CUATRO PROFECÍAS
MARIANAS (VIRGEN LA SALETTE, FÁTIMA, HEEDE Y UMBE)
Francisco Molina
Muñoz
Padul, 5 de enero de 2015
La Profecía de la Virgen en La
Salette
El 19 de
septiembre de 1846, apareció la Santísima
Virgen, sobre la montaña de La Salette, (Francia),
a dos jóvenes pastorcitos, Melania Calvat y
Maximino Giraud. En un primer momento les confió un
mensaje público, después a Maximino en
solitario, un secreto. Posteriormente comunicó a
Melania un mensaje que podría publicar en
1858.
Éste
es el mensaje íntegro comunicado por la Virgen
de La Salette:
Al primer
golpe de su espada fulminante las montañas
y la naturaleza temblarán de espanto, porque
los desórdenes y los crímenes de los
hombres traspasan la bóveda de los Cielos. París
será incendiado y Marsella será engullida.
Varias grandes ciudades serán sacudidas y engullidas
por terremotos. Se creerá que todo está perdido.
No se verán más que homicidios, no se
verá más que ruido de armas y blasfemias.
Los justos sufrirán mucho, sus oraciones, su
penitencia y sus lágrimas subirán hasta
el Cielo y todo el Pueblo de Dios pedirá perdón
y misericordia e implorarán su ayuda e intercesión.
Entonces Jesucristo, por un acto de justicia y de su
gran misericordia con los justos, mandará a
sus ángeles que mueran todos sus enemigos. De
golpe los perseguidores de la Iglesia de Cristo y todos
los hombres dados al pecado perecerán y la tierra
quedará como un desierto. Entonces será la
paz, la reconciliación de Dios con los hombres,
Jesucristo será servido, adorado y glorificado;
la caridad florecerá en todas partes.
Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la
Santa Iglesia que será fuerte, humilde, piadosa,
pobre, celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo.
El Evangelio será predicado por todas partes
y los hombres harán grandes progresos en la
fe, porque habrá unidad entre los obreros de
Jesucristo, y los hombres vivirán en el
temor de Dios.
Esta paz entre los hombres no será larga: 25
años de abundantes cosechas harán
olvidar que los pecados de los hombres son la causa
de todos
los males que suceden en la Tierra.
Un precursor del anticristo, con sus tropas de
muchas naciones, combatirá contra el verdadero Cristo,
el único salvador del mundo; derramará mucha
sangre y pretenderá aniquilar el culto a
Dios para ser tenido como un Dios.
La Tierra será castigada con todo género
de plagas, habrá guerras, hasta la última
que harán los diez reyes del anticristo, los
cuales tendrán todos un mismo plan, y serán
los únicos que gobernarán al mundo. Antes
que eso suceda, habrá una especie de falsa paz
en el mundo, no se pensará más que en
divertirse, los malvados se entregarán a toda
clase de pecados, pero los hijos de la Santa Iglesia,
los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores, creerán
en el amor de Dios y en las virtudes que me son más
queridas. Dichosas las almas humildes guiadas por el
Espíritu Santo!. Yo combatiré con
ellas hasta que lleguen a la plenitud de la edad.
La naturaleza clama venganza contra los hombres
y tiembla de espanto en espera de lo que debe suceder
en la Tierra
encharcada de crímenes, temblad, Tierra y vosotros
que hacéis profesión de servir a Jesucristo
y que interiormente adoráis a vosotros mismos,
temblad; pues Dios va a entregarlos a sus enemigos,
porque los lugares santos están en la corrupción;
muchos conventos no son ya casa de Dios, sino pastizales
de asmodeo.
Durante este tiempo nacerá el Anticristo, de
una religiosa hebrea, de una falsa Virgen, que tendrá comunicación
con la antigua serpiente, maestra de impureza. Su padre
será Obispo. Al nacer vomitará blasfemias,
tendrá dientes, en una palabra, será el
demonio encarnado, lanzará gritos espantosos,
hará prodigios y no se alimentará sino
de impurezas.
Tendrá hermanos, que aunque no sean como él,
demonios encarnados, serán hijos del mal. A
la edad de 12 años llamará la atención
por las ruidosas victorias que alcanzarán. Bien
pronto estará cada uno en la cabeza de los ejércitos,
asistidos por las legiones del infierno.
Se cambiarán las estaciones. La Tierra no producirá más
que malos frutos. Los astros perderán sus movimientos
regulares. La luna no reflejará más que
una débil luz rojiza. El agua y el fuego causarán
en el globo terrestre movimientos convulsivos y horribles
terremotos que tragarán montañas,
ciudades, etc.
Roma perderá la Fe y se convertirá en
la sede del anticristo.
