Como
Soldados de Cristo
lucharemos por la paz
y tu serás nuestro Jefe
glorioso San Sebastián
En
tu martirio hay ejemplo
de fe valor y humildad.
En Padul los corazones
en tus filas morirán,
en tus filas morirán.
No
quisiste gozar en la tierra
ni en festines del mundo brillar.
Dedicaste tu vida de apóstol,
mostrando al mundo la luz del altar.
De
esta última línea he encontrado
dos versiones, una
la que figura aquí y la otra "mostrando
al hereje la luz del altar"
Si
la hoguera de amor de tu pecho
en el mío consigue abrasar,
al martirio yo iría satisfecho
y contigo de Dios a gozar,
y contigo de Dios a gozar.
Letra: Joaquín
Diego Martín
Música: Antonio
García
Himno
de San Sebastián (Sierro – Almería):
¡Gloria
y honor!
Al mártir San Sebastián,
de la fe de Cristo Campeón
¡Gloria y Honor!
¡Gloria y Honor!
Al mártir San Sebastián
nuestro patrón.
A tus plantas rendidos nos tienes,
esperando nos des el consuelo
de tenernos contigo en el cielo;
Y en la tierra gocemos de paz
¡Gloria y Honor!
¡Gloria y Honor!
Al mártir San Sebastián,
de la fe de Cristo Campeón
¡Gloria y Honor!
¡Gloria y Honor!
Al mártir San Sebastián
nuestro patrón.
Copla
a San Sebastián (Castelserás, Teruel)
Ya viene San Sebastián,
Lisonjero como siempre.
Los buenos castelseranos
lo esperamos impacientes.
Llegó la eclesiástica hoguera
con todo su movimiento,
ya se han terminado las fiestas,
ya tranquilo queda todo,
con razón diremos todos...
de Castelserás al cielo
A
los Patronos de Castelserás, San Sebastián
y Santa Bárbara
R. Insa
A San Sebastián
Glorioso
en invierno veneramos,
a Santa Bárbara Bendita
en verano festejamos.
Al santo hacemos hoguera,
A la santa romería,
el pueblo de Cstelserás
por los dos siente alegría.
San Sebastián
fue un gran soldado
muy valiente y generoso,
y Bárbara fue una mártir
de un padre muy tenebroso.
En la Plaza del pueblo
ponen
un chopo monumental
que los hombres, fechas antes,
al río van a cortar.
Después van a acarrearlo
todos tirando de él
y aunque el esfuerzo es muy grande
todos disfrutan con él.
Luego el día
diecinueve,
víspera de San Sebastián,
cuando está la hoguera en llamas
siempre se baila el “rodat”.
Y después de
dar las doce,
si el chopo no se ha caído,
entran a cortar el árbol
pues siempre hay algún atrevido.
Santa Bárbara
Bendita,
Patrona de la tempestad,
líbranos de piedra y rayos
y protege a Castelserás.
De ti somos muy devotos,
ya lo fueron nuestros padres,
por eso cuando nacemos
hacen a todos cofrades.
Todos los castelseranos
en Pascua Florida
a la ermita suben
en romería
a festejar en la fiesta
a Santa Bárbara
a cantarle sus Gozos
con alabanzas.
Muestrario
Antológico de Poesía Cubana:
Martirio
de San Sebastián
Sí,
venid a mis brazos, palomitas de hierro;
palomitas de hierro, a mi vientre desnudo.
Qué dolor de caricias agudas.
Sí, venid a morderme la sangre,
a este pecho, a estas piernas, a la ardiente mejilla.
Venid, que ya os recibe el alma entre los labios.
Sí, para que tengáis nido de carne
y semillas de huesos ateridos;
para que hundáis el pico rojo
en el haz de mis músculos.
Venid a mis ojos, que puedan ver la luz;
a mis manos, que toquen forma imperecedera;
a mis oídos, que se abran a las aéreas músicas;
a mi boca, que guste las mieles infinitas;
a mi nariz, para el perfume de las eternas rosas.
Venid, sí, duros ángeles de fuego,
pequeños querubines de alas tensas.
Sí, venid a soltarme las amarras
para lanzarme al viaje sin orillas.
¡Ay! Qué acero feliz, qué piadoso martirio.
¡Ay! Punta de coral, águila, lirio
de estremecidos pétalos. Sí. Tengo
para vosotras, flechas, el corazón ardiente,
pulso de anhelo, sienes indefensas.
Venid, que está mi frente
ya limpia de metal para vuestra caricia.
