La cultura y el arte copto ocupan un espacio histórico
relativamente corto. Aunque se ha establecido convencionalmente
un período limitado (ss. IV-VII), lo cierto es
que la realidad copta llega hasta nuestros días.
En este pequeño espacio de tiempo se desarrolla
una cultura íntimamente relacionada con la aparición
y escalada del Cristianismo en Egipto, dando origen a
la tradición copta que se extenderá a lo
largo de la historia en ámbitos artísticos
concretos.
Los coptos son los herederos directos de los egipcios
de tiempos faraónicos, tal como afirma Bouquet,
pero debemos tener en cuenta el paso cultural que dejaron
los griegos primero y posteriormente los romanos y que
junto a lo puramente egipcio aplicado al simbolismo cristiano
configurará un arte que adquiere personalidad propia.
El término "copto", traducido al francés,
es la abreviación que hicieron los árabes
de la palabra griega Aigyptios, cuyo significado original
en el lenguaje faraónico designaba un lugar sacro
en Menfis. Durante el siglo VII los árabes adaptaron
el término para referirse a los habitantes del
Valle del Nilo que en su mayoría habían
adoptado el Cristianismo. Tras el progresivo asentamiento
del Islam la palabra "copto" se usó para
referirse a la cada vez más minoritaria comunidad
de egipcios cristianos. El lenguaje copto se habló
hasta el siglo XIII, cuando fue sustituido definitivamente
por el árabe.
Tradición
y Trasformación
La estrecha relación que el pueblo egipcio ha
mantenido con el Nilo es un hecho presente a lo largo
de toda su historia. Durante el período copto esta
relación es un importante factor de continuidad
con la tradición anterior. En las oraciones de
los cristianos egipcios estarán presentes las fuerzas
de la naturaleza, como lo estuvieron en los ritos faraónicos.
En torno al ciclo vital del Nilo gira la vida y la cultura
copta, así lo demuestra la abundante iconografía
nilótica recogida en cerámica y tejidos.
La lengua copta es otro de los factores que se pueden
considerar como una continuación de la tradición
faraónica. Es cierto que los caracteres jeroglíficos
fueron sustituidos por el alfabeto griego y que se añaden
siete caracteres nuevos -posiblemente derivados del demótico-
pero el copto es el último estadio de la lengua
faraónica, estando activo hasta el siglo XIII,
en el que el uso del árabe se generaliza en Egipto.
El idioma desarrollado por los egipcios coptos tiene un
gran valor histórico. Los escritos coptos fueron
documentos esenciales en el proceso de interpretación
de los signos jeroglíficos que durante siglos constituyeron
un auténtico misterio para los investigadores.
Configuración
del Arte Cristiano
Los préstamos que el arte copto tomó de
la cultura grecorromana y del mundo faraónico constituyen
importantes aportes, pero no debemos olvidar que el Cristianismo
es la base de esta producción. En este sentido,
los egipcios alcanzan un estilo propio, que en algunos
aspectos se separa de la corriente artística de
la Antigüedad tardía en Oriente. Esta particularidad
del arte copto está vinculada a la antigüedad
que la doctrina cristiana tuvo en Egipto. Según
la tradición San Marcos vivió en Alejandría,
ciudad que acogió a un importante patriarca en
el siglo II. Otro elemento que nos habla de la antigüedad
del Cristianismo en Egipto son los anacoretas que desde
muy temprano se instalaron en las regiones desérticas
del país, marco de incalculable valor para estos
personajes que perseguían el aislamiento adecuado
para su vida de meditación. Son muchos los restos
que nos hablan de su presencia en los desiertos de Egipto.
Tras una época de persecuciones, especialmente
cruentas en tiempos de Diocleciano (284-305), el Cristianismo
se convirtió en la religión oficial del
Imperio a través del Edicto de Constantino. Muy
pronto la iglesia de Egipto se separaría de la
ortodoxa bizantina, hecho que nos lleva de nuevo a considerar
la particularidad de los ritos cristianos de los coptos.
La influencia de la iconografía clásica,
de corte mitológico, aparece en las primeras manifestaciones
de las artes figurativas coptas, especialmente en los
tejidos. El arte figurativo en la cultura copta se ve
abocado a un proceso de desmaterialización. Los
temas iconográficos se van esquematizando más,
hasta que las representaciones se hacen difíciles
de interpretar. A pesar de este proceso de conceptualización
y de desmaterialización, que sufren las artes plásticas
no solamente en Egipto sino en todo el Impero Romano de
Oriente, el punto de partida del arte copto, sin duda,
debemos buscarlo en la tradición pagana asumida
desde la helenización de Egipto.
Debemos tener en cuenta que el arte copto no está
patrocinado por la realeza o los componentes de las ricas
cortes faraónicas: se trata de un arte de carácter
local. Los artistas no cuentan con los medios ni los conocimientos
de sus antepasados, sin embargo, y a pesar de la pérdida
de las técnicas del pasado, el arte copto se destaca
por su expresividad. Un claro ejemplo del interés
de los coptos por crear un arte de la expresión
son los retratos derivados de las pinturas de El Fayum,
que si bien no conservan el gusto por la belleza formal,
si mantiene algunos rasgos de gran fuerza plástica
como son los enormes ojos de los retratados.
La asimilación del arte helenístico primero
y el romano después, constituye un factor esencial
para la configuración del primer arte copto, especialmente
en la arquitectura, que asume el planteamiento basilical
en la construcción de los templos cristianos.
Arquitectura
De la arquitectura copta, construida entre los siglos
III y VII, sólo conservamos la de tipo religioso,
se cree que la arquitectura civil no tuvo mucha incidencia
entre los egipcios coptos, ya que las grandes intervenciones
urbanísticas y civiles las realizaron los romanos.
Las construcciones de carácter doméstico
debieron ajustarse al modelo de adobe empleado en la cultura
egipcia de tiempos faraónicos, construcciones bien
adaptadas a la climatología del entorno.
En el marco de la nueva religión, que como hemos
visto tuvo una amplia difusión desde tiempos tempranos,
se crean dos tipologías arquitectónicas:
los templos y los monasterios. Los primeros son edificios
de modestas dimensiones, que frecuentemente siguen la
tipología basilical, modelo derivado de la arquitectura
civil romana. Los monasterios serán construcciones
más ambiciosas, destinadas a acoger a una congregación
religiosa y, en mucha ocasiones, un pequeño núcleo
poblacional; el rasgo que más llama la atención
de los monasterios coptos es su ubicación: se construyen
en pleno desierto, quizá siguiendo la tradición
de los primeros anacoretas. El centro del monasterio está
constituido por una o varias iglesias, entorno a las cuales
se desarrollan diferentes módulos destinados a
la vida en comunidad de la orden religiosa.
Las primeras iglesias fueron instaladas en antiguos templos
faraónicos abandonados, estos edificios preexistentes
se adaptan a la nueva liturgia mediante programas decorativos,
pero la estructura arquitectónica no se modifica,
este es el caso de las iglesias de Medamud y Medinet Habu.
En otras ocasiones el templo cristiano se construye dentro
del recinto del templo faraónico, reutilizando
el material procedente del monumento anterior.