Los demonios del aire, con el anticristo, harán
grandes prodigios en la Tierra y en los aires, y los
hombres se pervertirán más y más.
Dios cuidará de sus fieles servidores y de los
hombres de buena voluntad. El Evangelio será predicado
por todas partes.
Todos los pueblos
y todas las naciones conocerán
la verdad.
Yo dirijo una apremiante llamada a la Tierra,
llamo a los verdaderos discípulos del Dios que Vive
y Reina en los Cielos, llamo a los verdaderos imitadores
de Cristo hecho hombre, el único y verdadero
salvador de los hombres, llamo a mis hijos, a mis verdaderos
devotos, a los que se me han consagrado a fin de que
los conduzca a mi Divino Hijo, los que llevo, por decirlo
así, en mis brazos, los que han vivido de mi
espíritu; finalmente, llamo a los apóstoles
de los últimos tiempos, los fieles discípulos
de Jesucristo que han vivido en el menosprecio del
mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la
humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración
y en la mortificación, en la castidad y en la
unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos
del mundo. Ya es hora que salgan y vengan a iluminar
la Tierra. Id y mostraos como mis hijos queridos, yo
estoy con vosotros y en vosotros, con tal que vuestra
fe sea luz que os ilumine en esos días de infortunio.
Que vuestro celo os haga hambrientos de la gloria de
Dios y de la honra de Jesucristo. Pelead, hijos de
la luz, vosotros, pequeño número que
ahí veis; pues he aquí el tiempo
de los tiempos, el fin de los fines.
La Iglesia será eclipsada, el mundo quedará consternado.
Pero he ahí a Enoc y Elías, llenos del
espíritu de Dios; predicarán con la fuerza
de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán
en Dios, y muchas almas serán consoladas; harán
grandes prodigios por la virtud del Espíritu
Santo y condenarán los errores diabólicos
del anticristo.
¡
Ay de los habitantes de la Tierra! Habrá guerras
sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas;
habrá lluvias de un granizo espantoso para los
animales; tempestades que arruinarán ciudades;
terremotos que engullirán países; se
oirán voces en el aire; los hombres se golpearán
la cabeza contra los muros; llamarán a la muerte,
y, por otra parte, la muerte será su suplicio.
Correrá la sangre por todas partes ¿quién
podrá resistir si Dios no disminuye el tiempo
de la prueba? Por la sangre, las lágrimas y
oraciones de los justos Dios se dejará aplacar.
Enoc y Elías serán muertos. Roma pagana
desaparecerá; Caerá fuego del cielo y
consumirá tres ciudades; el universo entero
estará preso del terror, y muchos se dejarán
seducir por no haber adorado al verdadero Cristo, que
vivía entre ellos. Ha llegado el tiempo;
El sol se oscurece; solo la Fe vivirá
He aquí el tiempo: El abismo se abre. He aquí el
rey de los reyes de las tinieblas. He aquí la
bestia con sus súbditos, llamándose el
salvador del mundo. Se retomará con orgullo
por los aires para subir hasta el Cielo; será sofocado
por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá,
y la Tierra, que llevará TRES DÍAS en
continuas evoluciones, abrirá su seno lleno
de fuego; Será hundido para siempre, con
todos los suyos, en los abismos eternos del infierno.
Entonces el agua y el fuego PURIFICARÁN y consumirán
todas las obras del orgullo de los hombres y Todo será renovado:
Dios será servido y glorificado”.
Las Profecías de la
Virgen de Fátima
Fátima,
pueblecito universalmente conocido, por las apariciones
de la Virgen, que a partir del 13 de mayo de
1917 allí sucedieron. La última
aparición fue el 13 de octubre del mismo
año.
En ésta última, cerca de 50.000
personas se concentraron y según los testimonios
vieron bailar al sol. A partir de este suceso,
esto está sucediendo en muchísimas
de las supuestas apariciones de hoy en día,
incluso tú mismo si te pones a mirar el
sol fijamente, casi seguro que lo veas dar vueltas
sin parar, sería parecido a cuando miramos
una bombilla. No quiere decir esto que allí no
se apareciese la Virgen, sólo que esto
no probaría nada en absoluto y que es
un efecto óptico totalmente normal. Quizás
las primeras veces si, fuera la Virgen, quien
sabe, lo que si es seguro que la iglesia católica
da estas apariciones como verdaderas. Supongo
que por los tres famosos secretos de Fátima,
que han sido proféticos.
A
continuación de desvelamos estos tres
secretos de Fátima:
Primer Secreto:
“Ustedes
han visto el infierno donde van las almas de
los pobres pecadores. Para salvarles, Dios
desea establecer en el mundo devoción
a mi Inmaculado Corazón.”
