Parafraseando a Antonio Machado, yo diría
que mi infancia no ocurrió en un patio de Sevilla,
sino en las calles de El Padul.
Recuerdos de días y noches con nieves
y fríos, calentándome, junto a los demás
niños y niñas del barrio, al lado de la hoguera
que se había formado para recibir a un San Sebastián
herido, que luego desaparecía por la esquina de
la calle en un abrir y cerrar de ojos.
Era una cita obligada, que yo mismo establecía
como obligatoria, con la misma devoción que a los
Reyes Magos.
Por desgracia, hace mucho tiempo que no
asisto a las fiestas de El Padul en honor de San Sebastián,
pero su recuerdo y su magia me vienen a la memoria cada
diecinueve y veinte de enero.
Tal ausencia, sin embargo, se ha visto
compensada, con la experiencia histórica y artística
que he adquirido sobre nuestro santo. Recuerdo, de manera
especial, el día en que vi su tumba en las catacumbas
de Roma.
No fue la de un santo más, sino
que la de San Sebastián tuvo un significado especial.
Entonces fue cuando me paré yo junto al santo y
no el santo junto a mí. Recordé, ¡cómo
no!, El Padul, a todos los paduleños y todos los
veinte de enero paduleños.
Al recorrer las galerías y los libros
de arte, he visto, complacido, que empezando con el Renacimiento,
San Sebastián es unos de los santos más representados
en el arte y que tanto Federico García Lorca como
Salvador Dalí estaban fascinados con su imagen.
Lejos de El Padul, en un país donde
no se conmemora el veinte de enero, cada fiesta de San
Sebastián la celebro en mi recuerdo, recreando mentalmente
todas las imágenes que las sucesivas fiestas paduleñas
fueron dejando en mí. Y a medida que pasan los años,
las vivo y las disfruto con la misma ilusión que
si estuviera en las hogueras del "Pilar del toro",
de la "Casa Grande" o de la Ermita.
¡Bendita memoria! Eres el privilegio
y el recurso de todas nuestras pobres ausencias.
Un cariñoso saludo para ti y para
todos los que ponéis a El Padul en el candelero,
sea por la radio, por la revista, la televisión
o en Internet.
Manuel Delgado
Universidad de Bucknell, Pensilvania, EEUU
Recuerdos
de la fiesta de San Sebastián
Desde muy pequeña
tuve esta fiesta muy presente por ser el patrón
de nuestro pueblo. También por la manera de festejarla
ya que es de tradición salir a la montaña
la víspera a recoger leña y en las plazas
y calles formar grandes hogueras para calentar al Santo
cuando lo sacan en procesión por todo el pueblo.
Como yo salí de
mi pueblo en el año 1958 al estar lejos se añora
y se recuerda, nunca se puede olvidar lo que con tanta
ilusión se ha vivido.
Hace ya cinco o seis años
tuve la suerte de ir a Padul para esta fiesta y, ¿como
no?, fuimos con mis amigos Eladia y Manolo a buscar la
leña a "cijancos" y venia conmigo
una vecina francesa que quedo maravillada de ver el fervor
y devoción que los paduleños ponían
en festejar a su patrón mismo que al principio se
asusto cuando escucho la salva de tiros que se hicieron
todo lo largo de la procesión y decía cosa
semejante nunca vi en ningún sitio para largo tiempo
me durara este recuerdo.
Aquí en Francia cuantas veces yo solita me iba al mercado a coger esas
cajas de maderilla fina (que se emplean para trasportar la fruta) único
medio de poder hacer un pequeño fuego y en un campo cerca de donde yo
vivía hacer mi lumbre para San Sebastián cantando el himno a
nuestro querido patrón y de paso sea dicho: una pequeña anécdota:
Vivía cerca de mi una señora francesa y un día me pregunto
-¿porque haces esto?- Yo le dije es que hoy es la fiesta de San Sebastián
patrón de mi pueblo y allí es tradición hacer hogueras
para calentar al santo y como estoy tan lejos y no puedo ir pues yo celebro
a mi manera esta tradición ya que dicen que trayendo un haz de leña
no te darán las viruelas y así le conté la vida de san
Sebastián. Esta señora estaba embarazada y esperaba un niño
y me dijo pues sabes que me ha gustado tu historia, pues le voy a poner de
nombre a mi niño Sebastián y así lo llamo cuando nació.
Hoy Sebastián tiene 17años
Ahora como vivo cerca de
San Sebastián en Guipúzcoa y aquí también
celebran su fiesta cuando puedo voy para allá y
aunque la celebran de otro modo también es curioso
asistir: la víspera ya tarde hacen la famosa "tamborrada" en
las plazas y en el barrio viejo en particular se va de
tapeo (que también los vascos tienen buenísimas
tapas) y se baila y canta hasta altas horas de la noche
y se alza la bandera por el alcalde el día 20 también
desfilan los niños haciendo honor al patrón
San Sebastián.
Una cosa es segura ni un
solo año y ya son muchos los que llevo fuera he
dejado de pensar en esta fiesta y nunca lo olvidaré.