Las Carantoñas

Seguimos celebrando la festividad de San Sebastián, pero esta vez con unos personajes un tanto feroces que van ataviados con pieles de animales, hablamos de las Carantoñas.

La celebración es en Acehuche, los días 19, 20 y 21. Todos los vecinos de la localidad se vuelcan en el día de su patrón, y los visitantes que les acompañan no se sienten extraños.

Las fiestas son para compartirlas.

Origen

Son varias las versiones que se dan sobre el origen de esta particular fiesta. Por un lado llena de significado religioso y por otro, con un sentido pagano.

La lectura religiosa viene de que hace muchos años sobrevino por los pueblos vecinos a Acehuche una gran epidemia de peste y los habitantes del pueblo se encomendaron a San Sebastián para que la enfermedad no llegara al pueblo. Así ocurrió y los vecinos lo agradecieron celebrando una fiesta en honor al Santo. Una fiesta que representa el martirio de San Sebastián, cuando después de ser asaeteado las fieras del bosque en vez de atacarlo, como era santo, lo respetaron. Las Carantoñas representan las fieras y por eso van delante reverenciándole.

La versión pagana de la fiesta se relaciona con la fertilidad y la llegada de la primavera. Es tradición común a muchos pueblos ribereños del Mediterráneo que los hombres se transformen mediante la vestimenta de pieles de animales salvajes. En estos pueblos, los hombres de las pieles representan con sus bailes y gestos ritos de apareamiento y celebraciones cuyo paganismo es evidente: la fertilidad, el ciclo de la vida que presagia la próxima primavera, las mieses despuntando en los campos…

Lo que sí pudo ocurrir es que estos ritos paganos fueran asumidos por el cristianismo y, en este caso se unieran a la historia del santo.

Personajes

Las Carantoñas: Son hombres disfrazados con pieles de cabras, ovejas u otros animales que se ciñen a la cintura con una cincha bien apretada. Se cubren la cabeza con una máscara también de piel en la que se pueden ver pimientos, orejas de animales, colmillos, etc., pero nunca cuernos. Antiguamente portaban en sus manos una vara larga, como de un metro, con muchas puntas, hoy llevan un ramo seco de acehuche u olivo silvestre, muy abundante en la zona. El motivo para vestirse de Carantoña, generalmente, es una promesa hecha al Santo por uno o varios años.

El Tamborilero: Este personaje es una pieza imprescindible, ya que con su música, al son de la flauta y el tamboril, ameniza todos los actos. Sus melodías se repiten una y otra vez durante los días que dura la fiesta.

El Mayordomo: La mayordomía es la institución central de las fiestas. Cada día tiene un mayordomo distinto. Son los encargados de sufragar los gastos de la fiesta, como popularmente se denomina "servir al Santo". Generalmente tal circunstancia se debe a alguna promesa hecha a San Sebastián por un favor concedido. En el supuesto de no haber mayordomo que sufrage los gastos, es la Cofradía de San Sebastián la que se hace cargo de los mismos, y un cofrade elegido mediante sorteo es el que actúa como mayordomo a todos los efectos.

Las Regaoras: Otros personajes importantes son las "regaoras", que son un numeroso grupo de chicas del pueblo, ataviadas con el traje típico local, denominado de "bayeta", dando un alegre colorido a la fiesta con sus cánticos y bailes.

Los Tiraores: Son grupos de chicos de la localidad con sus escopetas que dispararán al aire salvas durante la procesión.

Desarrollo

Los preparativos de la fiesta comienzan el día 19, cuando el mayordomo y sus familiares salen a una finca próxima al Municipio en busca del romero con el que cubrirán el camino que va de la Iglesia a la casa de los "Mayordomos" y calles por donde ha de pasar la procesión.

A la caída de la tarde de ese mismo día, gran cantidad de acebucheños, principalmente jóvenes y niños, realizan un peregrinaje al lugar denominado "Gorrón Blanco", situado junto a la carretera de acceso al pueblo, donde recibirán al tamborilero.

En el amanecer del día 20 tiene lugar "al alborá". El tamborilero y el mayordomo se encargan de ir despertando a todos aquellos que se vestirán de carantoña. Una vez hecho el recorrido se encaminará toda la comitiva a casa del mayordomo, donde se degustarán unas riquísimas migas con café y alguna que otra copilla.

Más tarde, mientras los mayordomos proceden a "regar el romero" recogido el día antes, los mozos que se disfrazan de Carantoñas van a vestirse. Estos últimos necesitan la ayuda de los amigos, ya que la vestimenta es muy complicada.

Sobre las 10:30 h. de la mañana, las carantoñas, regaoras, tiraores, tamborilero y gente en general, se reúnen en las proximidades del domicilio del mayordomo, desde donde se encaminarán hacia la Iglesia para sacar al Santo en procesión.

Tras una serie de cánticos y alabanzas a San Sebastián en el interior de la Iglesia (aquí no pueden entrar las carantoñas), lo sacan al exterior, momento en el que al unísono los "tiraores" hacen sonar sus salvas, las regaoras lanzan una lluvia de confeti y confites, y los acehucheños dejan oír sus vivas.

Durante la procesión, las carantoñas van delante de San Sebastián y de dos en dos se colocan a una cierta distancia de él, dan tres pasos coordinadamente y le hacen una reverencia, arrastrando su "tárama", al tiempo que pronuncian un misterioso sonido "gu", grito selvático y peculiar que únicamente suelen pronunciar.

Después de la procesión tiene lugar la misa. Cuando acaba, las regaoras y las carantoñas bailan jota de la tierra en la plazuela de la Iglesia. Mientras tanto se reparte entre la gente papas hechas con harina, leche y azúcar, que primero dan a la "carantoñina" (carantoña más pequeña) para que crezca.

Otro personaje, la "vaca-tora", será el encargado de dar por finalizada la fiesta, arremetiendo contra las carantoñas y la gente.

Por último, todos se dirigen "al convite", consistente en riquísimos dulces y vino de la zona, preparados por el Mayordomo, y al que están invitados todos los asistentes a la fiesta, lugareños y visitantes.

El día 21 se celebra San Sebastián "el chico" o "Sansebastianino". La fiesta transcurre exactamente igual que el día anterior, pero es otro mayordomo el que sirve al Santo.

Texto: Juan Manuel Silva Cordero y Rosa Mª Alvarez Luceño