Aparición
del 13 de julio de 1917
Si la Virgen no hubiese especificado
que se trataba del Infierno, podríamos suponer que era
una visión de la guerra atómica.
Aunque, como es natural, no era una visión
muy apropiada para unos niños.
Aparición
del 13 de julio de 1917
Si la Virgen no hubiese especificado que se trataba
del Infierno, podríamos suponer que era
una visión de la guerra atómica.
Aunque, como es natural, no era una visión
muy apropiada para unos niños.
Segundo
Secreto:
“La Primera Guerra mundial terminara pronto.
Sin embargo, si la humanidad no deja de ofender
a
Dios, otra guerra peor surgirá en el Reino
del Papa Pío XI (Frente a la iglesia entre
1922 –1939).. Cuando ustedes vean una noche
iluminada por una luz desconocida, sepan que éste
es el gran signo que Dios les da, porque el va
a castigar el mundo por sus crímenes a
través de las guerras, el hambre, la persecución
de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir
esto, Yo vendré a pedir la consagración
de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la
comunión de reparación de los Primeros
Sábados.”
“Si mi petición es acatada, Rusia
se convertirá,
y habrá paz. Si no, Rusia transmitirá sus
errores a través del mundo, promoviendo
guerras y la persecución de la Iglesia;
los buenos serán martirizados, el Santo
Padre tendrá que sufrir mucho, varias
naciones serán aniquiladas; en el final
mi Inmaculado Corazón triunfará.
El santo Padre consagrara Rusia a mi la cual
se convertirá, y algún tiempo de
paz se le dará al mundo.”
Tercer Secreto:
Una tercera parte de la profecía fue sellada
y enviada al Papa Juan XXIII, a fin de que la
leyese sólo él, en 1980. Fue revelado
el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcillos
en la Cueva de Iria-Fátima y transcrito
por Sor Lucía el 3 de enero de 1944. Fue
hecho público por el Secretario de Estado,
Cardenal Angelo Sodano, el 13 de mayo del 2000.
Traducción oficial del manuscrito de Lucia
Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio
de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima.
Escribo en obediencia a Vos, Dios mío,
que lo ordenáis por medio de Su Excelencia
Reverendísima el Señor Obispo de
Leiria y de la Santísima Madre vuestra
y mía.
Después de las dos partes que ya he expuesto,
hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora
un poco más en lo alto a un Ángel
con una espada de fuego en la mano izquierda,
centelleando emitía llamas que parecía
iban a incendiar el mundo, pero se apagaban al
contacto con el esplendor que Nuestra Señora
irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él,
el Ángel señalando la tierra con
su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia,
Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa
luz qué es Dios: « algo semejante
a como se ven las personas en un espejo cuando
pasan ante él » a un Obispo vestido
de Blanco « hemos tenido el presentimiento
de que fuera el Santo Padre ». También
a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas
subir una montaña empinada, en cuya cumbre
había una gran Cruz de maderos toscos
como si fueran de alcornoque con la corteza,
el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una
gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso
con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y
pena, rezando por las almas de los cadáveres
que encontraba por el camino, llegado a la cima
del monte, postrado de rodillas a los pies de
la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados
que le dispararon varios tiros de arma de fuego
y flechas, y del mismo modo murieron unos tras
otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas
y diversas personas seglares, hombres y mujeres
de diversas clases y posiciones. Bajo los dos
brazos de la Cruz había dos Ángeles
cada uno de ellos con una jarra de cristal en
la mano, en las cuales recogían la sangre
de los Mártires y regaban con ella las
almas que se acercaban a Dios.
Comentario Teológico
del Card. Joseph Ratzinger
El Comentario Teológico del Prefecto de
la Congregación para la Doctrina de la
Fe está dividido en tres partes: Revelación
pública y revelaciones privadas, su lugar
teológico, La estructura antropológica
de las revelaciones privadas. Un intento de interpretación
del secreto de Fátima.
1) “El término ‘revelación
pública’ designa la acción
reveladora de Dios destinada a toda la humanidad,
que ha encontrado su expresión literaria
en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y
el Nuevo Testamento. Se llama ‘revelación’ porque
en ella Dios se ha dado a conocer progresivamente
a los hombres, hasta el punto de hacerse él
mismo hombre, para atraer a sí y para
reunir en sí a todo el mundo por medio
del Hijo encarnado, Jesucristo.
En Cristo Dios ha dicho todo, es decir, se ha
manifestado a sí mismo y, por lo tanto,
la revelación ha concluido con la realización
del misterio de Cristo que ha encontrado su expresión
en el Nuevo Testamento”.
2) La “revelación privada”,
en cambio, “se refiere a todas las visiones
y revelaciones que tienen lugar una vez terminado
el Nuevo Testamento; es ésta la categoría
dentro de la cual debemos colocar el mensaje
de Fátima.
