Quién
pudiera ser ese ángel que a tus pies siempre
está.
Quién pudiera vivir en el vergel
que cada viernes tu altar presenta.
Amado
Jesús de Candelaria,
quién pudiera
llenar sus pupilas sólo con tu imagen
así vivir cada día sin pestañar
siquiera
como árbol plantado justo a tu margen.
Bendito Nazareno de Jueves Santo
que en tus ojos se descubre la esperanza
de llenar el corazón de tu amor tanto
que mi boca solamente cante tu alabanza.
Bendito
el sonido Jesús
de Candelaria
que al pronunciar tu nombre se emite
pues es cómo amorosa brisa diaria
hace que con fuerza mi corazón palpite.
Alabo a Dios Eterno y Misericordioso
que en tu imagen un tesoro ha donado
pueda mi cuerpo un día alcanzar el reposo
luego de una vida con amor haberte dedicado.