Ya, ¡qué río de tibias agujas celestiales!…
¡Qué nieves me deslumbran el espíritu!…
¡Venid! ¡Una tan sólo de vosotras, palomas,
para que anide dentro de mi pecho
y me atraviese el alma con sus alas!…
¡Señor, ya voy, por cauce de saetas!
Sólo una más, y quedaré dormido.
Este largo morir despedazado
cómo me ausenta del dolor. Ya apenas
el pico de estos buitres me lo siento.
¡Qué poco falta ya, Señor, para mirarte!…
¡Y miraré con ojos que vencieron las flechas;
y escucharé tu voz con oídos eternos,
y al olor de tus rosas me estaré como en éxtasis,
y tocaré con manos que nutrieron estas fieras palomas,
y gustaré tus mieles con los labios del alma!
Ya voy, Señor, ¡Ay! Qué sueño de soles,
qué camino de estrellas en mi sueño…
Ya sé que llega mi última paloma…
¡Ay! ¡Ya está bien, Señor, que te la llevo
hundida en un rincón de las entrañas!
Martirio de San Sebastán
Eugenio Florit
De Doble acento, 1937.
A
mi hermano Ricardo
Sí,
venid a mis brazos, palomitas de hierro;
palomitas de hierro, a mi vientre desnudo.
Qué dolor de caricias agudas.
Sí, venid a morderme la sangre,
a este pecho, a estas piernas, a la ardiente mejilla.
Venid, que ya os recibe el alma entre los labios.
Si, para que tengáis nido de carne
y semillas de huesos ateridos;
para. que hundáis el pico rojo
en el haz de mis músculos.
Venid a mis ojos, que puedan ver la luz;
a mis manos, que toquen forma imperecedera;
a mis oídos, que se abran a las aéreas músicas;
a mi boca, que guste las mieles infinitas;
a mi nariz, para el perfume de las eternas rosas.
Venid, sí, duros ángeles de fuego,
pequeños querubines de alas tensas.
Sí, venid a soltarme las amarras
para lanzarme al viaje sin orillas.
¡Ay! qué acero feliz, qué piadoso martirio.
¡Ay! punta de coral, águila, lirio
de estremecidos pétalos. Si. Tengo
para vosotras, flechas, el corazón ardiente,
pulso de anhelo, sienes indefensas.
Venid, que está mi frente
ya limpia de metal para vuestra caricia.
Ya, qué río de tibias agujas celestiales.
Qué nieves me deslumbran el espíritu.
Venid. Una tan sólo de vosotras, palomas
para que anide dentro de mi pecho
y me atraviese el alma con sus alas...
Señor, ya voy, por cauce de saetas.
Solo una más, y quedaré dormido.
Este largo morir despedazado.
como me ausenta del dolor. Ya apenas
el pico de estos buitres me lo siento.
Qué poco falta ya, Señor, para mirarte,
Y miraré con ojos que vencieron las flechas;
y escucharé tu voz con oídos eternos;
y al olor de tus rosas me estaré como en éxtasis;
y tocaré con manos que nutrieron estas fieras palomas;
y gustaré tus mieles con los labios del alma.
Ya voy, Señor. ¡Ay! qué sueño de soles,
qué camino de estrellas en mi sueño,
Ya sé que llega mi última paloma...
¡Ay! ¡Ya está bien, Señor, que te la llevo
hundida en un rincón de las entrañas!
A San Sebastián del Pepino
Ramon
Luis Carde Serrano
No podían faltar unos versos,
A mi pueblo culto y fino,
Lleno de estampas y tradiciones,
San Sebastián del Pepino.
Como en una fuente cristalina,
Observamos el agua según cae,
Es el gran Salto de Collazo,
Que muchos recuerdos nos trae.
Hay chagaras y camarones,
Y las alas mueven sus alas,
Y en la Vega esta el Barandillo,
Cruzando el rí¬o Guatemala.
Va desapareciendo con tristeza,
Una nostalgia que nos mata,
Fuente de empleo para muchos,
La majestuosa Central Plata.
Eran las mejores de Puerto Rico,
Según nuestra historia relata,
Y todavía las podemos admirar,
En nuestro Festival de la Hamaca.
En nuestras Fiestas Patronales,
Otra tradición de nuestra villa,
Celebramos también con orgullo,
Nuestro Festival de la Novilla.
No podía faltar la Plaza,
Román Baldorioty de Castro,
Bella fuente de inspiración,
De nuestros poetas y nuestros bardos.
Estarán estos
bellos parajes,
Grabados en nuestra memoria,
Porque son sin duda alguna,
Escenarios de nuestra historia.