La autoridad de las revelaciones privadas -prosigue
el cardenal Ratzinger- es esencialmente diversa
de la única revelación pública: ésta
exige nuestra fe”. La revelación
privada, en cambio, “es una ayuda para
la fe, y se manifiesta como creíble precisamente
porque remite a la única revelación
pública”.
Citando al teólogo flamenco E. Dhanis,
el prefecto para la Fe afirma que “la aprobación
eclesiástica de una revelación
privada contiene tres elementos: el mensaje en
cuestión no contiene nada que vaya contra
la fe y las buenas costumbres, es lícito
hacerlo público, y los fieles están
autorizados a darle en forma prudente su adhesión”. “Un
mensaje así puede ser una ayuda válida
para comprender y vivir mejor el Evangelio en
el momento presente; por esto no se debe descartar.
Es una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio
hacer uso de la misma”.
El cardenal Ratzinger subraya también
que “la profecía en el sentido de
la Biblia no quiere decir predecir el futuro,
sino explicar la voluntad de Dios para el presente,
lo cual muestra el recto camino hacia el futuro”.
La parte más importante del Comentario
Teológico está dedicada a “un
intento de interpretación del secreto
de Fátima”. Del mismo modo que la
palabra clave de la primera y de la segunda parte
del “secreto” es la de “salvar
almas”, “la palabra clave de este ‘secreto’ es
el triple grito: ‘¡Penitencia, Penitencia,
Penitencia!’. Viene a la mente el comienzo
del Evangelio: ‘paenitemini et credite
evangelio’ (Mc 1,15). Comprender los signos
de los tiempos significa comprender la urgencia
de la penitencia, de la conversión y de
la fe. Esta es la respuesta adecuada al momento
histórico, que se caracteriza por grandes
peligros y que serán descritos en las
imágenes sucesivas. Me permito insertar
aquí un recuerdo personal: en una conversación
conmigo, Sor Lucia me dijo que le resultaba cada
vez más claro que el objetivo de todas
las apariciones era el de hacer crecer siempre
más en la fe, en la esperanza y en la
caridad. Todo el resto era sólo para conducir
a esto”.
3) Después, el prefecto de la Congregación
para la Fe pasa revista a las “imágenes” del
secreto. “El ángel con la espada
de fuego a la derecha de la Madre de Dios recuerda
imágenes análogas en el Apocalipsis.
Representa la amenaza del juicio que incumbe
sobre el mundo. La perspectiva de que el mundo
podría ser reducido a cenizas en un mar
de llamas, hoy no es considerada absolutamente
pura fantasía: el hombre mismo ha preparado
con sus inventos la espada de fuego”.
“La visión muestra después
la fuerza que se opone al poder de destrucción:
el esplendor de la Madre de Dios, y proveniente
siempre de él, la llamada a la penitencia.
De este modo se subraya la importancia de la
libertad del hombre: el futuro no está determinado
de un modo inmutable, y la imagen que vieron
los niños no es una película anticipada
del futuro, de la cual nada podría cambiarse.
En realidad, toda la visión tiene lugar
sólo para llamar la atención sobre
la libertad y para dirigirla en una dirección
positiva. (…) Su sentido es el de movilizar
las fuerzas del cambio hacia el bien. Por eso
están totalmente fuera de lugar las explicaciones
fatalísticas del ‘secreto’ que
dicen que el atentado del 13 de mayo de 1981
habría sido en definitiva un instrumento
de la Providencia. (…) La visión
habla más bien de los peligros y del camino
para salvarse de los mismos”.
Pasando a las siguientes imágenes, “el
lugar de la acción -explica el cardenal
Ratzinger- aparece descrito con tres símbolos:
una montaña escarpada, una gran ciudad
medio en ruinas, y finalmente una gran cruz de
troncos rústicos. Montaña y ciudad
simbolizan el lugar de la historia humana: la
historia como costosa subida hacia lo alto, la
historia como lugar de la humana creatividad
y de la convivencia, pero al mismo tiempo como
lugar de las destrucciones, en las que el hombre
destruye la obra de su propio trabajo (…)
Sobre la montaña está la cruz,
meta y punto de orientación de la historia.
En la cruz la destrucción se transforma
en salvación; se levanta como signo de
la miseria de la historia y como promesa para
la misma”.
