre,
unos kilómetros hacia el norte.
El hombre ubicó la imagen en un
lugar de honor, en un pequeño oratorio existente
en el poblado. Mas, al despertar al día siguiente,
pudieron comprobar que la imagen había desaparecido.
Toda la familia colaboró en su
búsqueda, por todos los rincones de la vivienda,
y luego en todas las casas del Paniri. Los vecinos desesperaban
ante el significado que tendría para el poblado
y sus moradores la inesperada pérdida de la Virgen.
Tímidamente, alguien sugirió que ella podría
haber regresado a la vertiente donde fue encontrada por
primera vez.
Todos dirigieron sus pasos hacia la quebrada.
Una vez allí, Casimiro preguntó a su hijo
por el sitio donde había encontrado a la Virgen,
a lo que el niño respondió:
"Aquí Ná".
Efectivamente, en medio de los montes
se encontraba la imagen.
Con ella cuidadosamente protegida, regresaron
a Paniri. Al día siguiente, por segunda vez, la
Virgen había desaparecido. Ahora lo extraordinario
fue que ella dejó sus pequeños pasos nítidamente
marcados sobre el árido suelo.
Con profundo recogimiento los vecinos
salieron hacia la vertiente ahora denominada “Ayquina”.
Procedieron a desmalezar el sitio, desecarlo y emparejar
el terreno, para luego construir una Iglesia, ante el
manifiesto deseo de la Virgen de residir definitivamente
en la quebrada.
Los pobladores de Paniri emigraron del
abrigo incierto del volcán al calor de Nuestra
Señora de Guadalupe, dando vida a un poblado andino.
Muchos vecinos han insistido en señalar
que, dentro del corazón de la imagen que actualmente
se venera en el Santuario de Ayquina, se encuentra la
imagen primitiva.
Festividad de la Virgen de Guadalupe.
Iglesia Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
de Ayquina.
Virgen de
Guadalupe de Ayquina
En la precordillera de la región
de Antofagasta corre el río Salado, principal afluente
del río Loa. Allí Ayquina se esconde en
la quebrada a 3.000 metros de altitud. Impresionan sus
terrazas para el cultivo que son regadas con las aguas
dulces de una vertiente. Sus territorios para el pastoreo
de camélidos y ovinos son extensos e incluyen la
vegetación de vegas, riberas de ríos, los
tolares de planicies y quebradas y las plantas del cerro.
Ayquina está situada a 75 Km.
al Noroeste de Calama. Su población es de aproximadamente
300 habitantes. Es uno de los pueblos altiplanicos más
bellos; construido íntegramente en piedra, con
techumbre de barro y paja, sin aleros. Las casas agrupadas
unas a otras confunden la calle con la techumbre de la
casa ubicada más abajo. Estas se ordenan en torno
a la Iglesia, emplazada en una hondonada que termina en
el mirador sobre el acantilado del río Salado.
El pueblo está casi deshabitado,
con sus puertas cerradas con candado; su población
vuelve para la gran fiesta de la Virgen de Guadalupe,
la cual es celebrada los días 7 y 8 de septiembre,
festividad que llega a reunir a más de 12.000 personas,
siendo la segunda fiesta religiosa de mayor magnitud después
de la Virgen de La Tirana.
Con ocasión de la fiesta de la
Virgen de Guadalupe, considerada muy milagrosa por sus
devotos, se dan cita en este lugar peregrinos que llegan
de los más alejados rincones como también
de países limítrofes. Asisten hermandades
de danzantes, luciendo curiosos atavíos de vivos
colores con los que bailan en honor a la Virgen reviviendo
antiguos ritos paganos. Las fiestas tienen una duración
de cinco días y se inician tres días antes
de la fecha indicada.
Festividad de la Virgen de Guadalupe
de Ayquina.
Virgen de
Guadalupe de Ayquina
Las leyendas son narraciones de hechos
imaginarios consideradas como reales y son el fiel reflejo
de la cultura de un pueblo.
Hay temas recurrentes dentro de las
leyendas, es decir, se repiten en relatos de diferente
y distantes culturas, como es el caso del diablo, ciudades
perdidas, tesoros o personajes, sufriendo algunas variaciones
en su contenido.
A veces se da una mezcla de hechos reales
y de ficción, aunque se parte de situaciones históricamente
verídicas. La palabra procede del latín
medieval legenda y significa 'lo que ha de ser leído'.
En efecto, durante algunos oficios religiosos de la primitiva
Iglesia cristiana, se leían en voz alta legendas
o vidas de santos. Una colección famosa en la edad
media fue La leyenda dorada (Legendi di sancti vulgari
storiado), escrita en latín en 1264 por el dominico
genovés Santiago de la Vorágine, tratado
hagiográfico en el que la exaltación de
las figuras de los santos roza en ocasiones lo fantástico.
Tal vez ese rasgo haya estimulado en el siglo XIX al escritor
portugués Eça de Queiroz a elaborar su Diccionario
de milagros, que dejó inconcluso (abarca las letras
A y B) y se publicó, póstumamente, en 1900.
La leyenda se sitúa en un lugar
y en una época específica y parte de hechos
que fueron reales aunque están idealizados. Se
diferencian de la historia propiamente dicha en el énfasis
de la narración y en su finalidad, que siempre
es de tipo didáctico o nacionalista, para dar confianza
a un pueblo en sí mismo en momentos en que se necesita
ardor y seguridad para enfrentarse a una situación
nueva y peligrosa. Por otro lado, a diferencia del mito,
que se ocupa de los dioses, la leyenda retrata en general
a un héroe humano, como ocurre en el caso de la
Iliada y la Odisea, la Eneida o el Cantar de mío
Cid. Son legendarias también las historias que
nutrieron muchas novelas de caballería durante
la edad media y que han servido de fuente a escritores
de épocas posteriores: así ocurre con la
leyenda del rey Arturo, con Carlomagno y con el alquimista
alemán Fausto.
Chile es un país rico en leyendas.
Tierra mágica llena de encantos que muestra las
tradiciones de nuestra gente. La mayoría de los
pueblos poseen una y los habitantes las han transmitido
de generación en generación de manera oral.
Desierto, pampa, ríos, mar. Contrastes
de nuestra loca geografía que distinguen a la zona
norte de nuestro Chile. La imaginación de los hombres
en estás duras y solitarias tierras han dado origen
a leyendas sobrenaturales, reflejo de una cultura que
se resiste a desaparecer.
Mitos y leyendas, constituyen un relato
que revela las más arraigadas costumbres y creencias
criollas y son un reflejo de la identidad de un país.
"La leyenda responde a los estímulos
de la naturaleza circundante, tiene implicaciones diferentes
conforme al medio. Puede tener una razón, una verdad
y decir relación con la geografía, con un
hecho histórico, con un acontecimiento que repetido
y exagerado integra el acervo folcklórico, conformando
el leyendario. En la leyenda se está a corta o
mucha distancia de las fuentes, pero la imaginación
popular teje la aventura y la desventura. La imaginación
popular teje la aventura y la desventura. La imaginación
avasalla y colorea la realidad”
Autor: Oreste Plath
Indumentaria típica de la festividad
de la Virgen de Guadalupe de Ayquina.
Vocabulario
Añavia:
Planta, monte cordillerano. Champa:
Vegetación pequeña que crece en los bordes
de ríos, acequias, etc. Chilcas:
Montes, vegetales herbáceos. Pushka:
Huso manual, sirve para hilar.