“Aparecen después aquí personas
humanas: el Obispo vestido de blanco (‘hemos
tenido el presentimiento de que fuera el Santo
Padre’), otros Obispos, sacerdotes, religiosos
y religiosas y, finalmente, hombres y mujeres
de todas las clases y estratos sociales. El Papa
parece que precede a los otros, temblando y sufriendo
por todos los horrores que lo rodean. No sólo
las casas de la ciudad están medio en
ruinas, sino que su camino pasa en medio de los
cuerpos de los muertes. El camino de la Iglesia
se describe así como un viacrucis, como
camino en un tiempo de violencia, de destrucciones
y de persecuciones. En esta imagen, se puede
ver representada la historia de todo un siglo.
Del mismo modo que los lugares de la tierra están
sintéticamente representados en las dos
imágenes de la montaña y de la
ciudad, y están orientados hacia la cruz,
también los tiempos son representados
de forma compacta”.
“En la visión podemos reconocer
el siglo pasado como siglo de los mártires,
como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones
contra la Iglesia, como el siglo de las guerras
mundiales y de muchas guerras locales que han
llenado toda su segunda mitad y han hecho experimentar
nuevas formas de crueldad. En el ‘espejo’ de
esta visión vemos pasar a los testigos
de la fe de decenios”.
El prefecto de la Congregación de la Doctrina
de la Fe afirma también que en el viacrucis
de este siglo “la figura del Papa tiene
un papel especial. En su fatigoso subir a la
montaña podemos encontrar indicados con
seguridad juntos diversos Papa, que empezando
por Pío X hasta el Papa actual han compartido
los sufrimientos de este siglo y se han esforzado
por avanzar entre ellos por el camino que lleva
a la cruz. En la visión también
el Papa es matado en el camino de los mártires
)No podía el Santo Padre, cuando después
del atentado del 13 de mayo de 1981 se hizo llevar
el texto de la tercera parte del ‘secreto’,
reconocer en él su propio destino? Había
estado muy cerca de las puertas de la muerte
y él mismo explicó el haberse salvado
con las siguientes palabras: ‘fue una mano
materna la que guio la trayectoria de la bala
y el Papa agonizante se detuvo en el umbral de
la muerte’ (13 de mayo de 1994). Que ‘una
mano materna’ haya desviado la bala mortal
muestra sólo una vez más que no
existe un destino inmutable, que la fe y la oración
son poderosas, que pueden influir en la historia
y, que al final, la oración es más
fuerte que las balas, la fe más potente
que las divisiones”.
La conclusión del secreto, prosigue el
cardenal Ratzinger, “recuerda imágenes
que Lucía puede haber visto en libros
piadosos, y cuyo contenido deriva de antiguas
intuiciones de fe. Es una visión consoladora,
que quiere hacer maleable por el poder salvador
de Dios una historia de sangre y lágrimas.
Los ángeles recogen bajo los brazos de
la cruz la sangre de los mártires y riegan
con ella las almas que se acercan a Dios. La
sangre de Cristo y la sangre de los mártires
están aquí consideradas juntas:
la sangre de los mártires fluye de los
brazos de la cruz. Su martirio se lleva a cabo
de manera solidaria con la pasión de Cristo
y se convierte en una sola cosa con ella”.
“La visión de la tercera parte del
secreto tan angustiosa en su comienzo, se concluye
pues
con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento
es vano y, precisamente una Iglesia sufriente,
una Iglesia de mártires, se convierte
en señal orientadora para la búsqueda
de Dios por parte del hombre (…) del sufrimiento
de los testigos deriva una fuerza de purificación
y de renovación, porque es actualización
del sufrimiento mismo de Cristo y transmite en
el presente su eficacia salvífica”.
¿Qué significa en su conjunto (en
sus tres partes), el “secreto” de
Fátima?,
se pregunta por último el cardenal Ratzinger. “Ante
todo debemos afirmar con el cardenal Sodano: ‘los
acontecimientos a los que se refiere la tercera
parte del ‘secreto’ de Fátima
parecen pertenecer ya al pasado’. En la
medida en que se refiere a acontecimientos concretos
ya pertenecen al pasado. Quien había esperado
impresionantes revelaciones apocalípticas
sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro
de la historia se desilusionará. Fátima
no nos ofrece este tipo de satisfacción
de nuestra curiosidad, lo mismo que la fe cristiana
no quiere y no puede ser un mero alimento para
nuestra curiosidad. Lo que queda de válido
lo hemos visto de inmediato al inicio de nuestras
reflexiones sobre el texto del ‘secreto':
la exhortación a la oración como
camino para la ‘salvación de las
almas’ y, en el mismo sentido, la llamada
a la penitencia y a la conversión”.
“Quisiera al final volver aún sobre
otra palabra clave del ‘secreto’,
que con razón se ha hecho famosa: ‘mi
Corazón Inmaculado triunfará’.
Qué quiere decir esto? Que el corazón
abierto a Dios, purificado por la contemplación
de Dios, es más fuerte que los fusiles
y que cualquier tipo de arma. El fiat de María,
la palabra de su corazón, ha cambiado
la historia del mundo, porque ella ha introducido
en el mundo al Salvador, porque gracias a este ‘sí’ Dios
pudo hacerse hombre en nuestro mundo y así permanece
ahora y para siempre. El maligno tiene poder
en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente; él
tiene poder porque nuestra libertad se deja alejar
continuamente de Dios”.
“Pero desde que Dios mismo tiene corazón
humano y de ese modo ha dirigido la libertad
del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad
hacia el mal ya no tiene la última palabra.
Desde aquel momento cobran todo su valor las
palabras de Jesús: ‘padeceréis
tribulaciones en el mundo, pero tened confianza;
yo he venido al mundo’ (Jn 16,33). El mensaje
de Fátima nos invita a confiar en esta
promesa”.
Las profecías
de la virgen de Heede, en Alemania
El
1 de noviembre de 1937 se apareció la
Virgen María a cuatro niños. La última
aparición se dio en 3 de noviembre de
1940.
Algunos de los Mensajes
proféticos de
la Virgen:
“Donde la gente demuestre la mayor confianza
en mí y se le enseñe que yo puedo
hacer todo, allí prepararé la paz.
Cuando todos reconozcan mi poder, vendrá la
paz.
Yo soy la señal del Dios vivo. Pongo la
señal en la frente de mis hijos. La estrella
del infierno perseguirá mi señal,
más mi señal prevalecerá sobre
el infierno. Yo soy la poderosa mediadora de
la gracia. Puesto que el mundo sólo encontrará misericordia
del Padre Eterno por medio de la inmolación
del Hijo, asimismo encontraréis la benevolencia
del Hijo por mi mediación.
Se desconoce a Jesucristo porque se me desconoce
a mí. El Padre Eterno derramó el
cáliz de su cólera sobre las naciones
por haber rechazado a su Hijo. El mundo se consagró a
mi corazón inmaculado; pero la consagración
misma aporta una responsabilidad terrible. Exijo
al mundo respetar su consagración. Tened
confianza sin límites en mi corazón
inmaculado, reconoced que poseo influjo absoluto
sobre mi Hijo. Sustituid vuestros corazones pecaminosos
por mi corazón inmaculado, entonces yo
seré quien atraerá el poder de
Dios y el amor del Padre Eterno renovará la
plenitud de Jesucristo en vosotros. Cumplid mi
voluntad para que Cristo reine como rey de la
paz.
El mundo tendrá que agotar hasta las heces
el cáliz de la cólera divina por
sus pecados innumerables, que ha herido al Sagrado
Corazón de Jesús. El furor de la
estrella del infierno sobrepasará en violencia
y causará devastación terrible,
porque ya sabe que su tiempo es corto y porque
ya ha visto los muchos que se reúnen alrededor
de mi señal. Sobre éstos no tiene
poder, aunque matará los cuerpos de muchos,
por estas inmolaciones hechas por mí,
aumentará mi poder para conducir el resto
de la hueste a la victoria. Algunos han aceptado
ya la impresión de mi señal. Su
número crecerá continuamente.
Pero quiero avisar a mis hijos para que no pierdan
de vista que la cruz misma de estos días
sangrientos es una gracia y deben dar al Padre
Eterno gracias por esta cruz.
¡
Rogad y sacrificaos por los pecadores! ¡Ofreceos
vosotros mismos y vuestras obras al Padre Eterno
por mi mediación y entregaos a mí sin
reservas! ¡Rezad el Rosario! ¡No
pidáis tanto por las cosas exteriores!
Se trata de cosas más importantes en estos
tiempos.
No esperéis milagros y prodigios. Trabajaré en
secreto como poderosa medianera. Procuraré para
vosotros la paz de corazón, si vosotros
cumplís mi voluntad. Entonces Jesucristo
reinará como rey de la paz sobre las naciones,
haced de vuestra parte por dar a conocer esta,
mi voluntad, por todo el mundo. Yo soy la poderosa
medianera de la gracia. Es la voluntad del Padre
Eterno que el mundo reconozca este encargo, dado
a su esclava. La gente tiene que reconocerme
como la esposa eterna del Espíritu Santo,
la mediadora fiel de todas las gracias. Mi señal
ya aparece, Dios lo quiere así.
Solamente mis hijos conocen esta señal,
pues se revela en secreto y, por lo mismo, dan
gloria al Eterno. Todavía no puedo manifestar
mi poder al mundo en general. Aún tengo
que mantenerme apartada con mis hijos. En secreto
haré maravillas en las almas hasta llenar
el número requerido de víctimas.
De vosotros depende acortar el período
de las tinieblas.
Vuestras sangres y vuestros sacrificios destrozarán
la imagen de la bestia. Entonces podré manifestarme
a todo el mundo por la gloria del Todopoderoso.
Elegid mi señal para que pronto pueda
ser adorado y honrado Dios trino y uno. Rogad
y ofreced sacrificios por medio de mí.
Orad siempre. Rezad el Rosario. Haced vuestras
peticiones al Padre por medio de mi corazón
inmaculado; si son conducentes a su honor, él
las concederá. En vuestras plegarias no
pidáis cosas pasajeras, sino las gracias
para las almas particulares, para vuestra comunidad,
para las naciones, para que todos lleguen a amar
y honrar al Divino Corazón. Guardad los
sábados que se me han consagrado según
mi deseo.
Los apóstoles y los sacerdotes deben consagrarse
a mí especialmente para que los grandes
sacrificios demandados de ellos por Dios puedan,
puestos en mis manos, aumentar en santidad y
en valor. Traedme muchos sacrificios como ofrendas.
Ofreced vuestras preces a mí, como sacrificios.
No seáis interesados con vosotros mismos.
Estos tiempos requieren la demostración
de honor al Eterno y la expiación. Si
vosotros os aplicáis sin reserva, yo cuidaré del
resto. Cruces pesadas como la mar pondré sobre
mis hijos, porque los amo en mi Hijo inmolado.
Os ruego estéis, prontos a llevar la cruz
para que se alcance la paz.
Encomiendo a la gente con ahínco el cumplimiento
de mis deseos prontamente, pues hoy y siempre
el cumplimiento de mi voluntad es menester para
la mayor honra y gloria de Dios.
El Padre Eterno amenaza con una desgracia terrible
a todos los que rechazan su voluntad.
El anuncio de estas revelaciones debe hacerse,
en primer lugar, al público en general.
Sin embargo, la muchedumbre no les tomará en
serio. Se les reservará para un grupo
pequeño y dentro de este grupo solamente
para los que disciernen cosas secretas. Obraré maravillas
como nunca se han hecho, en las almas de aquel
grupo pequeño, que empiece a hacer mi
voluntad”.
La Virgen de
Umbe
25
de marzo de 1041. A las doce de la noche, Felisa
sentada en la cocina de su casa, ve un gran resplandor
que desciende de lo alto. En un rincón
contempla a la Virgen arrodillada, con una vela
encendida a cada lado, vestida de Dolorosa; aparenta
unos dieciocho años, es bellísima
y está sonriente. Quedó maravillada
y entusiasmada. No le habló y desapareció enseguida.
23 de mayo de 1969. Al pasar por el pozo camino
de su casa se le apareció la Virgen y
le dijo: “Estáis en mi casa y quiero
que me la dejéis”. Y así lo
hicieron. Desde hace años en éste
sitio se reza el Santo Rosario.
20 de julio de 1969. En la cuadra de la casa
contemplaba con gran luminosidad a la Virgen.
Le dice “El primer día que yo vine
a salvarte bajé primeramente al pozo,
y éste agua desde hoy queda bendecida
para siempre y curará a los enfermos y
a los sanos que se laven la cara y los pies.
Quiero que aquí se levante una capilla.”
Utilizando el agua, Bonifacio Arrieta, su marido,
se curó de una enfermedad sin remedio.
9 de agosto de 1969. A las diez de la noche la
familia Sistiaga se encontraba próxima
al pozo, cuando apareció un ángel
mensajero de la Virgen, el cual le entregó un
trozo de terciopelo negro, como muestra del que
deberá llevar la imagen de la Virgen.
Felisa vio el ángel y el resto de la familia
sólo unos resplandores vivísimos,
así como un poco de él oyendo a
la vez cánticos de coros celestiales.
14 de julio de 1970. Mientras que rezaban el
Rosario se le apareció la Virgen y le
dijo:” Cumplir mi deseo en la tierra, que
haré el vuestro en el cielo. Yo os quitaré las
lágrimas.”
31 de julio de 1970. La Virgen le dijo: “Yo
cumplo lo que prometo. Y el agua seguirá curando”.
Tres personas se habían curado. En otra
aparición la Virgen tomó en sus
manos el Rosario de Felisa y, al devolvérselo,
los presente pudieron apreciar su gran luminosidad
y brillo dorado. Le recordó otra vez: ”y
el agua seguirá curando”. Y le dijo: “Aquí quiero
mi capilla”.
30 de octubre de
1970. Estando reunidos para
rezar, los presentes pudieron ver una luz. La
vidente vio a la Virgen que rezó junto
con ellos el Rosario. Le manifestó su
deseo de traer la paz al mundo, y de que se acuda
a rezar a éste lugar. En otra aparición
dice:” Si hacen lo que Yo os digo, se salvarán
y tendrán paz. Quiero aquí una
capilla. Vosotros rezad el Rosario todos los
días por la conversión de los pecadores.
El agua seguirá curando”.
24 de diciembre
de 1970. La Virgen dice: “Los
enfermos curados hagan justicia al favor que
han recibido. Si no tendrán el castigo
que merecen”.
23 de mayo de 1971. La Virgen dice a Felisa: “Por
todos mis hijos mis ansias y dolores no tienen
fin. Grandes faltas de fe en la tierra acarrearán
su miseria. Si no se hace más caso, de
Jueves a Viernes Santo, dentro de treinta años,
a principio de siglo, se formará una niebla
que no os veréis los unos a los otros.
No os servirá ninguna luz. Durará todo
el tiempo que haga falta. Los justos y los dignos
no sufrirán. Todos mis hijos tendrán
que pedir perdón a Dios. Esto es un aviso
del castigo. En el período de tiempo que
falta hasta entonces cambiarán dos papas”.
22 de junio de 1971. La Virgen dijo a Felisa: ”Me
he aparecido en varios lugares, pero son muy
pocos los que creen. Salvaré de las guerras
a España; pero habrá muchas catástrofes
y enfermedades. Morirán muchos. Antes
que el castigo, os daré el aviso. Se iluminará el
cielo con una cruz, que al descomponerse producirá una
inmensa luz blanca, que incluso impedirá ver
el sol. Durará cuatro horas. Seguidamente
azotará un viento ardiente en toda la
tierra. De la impresión, muchos morirán.
Los que tengan fe en Dios no sufrirán”.
2 de octubre de
1971. La Virgen le dice:” Orad
hijos míos, penitencia. Pedid, que soy
vuestra Madre. Dios da a toda la humanidad un
don que no se vende ni se puede comprar. Orad,
que quiero salvar a mis hijos”.
4 de junio de 1972. Dice la Virgen:” Cumplid
bien vuestros deberes, orad siempre, que soy
la Madre de El Salvador, la Madre de Dios. Quiero
una capilla y que se acuda a ella en procesión.
Mi Hijo está cargado de penas, le pediré que
se descargue si no se escucha mis palabras. Esta
nación provoca muchos errores contra la
Iglesia. Orad, que mi Hijo escucha vuestras oraciones.
A los curados que no lo notifican les vendrán
males mayores; los que lo comunican son mis lámparas
encendidas y serán siempre refugiados
bajo mi manto. El agua seguirá curando”.
11 de diciembre
de 1975. La Virgen le dice a
Felisa: “Cuando con vuestras oraciones
y sacrificios me ayudáis a salvar un alma
y convertís un pecador, me cerráis
una herida. Estoy muy contenta con Umbe. Yo os
tengo a todos bajo mi manto”. Al decir
esto, la Virgen estrechaba sobre su corazón
los fieles que se reúnen en Umbe y se
mostraba muy sonriente. En varias de sus apariciones
la Virgen ha repetido:”… el agua
seguirá curando”. Esto ha sido comprobado
por cientos de peregrinos curados de las más
diversas enfermedades, algunos de ellos, desahuciados
por los médicos. Las conversiones has
sido también numerosas. Estas curaciones
de cuerpos y almas constituyen un testimonio
en favor de éstas apariciones y sus mensajes.
Mensaje que ha permanecido en secreto hasta el
9 de Marzo de 1990. Habiendo fallecido Felisa
Sistiaga el día 10 de Febrero de 1990,
sus hijas: Felisa, María e Inés,
cumpliendo el mandato que su madre les dio en
vida, procedieron con fecha 9/3/1990, ante notario,
a la apertura de un sobre cerrado, en el que
ella había celosamente guardado un Mensaje
y un objeto, por encargo de la Virgen, para que
fuera abierto después de su muerte. Dice
así: 15 de Agosto de 1969.” Vengo
a hacer la paz de mis hijos que no me hacen caso”,
la Virgen me ha dicho muchas veces, que viene
para toda la Humanidad, para todos sus hijos,
y que a todos nos tiene bajo su intercesión.
A todos nos quiere mucho y desea vuestra salvación,
de tal manera, que antes del castigo enviará Dios
un Aviso, y para que nadie dude de éste
Aviso, habrá un Milagro”. Me dijo
también: “Su Espíritu estará eternamente
en ti”- Y continuó” Te doy
una medalla mía, de inspirada belleza.
Si le pedís perdón con vuestras
almas sinceras, El os perdonará. Yo, Vuestra
Madre, como Intercesora de El, os quiero decir
que os enmendéis, pues ya estáis
en los últimos Avisos. Os quiero mucho
y no quiero vuestra condenación.”.